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cabeza. El hombre empieza a silbar mientras se aleja. No debería estar en este sitio retirado después de la paliza que me envió de cortesía Argenis, pero necesito información. Aún siento dolor en mi costado, es una maldición de dolor. La Potra estaba asustada, sus ojos azules grisáceos como tormenta los veo cada vez que cierro mis ojos. Por mi culpa, la he visto dos veces con esos ojos hermosos preocupados y quiero ver la altiva mirada de nuevo. No creo que por ayudarme la están amenazando, pero saldré de dudas en este instante. Aparece como un rayo
grano. -Su mirada de halcón re
el acompañante y rodea el todo
ofensivo -comenta Freddy
e si les da la gana a ellos no salgo de aquí vivo. Las ventanillas están ambas bajadas y se recuesta con sus antebrazos en ella. Necesito acabar esto y marcharme
an a actuar en contra mía -me percato q
nto. Si quiero que confíe en mí debo hacer lo mismo y de tod
etal arma -su mano derecha la esconde detrás de
saldrás de esta», me aliento. Negar que estoy asustado es im
no llegaba a ver la amplitud. -Se jacta
rto de un tiro y conecté mi mano con la suya. Al estrecharla su apretón es fuerte y se lo devuelvo. Luego s
deó la cabeza moviendo de paso sus trenzas-. Espero que nadie me mate en
en esta oscuridad, sus
ue el dinero de donde sea -en su tono puedo reconocer la urgen
. Si no ha hablado más, es que todo lo que puede darme es este papel entre mis dedos.
no y Popeye no despega sus ojos de mí, mientras camina de espalda hacia
de sentimientos. Él luce su vestimenta de pantalones caídos mostrando su
ldar. -Se suben al todoter
s y al fin me dirijo hacia mi casa. Estoy mirando por el retrovisor a cada instante, tengo que concentrarme en el camino. Pensar en el día que me jodí la vida, me enoja y golpeo el volante. Ese día mi madre le había preparado la comida a mi patético padre y él la estrelló en la pared. Su justificación fue que la comida estab
.
e mis padres y al echarle ojo a la pantalla del celular faltan cinco minutos para la una de la madrugada. Sin mirar guardo el papel y el celular en mi bolsillo del vaquero y subo las ventanillas del carro. No hago más que poner mis pies en el suelo y escucho la puerta metálica abrirse.
dos escalones y se sienta-. ¿Me acompañas?
o la botella de Don Q a mitad. Mi tronca nunca la cierro, siempre está sin seguro y me giro con la botella en alto. Mi mad
-giro la tapa de la botella
mi cuerpo y me tranquilice p
dormir -me quita la botell
ida al licor. Me pongo alerta al escuchar un ladri
ñala hacia la carretera y pasa corriendo
Fausto Dionisio!», me riño. Al voltear el rostro hacia mi madre e
irmé fingiendo ofens
con su sonrisa,
reír por nimiedades. -Da otro so
rme de que vendió la finca, pasó el accidente y mi padre quedó en una silla de ruedas. Si no fuera por mi tío estaríamos en peores condiciones. Me acoplé a la nueva situación, incluso a olvidar la v
qué ag
pre él fue de esa man
culpas, esta noche,
ar pensando si insistir. Sostengo la botel
sensual. Tu rostro sigue siendo bello, pero de un tiempo acá son tu
tampoco -me señalo con
e de platicar. No quiero esta mierda preoc
fortalecer nuestra relación y lo aprecio-. Lo que te a
ella, la sostengo
relajarse -este tema no lo tocaré con ella-. Nos hace
ba tener los hombros ligeros. Ahora sí, podré ir a dormir -me dio dos palmadas
sostengo de inmediato. Ella me entrega la bo
al cuarto -susurré pr
aravilla, m
. -Le indico con la barbilla la pue
cocina pequeña. Pasamos el baño a la izquierda y su cuarto queda en el lado derecho. Al entrar se que
n mi mejilla-. Gracias por este
n mi mejilla y deposité un beso en el dorso-
uz de la sala. Me aseguro de que la puerta tenga seguro y respiro profundo al salir. Camino hacia mi estudio, olvidando a mi padre y el recuerdo de lo que puede ser mi futuro. La grama está creciendo, al estar en mi puerta saco la llave y al cerrar me recuesto de la puerta. Es el momento de ver ese papel, camino en la oscuridad, pasando mi único mueble y al estar en mi cuarto enciendo la lámpara de la mesita de noche. Me tomo de sopetón el resto de la botella y me envuelvo en el calor que recorre mi garganta. Suelto la botella en el
.
