e sienten pesados. Me sirvo un vaso de Don Q con Coca Cola y me detengo delante de la ventana. Mi mirada r
en su despacho, moría de nuevo -se jacta por su hazaña-
damente y sus piernas encima de la madera de caoba del escritorio.
o estarías dentro de la finca
control está flaque
strame mi cuarto y dame dinero -extiende su ma
ia completa y ahí discuti
a y baja sus asquero
r encima del vaso y doy un lar
nos, solo un primo de los newyores
Arnaldo y su hija?
jo despectivamente y le di una mirada altiv
acones. En eso soy interrumpida de mis increíbles idea
o a ser experta -la voz de
o abre la puerta Camillia y se queda
te que Camillia la reconoce y me
son modales. -Camina hacia mí Sol y
os mira a ambas-. Gracias ma
de beneficencia. Se acerca a Rebeca, coloca sus manos
s ocurre. -Solimar se cruza
ol funciona de mil mar
puedes apartar tus manos de esta
abeza, se le ve a simple vista que es
enojo de Camillia m
io, de Solimar, sí -niega con la cabeza
ndo ciega, confías en todos y la vida es cr
puedo socorrerla en este momento, estoy dolida, me llama Kendra y me juzga en frente de la p
eca con nosotras?
mi nido por mente. ¿Cuál sería la mejor palabra para d
he soltado. -Tengo la co
rago-. La persona que me engendró ha vuelto después de vein
-Camillia se aparta de Rebeca
brindaremos por su regreso. -M
ca Sol, toma el vaso y lo bajó de cantazo. Sin hablar relleno su vas
a celebrar. -Le
tía. -Niega
llia -mi voz sale fue
e, sabes que jamás te haría daño a pr
as miedosa -
rme? -Le reclama Camillia a
amenazó con lastimar a Camillia -conté con ironía su
iento que quema mi garganta junto con esta r
la boca cerrada-. Ahora quiero informarles que esta dama
eando Kendra, porque h
la mía, serás una señora resentida que aparece tras la fortuna de una empresaria -narré posibles escenarios-. Lastimas a mi familia, aunque
uño y ganas no me faltan
z de tenerme de
es a sábado y seguirás las órdenes de nosotras tres
es un techo -comenta Sol y
dra, das el golpe con esto, terminas y vas por el air
os moví al frente de su rostro caripelado-. Hoy te doy l
ala manera
nes en tus manos, me tie
a con Remedio y le dan un
amá -levanto mi mano
viendo por dentro-. Te he consentido mucho, pero en esta ocasión me siento al límite.
, el aire me falta y
esperas? -Recla
comenzando est
osa por comb
a y se acerca. Me conoce, sabe que estoy
rla en la finca? -Solimar tie
todo por su simple lengua viperina. No sabe nada, solo vio por encima y está
amillia es muy frágil y aho
resoplé frustrada-. No estoy en mis cab
Camino de lado a lado, sostengo mi cuello y paso la mano por mi cabello. No puedo estar encerrada más, la
la cabeza negando y golpeo el homb
ebeca y su voz se pierde porque
rras al llegar a la gravilla me quito los tacones. Los cuelgo en la cerca de madera, me estremezco al sentir la tierra en mis pies. Siempre he odiado estar descalza, pero en esto
a bien? -Su preocupación e
é furiosa-. ¿Tengo que estar mal? -reboto su preg
orita. -Se dis
char, quiero
Trueno, al entrar paso a la yegua de Camillia, se llama Preciosa. Me encamino a la penúltima y me recibe mi caballo negro. Empiezo a acariciarlo, él pegó su rostro a mi mejilla y me siento en p
con el cubo -su voz gruesa rev
do? -No puedo e
ogante-. Relájate, mujer, estoy cepillando a Rubión para q
s sospechoso. Además, eres un insolente.
o extraña, él es alto y
que llega como imán es
abajo mi silueta y quiero sentir
ocupando mi espacio. -No pude conte
pudor acaricio su duro pecho y al
ma y sin titubear subo
iene un tic, es leve, pero lo he notado y lo beso. Está inmune a mis labios, succiono su labio superior lento y está respirando más rápido y sé
nsolente -me calla
ue el ritmo. Entre jadeos, me agarro fuerte de su
insolente. -Me suelta, ag
a. En estos momentos no puedes rendirte, tu papá estaría atacando y no puedes defraudarlo Kendra. Estás pensando en besos, coqueteos y no es el momento. «Levántate, arriba, no pierdas el control», me animé. Tomo valor, me pongo en pie y salgo de la caballeriza corriendo hacia el árbol de mango