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Historia

Capítulo 9 Confiando

Palabras:3826    |    Actualizado en: 09/02/2023

us

cabeza. El hombre empieza a silbar mientras se aleja. No debería estar en este sitio retirado después de la paliza que me envió de cortesía Argenis, pero necesito información. Aún siento dolor en mi costado, es una maldición de dolor. La Potra estaba asustada, sus ojos azules grisáceos como tormenta los veo cada vez que cierro mis ojos. Por mi culpa, la he visto dos veces con esos ojos hermosos preocupados y quiero ver la altiva mirada de nuevo. No creo que por ayudarme la están amenazando, pero saldré de dudas en este instante. Aparece como un rayo

grano. -Su mirada de halcón re

el acompañante y rodea el todo

ofensivo -comenta Freddy

e si les da la gana a ellos no salgo de aquí vivo. Las ventanillas están ambas bajadas y se recuesta con sus antebrazos en ella. Necesito acabar esto y marcharme

an a actuar en contra mía -me percato q

nto. Si quiero que confíe en mí debo hacer lo mismo y de tod

etal arma -su mano derecha la esconde detrás de

saldrás de esta», me aliento. Negar que estoy asustado es im

no llegaba a ver la amplitud. -Se jacta

rto de un tiro y conecté mi mano con la suya. Al estrecharla su apretón es fuerte y se lo devuelvo. Luego s

deó la cabeza moviendo de paso sus trenzas-. Espero que nadie me mate en

en esta oscuridad, sus

ue el dinero de donde sea -en su tono puedo reconocer la urgen

. Si no ha hablado más, es que todo lo que puede darme es este papel entre mis dedos.

no y Popeye no despega sus ojos de mí, mientras camina de espalda hacia

de sentimientos. Él luce su vestimenta de pantalones caídos mostrando su

ldar. -Se suben al todoter

s y al fin me dirijo hacia mi casa. Estoy mirando por el retrovisor a cada instante, tengo que concentrarme en el camino. Pensar en el día que me jodí la vida, me enoja y golpeo el volante. Ese día mi madre le había preparado la comida a mi patético padre y él la estrelló en la pared. Su justificación fue que la comida estab

.

e mis padres y al echarle ojo a la pantalla del celular faltan cinco minutos para la una de la madrugada. Sin mirar guardo el papel y el celular en mi bolsillo del vaquero y subo las ventanillas del carro. No hago más que poner mis pies en el suelo y escucho la puerta metálica abrirse.

dos escalones y se sienta-. ¿Me acompañas?

o la botella de Don Q a mitad. Mi tronca nunca la cierro, siempre está sin seguro y me giro con la botella en alto. Mi mad

-giro la tapa de la botella

mi cuerpo y me tranquilice p

dormir -me quita la botell

ida al licor. Me pongo alerta al escuchar un ladri

ñala hacia la carretera y pasa corriendo

Fausto Dionisio!», me riño. Al voltear el rostro hacia mi madre e

irmé fingiendo ofens

con su sonrisa,

reír por nimiedades. -Da otro so

rme de que vendió la finca, pasó el accidente y mi padre quedó en una silla de ruedas. Si no fuera por mi tío estaríamos en peores condiciones. Me acoplé a la nueva situación, incluso a olvidar la v

qué ag

pre él fue de esa man

culpas, esta noche,

ar pensando si insistir. Sostengo la botel

sensual. Tu rostro sigue siendo bello, pero de un tiempo acá son tu

tampoco -me señalo con

e de platicar. No quiero esta mierda preoc

fortalecer nuestra relación y lo aprecio-. Lo que te a

ella, la sostengo

relajarse -este tema no lo tocaré con ella-. Nos hace

ba tener los hombros ligeros. Ahora sí, podré ir a dormir -me dio dos palmadas

sostengo de inmediato. Ella me entrega la bo

al cuarto -susurré pr

aravilla, m

. -Le indico con la barbilla la pue

cocina pequeña. Pasamos el baño a la izquierda y su cuarto queda en el lado derecho. Al entrar se que

