orito. No trabaja para mí, pero desde que lo conocí nos entendemos muy bien en la cama. Se llama Andrés, pero le digo Andy y es

pondió y se me escapa

Me coloco el cinturón de se

nto y me adentro en el

¿Dónde nos reunimos? -Escu

llegada y tendrás la puerta sin seguro

y me disfruto mi vida. La oficina queda cerca de la casa en Caparra, estoy en la luz de la urbanización y sé que Andy llegará

eroa. -Estoy dentro de la casa

demos servir,

ldonado, le permites la entr

e quito los tacones y l

-Corto la llamada y

o a mi equipo de música. Necesito ambientarme, pongo mi lista de música de Pitbull y a menear mi trasero. Me pongo syrup en mi dedo índice, empiezo a lamer de arriba abajo y cierro mis ojos. Es relajante, chocolate, música y bailar. Siento que me agarran la cintura, dos manos fuertes y grandes. Mi corazón se acelera del susto, mis ojos se abren por instinto y desde el espejo diviso a Andy. Él me sonríe pícaro, seguimos bailando lento y al mismo tiempo. Nuestros movimientos son sincronizados, me coloco más syrup en mi dedo y chupo de nuevo. Los ojos de Andy fijos en mi boca, nuestra excitación subiendo y su poderosa mano va subiendo hasta mi seno. Me dejo amasar, me acaricia ambos senos y mis caderas bailando. Mis pezones están firmes, preparados para ser absorbidos y Andy sabe ser un buen amante. Me voltea bruscamente, se me escapa un gemido y me rompe la camisa. Los botones se pierden en el suelo, siempre con Andy se pierde ropa y eso me hace empaparme. Suelto el pote de syrup al piso, jalo su corbata y le robo un beso salvaje. Nuestras bocas están vivas, buscando saciarnos el uno al otro y somos dinamita. Me alza por las nalgas, enrosco mis piernas en su cintura y siento su erección. Se mueve hasta la cama, me suelta y me baja la falda. Estoy en ropa interior blanca de encaje y sonríe con lujuria. Imagino el efecto de su sonrisa en otras chicas, las tendría babeando, lástima que no sirve en mí. Expuesta para él, me abro como una flor y empiezo a tocar mi sexo por encima de mi braga. Estoy tan mojada y mientras se quita la corbata me relam

ian mis muslos lentamente-. Mi golosa salvaje.

me quita el pote y

amable y preparado para dar un servicio de pri

rrado me chupo el dedo, sus ojos fijos en mí y mi orgasmo se acerca. Me arqueo, mis piernas se cierran y son frenadas por sus fuertes brazos. Mi grito es fuerte, mis pies se doblan y agarro la sábana. Su boca succiona todo, mi se

nía que soltarlo Kendra. Nadie me ha tenid

morado, sino como un amante salvaje. Espero que nada cambie entre nosotros. Se despega, busca en su pantalón el condón y se lo pone hábilmente. Me levanta, me agarro de su cuello y me lleva a la pared. Me mira, sin hablar sé que me posee

a-. En mi yo joven, estoy segur

iera soltado. -Me agarra

y mucho menos amor. Me vuelve a mirar, tengo que cortar esto y él lo sabe. No más Andy, veo su mirada vidriosa

stábamos. -Me marcho al

pongo la ducha y é

ides que no te amen cuando es imposible. -S

ía-, tú sabías a qué jugabas conmigo. N

jos e irme de tu puta vida! -grita y

a tensión de ambos y

ablé calmada y sin darle importancia-. Te pido que te

í, me vuelves m

erdo fuerte y saco

-se limpió su l

alla y salgo

te momento termina todo -ordené

año tenso y

-bufó y recogió su ropa-, todo por ti. Pero veo que te convertiste en piedra y en la cama eres toda una f

tuve la mirada fuerte. Sus palabras son para m

ste momento de mi vida no quiero amar y no necesito ser débil. Soy todo lo que has dicho, soy divin

año, le duele, pero entiende y sabe que falló. Me suelta, me da un último beso en los labios, solo u

soportaría lastimarte, a ti no, Kendra. Vales más de lo que piensas y espero qu

a y vivir. Lo menos que deseo es un hombre que me apacigüe, no necesito ninguno en mi vida y espero que seas feliz Andrés. Saco mi celular

eo que no hará nada, pero por si las moscas. Si tengo que usar e

y preparado,

no le di tiempo y c

nfío en nadie y Andrés es un caimán. Si decide hacerme la vida de cuadritos, tengo como resp