ear en vano el próximo golpe. Acabo de llegar de la finca de Leonardo, estoy exhausta y quiero dormir todo el día. Es sábado y no tengo tra
a voz nerviosa de Paquita me
rpo desnudo a excepción de unas bragas rojas. Voy corriendo a la percha, sostengo el batín y me cubro a las milla
o Camillia? -Logro formar la
eso menos si mis chicas están a salvo. Lo que venga se puede manejar. No me perdonaría que por e
ó la vieja-. No están en la casa -habla nerviosa y sus manos juegan con un
nos inquietas y
Se queda callad
surra y mis oj
ctarme de mis palabras. Es muy duro perde
da Paquita porque no pu
a, pero Demetrio me p
dos en dos los escalones. De un tiempo acá mi vida ha sido correr de un lado a otro. Al salir por la puerta de atrás me ciega el sol mañanero. No me detengo, acelero más sin importar las piedras en los pies descalzos. Nada importa ahora, ese dolo
Kendra -tartamudea el p
s caballerizas estoy agitada, escucho relinchar a Trueno y mucho ruido adentro. Respiro profundo y al entrar me recibe Demetrio con un sembl
ebe tener mucho cuidado -las adver
eno lo veo revolcándose en el
sto -comenta Otto, uno de los empleados m
a izquierda herida y acariciar cada moretón en su cuerpo. En ese momento su mirada me
o Fausto con voz dura, es una sentencia y l
sto no da marcha atrás y acaricia su cabel
s condiciones me llena de impotencia-. Te teng
nada, se remueve y relincha, su desesperación me descoloca. Siento que me sujetan por los brazos, fuerte y me apartan de Trueno. Mis lágrimas están presentes, no importa si pierdo mi dureza, solo quiero qu
saca mi fiera interna-. ¡Demetrio, no te quedes parado ahí, haz algo!
ne en camino -comen
acaricio los brazos y ver a Truen
go en lo que llega el veterinario
iono y Fausto vuelve me toc
tocarme en todo momento y
no ganas nada -sus ojos son invasivos, tienen el poder de traspasar
alza las manos delante de mí-. ¡L
mpleto y Demetrio me enfrenta
aré con ella -agr
rando por encima de mi ho
mejor que nadie sabe que cuando uno está desesperado y lleno de dolor, no razona. Nuestra primera ar
la cabeza, me giro hacia Trueno y respiro profundo. Se marcharon dejándonos solos, por un momento
á pronto -susurró Fausto y
n duele por la respuesta y
ero a la vez me agrada-. Necesitamos esperar que exami
noche -hablé arisca y sin poder callarme-. Vaya a
in experiencia en esta situación. Su tic es lo único que se mueve en él y Trueno vuelve a revolcarse consiguiendo que desvíe su mirada. Rápido vuelve su mirada azul a recorrerme, se demora en mi pecho, va subien
al contrario, te pone y lo has dejado vis
los chupetones en el cuerpo, menos visibles, pero él me castigó por burlarme de su aguante. Me rodeé el cuello con
ban esas niñerías, Pot
, me pasa por el
dónde
te acerques mucho a Trueno y no pasará nad
sa, este insolen
én me revuelque? -apreté
o cara a cara. Mis ojos compiten con su mirada fría,
manos acariciaban tus apetitosos senos -las enseñó en mi cara-. No sabí
elame los labios. Su mirada fuego me
á Trueno y siento la mirada de Fausto encima-.
ligroso con su mandíbula tensa. Sin embar
-hablé con actitud y me giro s
stente. Intento olvidar la discusión con Fausto, prestar atención a Trueno y el veterinario, pero me
.
quirúrgica, donde un veterinario eliminará la parte comprometida del intestino y volverá unirse al intestino sano. Por desgracia, los caballos no son buenos candidatos para esta operación, ya que requiere sedación. El intestino torcido puede curarse espontáneamente, pero esto es raro.