n mi mejilla-. Gracias por este

n mi mejilla y deposité un beso en el dorso-

uz de la sala. Me aseguro de que la puerta tenga seguro y respiro profundo al salir. Camino hacia mi estudio, olvidando a mi padre y el recuerdo de lo que puede ser mi futuro. La grama está creciendo, al estar en mi puerta saco la llave y al cerrar me recuesto de la puerta. Es el momento de ver ese papel, camino en la oscuridad, pasando mi único mueble y al estar en mi cuarto enciendo la lámpara de la mesita de noche. Me tomo de sopetón el resto de la botella y me envuelvo en el calor que recorre mi garganta. Suelto la botella en el

.

nd

carme. No pude evitar que Camillia se fuera al Penthouse, prometió estar con sus amigos y sin salidas. No considera que sea para tanto la amenaza, ella ni siquiera se asustó y continuó metida en su celular. En cambio, Solimar se puso alerta, me reclamó por permitir que Rebeca llegará tan lejos y no se quejó por tener guardaespaldas. Eso sí, dejó en claro que no se intimidaría, seguiría su vida y se fue para una cena en celebración a lo bien que les fue en el desfile. Nadie pensaría que la gran Kendra, la zorra, estaría un domingo en su cama y en camisón sexy. Pero lo mejor de todo, sin poder dejar de escuchar la maldita amenaza. Me dirán paranoica, sin embargo, tengo un presentimiento de que esto no es una broma. Estamos siendo observadas, están esperando el momento indicado para atacar y sé que no valdrá la pena el dinero si quieren lastimar. Me

Potra -alza sus manos Fau

e espere, calma Kendra

oy mirando? -

cruzo la pierna encima de la otra consigui

confianza. -Fausto camina hacia la cam

juegos, ¿q

la gaveta. Me da seguridad saber que está el ar

to ver de nuevo esa mi

: oye, tus ojos asustadizos ya no me calculan. No puedo contenerme, me levanto furiosa y saco la pistola. A

me la pistola-. Sabes que podré tener miedo, pero no dejaré

pero su mandíbula está tensa y

la apunte directo a su frente-. Tu madre me autorizó a entrar

oirá. Me pongo en postura, piernas s

dre -rebatí alterada y subí el tono-

emendo, Fausto no se ve asustado-. Está

eres de mí? -exigo, ne

é ambas cejas, nunca he podido levantar una sola-. Sí, P

lpea mi brazo y la pistola sale volando al otro lado de la cama. Mi boca a

ame! ¡No me toq

a fiera y su agarre es f

de matona y capataz asusta

piración agitada y él descarado

besarás el cuello? -reclamo y con su nar

nronea en

uello. Lo agarro fuerte de su camisa gris y

o alfa y piensas en otro

állate! -me besa y m

enemigo o no, pero nuestros labios deciden ser aliados. Sus

olente se relame el labio inferior y n

anera, puedes

gó serio-. A lo que iba, ¿e

yos me importa. Su mano agarra un mechón de mi cabello y lo obs

disfruta mi estado-. No t

a mi papá. Pensaba que al oírlo desde otra persona me enojaría o dolería,

uedes soltar? -solté de mal

ra que vayas cor

ndo cada roce. -Me suelta y se

queda con ella en la mano

y te envió a seducirme. -Me paso la mano

e te amenazó, tengo un contacto y me informó

nte a él y sus ojos me r

i palabra -alza sus homb

do creerle. Insisto que voy por mal camino, porque no estoy

uo, gracias -sus

se. Me tapo el rostro, mi mente es una laguna y tengo que despejarla. Voy hacia mi agenda en mi escritorio, c

encio en la línea y sos

ente y siempre lo vi como un tío. Él no me contacta desde la muerte de papá, el día que cremamos a papá m

enta lo enfrentaremos juntos -colgó la lla

lla volvió con un pasado peligroso y

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