nd
carme. No pude evitar que Camillia se fuera al Penthouse, prometió estar con sus amigos y sin salidas. No considera que sea para tanto la amenaza, ella ni siquiera se asustó y continuó metida en su celular. En cambio, Solimar se puso alerta, me reclamó por permitir que Rebeca llegará tan lejos y no se quejó por tener guardaespaldas. Eso sí, dejó en claro que no se intimidaría, seguiría su vida y se fue para una cena en celebración a lo bien que les fue en el desfile. Nadie pensaría que la gran Kendra, la zorra, estaría un domingo en su cama y en camisón sexy. Pero lo mejor de todo, sin poder dejar de escuchar la maldita amenaza. Me dirán paranoica, sin embargo, tengo un presentimiento de que esto no es una broma. Estamos siendo observadas, están esperando el momento indicado para atacar y sé que no valdrá la pena el dinero si quieren lastimar. Me
Potra -alza sus manos Fau
e espere, calma Kendra
oy mirando? -
cruzo la pierna encima de la otra consigui
confianza. -Fausto camina hacia la cam
juegos, ¿q
la gaveta. Me da seguridad saber que está el ar
to ver de nuevo esa mi
: oye, tus ojos asustadizos ya no me calculan. No puedo contenerme, me levanto furiosa y saco la pistola. A
me la pistola-. Sabes que podré tener miedo, pero no dejaré
pero su mandíbula está tensa y
la apunte directo a su frente-. Tu madre me autorizó a entrar
oirá. Me pongo en postura, piernas s
dre -rebatí alterada y subí el tono-
emendo, Fausto no se ve asustado-. Está
eres de mí? -exigo, ne
é ambas cejas, nunca he podido levantar una sola-. Sí, P
lpea mi brazo y la pistola sale volando al otro lado de la cama. Mi boca a
ame! ¡No me toq
a fiera y su agarre es f
de matona y capataz asusta
piración agitada y él descarado
besarás el cuello? -reclamo y con su nar
nronea en
uello. Lo agarro fuerte de su camisa gris y
o alfa y piensas en otro
állate! -me besa y m
enemigo o no, pero nuestros labios deciden ser aliados. Sus
olente se relame el labio inferior y n
anera, puedes
gó serio-. A lo que iba, ¿e
yos me importa. Su mano agarra un mechón de mi cabello y lo obs
disfruta mi estado-. No t
a mi papá. Pensaba que al oírlo desde otra persona me enojaría o dolería,
uedes soltar? -solté de mal
ra que vayas cor
ndo cada roce. -Me suelta y se
queda con ella en la mano
y te envió a seducirme. -Me paso la mano
e te amenazó, tengo un contacto y me informó
nte a él y sus ojos me r
i palabra -alza sus homb
do creerle. Insisto que voy por mal camino, porque no estoy
uo, gracias -sus
se. Me tapo el rostro, mi mente es una laguna y tengo que despejarla. Voy hacia mi agenda en mi escritorio, c
encio en la línea y sos
ente y siempre lo vi como un tío. Él no me contacta desde la muerte de papá, el día que cremamos a papá m
enta lo enfrentaremos juntos -colgó la lla
lla volvió con un pasado peligroso y