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Historia

Capítulo 6 No te Rindas

Palabras:2141    |    Actualizado en: 04/02/2023

e sienten pesados. Me sirvo un vaso de Don Q con Coca Cola y me detengo delante de la ventana. Mi mirada r

en su despacho, moría de nuevo -se jacta por su hazaña-

damente y sus piernas encima de la madera de caoba del escritorio.

o estarías dentro de la finca

control está flaque

strame mi cuarto y dame dinero -extiende su ma

ia completa y ahí discuti

a y baja sus asquero

r encima del vaso y doy un lar

nos, solo un primo de los newyores

Arnaldo y su hija?

jo despectivamente y le di una mirada altiv

acones. En eso soy interrumpida de mis increíbles idea

o a ser experta -la voz de

o abre la puerta Camillia y se queda

te que Camillia la reconoce y me

son modales. -Camina hacia mí Sol y

os mira a ambas-. Gracias ma

de beneficencia. Se acerca a Rebeca, coloca sus manos

s ocurre. -Solimar se cruza

ol funciona de mil mar

puedes apartar tus manos de esta

abeza, se le ve a simple vista que es

enojo de Camillia m

io, de Solimar, sí -niega con la cabeza

ndo ciega, confías en todos y la vida es cr

puedo socorrerla en este momento, estoy dolida, me llama Kendra y me juzga en frente de la p

eca con nosotras?

mi nido por mente. ¿Cuál sería la mejor palabra para d

he soltado. -Tengo la co

rago-. La persona que me engendró ha vuelto después de vein

-Camillia se aparta de Rebeca

brindaremos por su regreso. -M

ca Sol, toma el vaso y lo bajó de cantazo. Sin hablar relleno su vas

a celebrar. -Le

tía. -Niega

llia -mi voz sale fue

e, sabes que jamás te haría daño a pr

as miedosa -

rme? -Le reclama Camillia a

amenazó con lastimar a Camillia -conté con ironía su

iento que quema mi garganta junto con esta r

la boca cerrada-. Ahora quiero informarles que esta dama

eando Kendra, porque h

la mía, serás una señora resentida que aparece tras la fortuna de una empresaria -narré posibles escenarios-. Lastimas a mi familia, aunque

uño y ganas no me faltan

z de tenerme de

es a sábado y seguirás las órdenes de nosotras tres

es un techo -comenta Sol y

dra, das el golpe con esto, terminas y vas por el air

os moví al frente de su rostro caripelado-. Hoy te doy l

ala manera

nes en tus manos, me tie

a con Remedio y le dan un

amá -levanto mi mano

viendo por dentro-. Te he consentido mucho, pero en esta ocasión me siento al límite.

, el aire me falta y

esperas? -Recla

comenzando est

osa por comb

a y se acerca. Me conoce, sabe que estoy

rla en la finca? -Solimar tie

todo por su simple lengua viperina. No sabe nada, solo vio por encima y está

amillia es muy frágil y aho

resoplé frustrada-. No estoy en mis cab

Camino de lado a lado, sostengo mi cuello y paso la mano por mi cabello. No puedo estar encerrada más, la

la cabeza negando y golpeo el homb

ebeca y su voz se pierde porque

rras al llegar a la gravilla me quito los tacones. Los cuelgo en la cerca de madera, me estremezco al sentir la tierra en mis pies. Siempre he odiado estar descalza, pero en esto

a bien? -Su preocupación e

é furiosa-. ¿Tengo que estar mal? -reboto su preg

orita. -Se dis

char, quiero

Trueno, al entrar paso a la yegua de Camillia, se llama Preciosa. Me encamino a la penúltima y me recibe mi caballo negro. Empiezo a acariciarlo, él pegó su rostro a mi mejilla y me siento en p

con el cubo -su voz gruesa rev

do? -No puedo e

ogante-. Relájate, mujer, estoy cepillando a Rubión para q

s sospechoso. Además, eres un insolente.

o extraña, él es alto y

que llega como imán es

abajo mi silueta y quiero sentir

ocupando mi espacio. -No pude conte

pudor acaricio su duro pecho y al

ma y sin titubear subo

iene un tic, es leve, pero lo he notado y lo beso. Está inmune a mis labios, succiono su labio superior lento y está respirando más rápido y sé

nsolente -me calla

ue el ritmo. Entre jadeos, me agarro fuerte de su

insolente. -Me suelta, ag

a. En estos momentos no puedes rendirte, tu papá estaría atacando y no puedes defraudarlo Kendra. Estás pensando en besos, coqueteos y no es el momento. «Levántate, arriba, no pierdas el control», me animé. Tomo valor, me pongo en pie y salgo de la caballeriza corriendo hacia el árbol de mango

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