n este momento-. No hay problema, no t
rro los ojos y agar
por heno, lo sé, me
ocarse frente de mí. En otro momento me
necesitas saber qué Trueno su
s ojos azules están sosegados. Me levanto, me tambaleo y me sos
ocaré -susurra y me sient
contenta con el métod
mejor, no necesita
ada agresividad-. Estaré con Trueno hasta el
clón, nunca podr
ara huevos -finjo que no
estres lo contrario, Potra. -Iba a toc
manos pueden soportar estos vientos y créeme
a promesa de que apenas empieza su preparación para el ciclón. Se gira con pasos decididos y se
ó? -Sol abre su boca im
eterinario. -Tras disculparse, F
-dijo irónica Camil y la miró po
hizo muecas-. Trabaja en la finca y además es mode
e sus moretones es deslumbrante su
go, niña -Sol acepta algo dich
e puso al día -añadió c
como ahora te pasas con hombres maduros, demasiado para tu fal
s se humedecen. No puedo negar que verlas
o Camillia mientras recorr
r -levantó la mano con firmeza Sol-. Paquita nos llamó, nos tienes a nosotras y sabemos tu calibre -mi amiga y
ndo sabemos lo mucho que significa
más tarde me estaré golpeando, pero las necesito a mi lado -admití con la voz tembloros
az. Fue muy valioso el tiempo que estuvo en mi vida y agradezco que me diera tanto, cuando más lo necesité. «Papá, gracias por prestarme a Trueno. Ahora te lo
chupón, omggg! -arrastra la última palabr
eno -Solimar alza sus hombros-. Increíble ver a la controladora Kend
n visibles, nadie se debe enterar de tus placeres -Camil
no reírme por sus expresiones, pero se me escapa u
nte cambio
asiente Solimar y m
ne deslices es otra -me apunta co
hacia la cocina. Subo un escalón, Solim
los ojos oscuros-. Aclaro triste por True
-usé su trabajo como excusa-. Dame tiempo, volveré a ser la zorr
, huye! -gritó
ad. Se me escapa una sonrisa. «Despierta Kendra», me riño. En qué diablos piensas, eso no te conviene y lo sabes. Solo quieres placer, nada de manitas sudadas y amor. Soy una experta en esto, juega como la zorra que eres y luego desecharlo. Tengo que probar ese semental envuelto en choc
gallina y me abrazo a mí misma al o
ea y apreté el celular-. Un animal se llega a querer co
a? -interrog
reciada otra vez. Te estás entrometiendo en asuntos que
ilia doy la vida. Me baño a las millas, cambiaré de número y observaré a mi querida Rebeca. Se me cae el champú al pensar en Fausto, puede ser él, lo golpean y estaba curiosamente con Trueno. No puedo confiar en nadie en estos m
ndo usas tu
i vive -murmuré envuelta en ira-. Consigue un celular nuevo y núme
re Kendra? -he preo
rsona lo discutiremos. Eso
disposición y amistad-. Lo más rápido posible
desconecté la llamad
emigo. Me alegro de tener a Peter en mi vida. Ensegui
.
eguraron que hoy no saldrían y me parece perfecto. Luego que Trueno partió, dejé todos los papeles con Demetrio y el veterinario. Lo enterraron cerca de papá, debajo del árbol de mango y por poco me lo prohibían, pero al final lo conseg
dos patas y él jala las riendas-. Pot
e acerco llena de tanta
quién eres?, y ¿Con qué gente te metiste? -tomó aire y prosigo con el interro
a. Me giro para no darle la espalda, él se acerca con e
ua para que la adoptes y me ata
te hombre si lo dejo matrimonio e
lente. ¿Quién eres? -alzo m
apuntó su cuerpo pecaminoso-. ¿Esa es la forma del ciclón conquistar? -no perdí mi entereza, no me ab
da y ver su sonrisa burlona me ayuda a ser dura. Me acerco, le a
nazan -mi voz es dura e indomable-. No im
rto y se quiere deshacer de mí. No le seré de bandeja, lucharé, no importa que esté lejos de la casa, apartada
y se ve tenso-. Vi el miedo en tus ojos, piensas que soy capaz d
es modelo, bien podrí
de que vi cuando te golpearon todo ha sucedi
por cólicos y se le torció su
que murió?! -grito dolida
qué carajo sucede -he desatado la llama en sus ojos-. No soy un tirano,
ar, esto es...
as personas incorrectas y ahora tengo que asumir mi culpa -se toca su pecho-. L
debes? -enterarme de su error, me desconcierta y aterra-. Eres imbé
que en mi cintura y la intromisión de sus ojos es una catarsis sobre mi cuerpo. Su maldito tic burlándose de
r mi cuerpo y esa mirada me enloquece-. No te preocupes, confía en mí -sus
jos mirando sus labios y
osa y me giro por e
moviendo sus cejas. Le doy la cara a Fausto, es increí
sto -hablé por lo bajo disimulando
u enemigo Potra, confía en mí -susurra haciendo estragos con su voz tan follable en mi
jos azules no mienten tan descaradamente. Su mano se aparta lentamente, con sus dedos rozando mi cintura y deseo su
obresalté al sentir la voz de Pet
y sus caricias no me percaté
mientras sigo con la mirada
detalle, incluyendo este momento -señala a
definan mi remolino de confusión. Definitivamente, no entien