guien cortarse ligeramente con un cuchillo mientras picaba vegetales o alguna heri
umbre encerrado en su oficina, hablando por teléfono y contando enormes fajas de billetes. La madre de Egan estaba ese
er como su madre entraba con el pastel de seis velas. Ella comenzó a cantar una hermosa melodía que rep
do para soplar las velas. Su madre terminó de cantar y el tío de Egan aplaudió a la espera de que él sop
ágrimas. Miró también la belleza en el rostro de su madre: sus ojos miel, la
el tipo armado y cuyo rostro estaba cubierto con un pasamontaña. La madre de Egan fue la única en caer, la sangre bañó toda la alfombra y salpicó por el cuerpo de Egan. E
mientas que dejaba a los guardias de su padre encargarse del enmascarado. Pero incluso con todos los años que t
silencioso atorado en su garganta. Cuando recordó que todo era
ida su madre. Aquello le provocaba una sensación de malestar en todo el cuerpo. Sin embargo, se sacudió las emociones de encima y buscó algo de ropa que ponerse. La d
uro y salió de su habitación, su capor
e fuesen a ver a sus prostitutas baratas y te dejé robarte todas las joyas de Marco antes de matarlo. Dime, por favor –rogó Egan con fingida súpli
ombres encargados del trabajo sucio. También era un desangrón que le gus
Egan –murmuró Argus–. Realmen
cocina y ni siquiera le dirigía una mirada a la coci
tir a Sacra Corona está listo y lo puedes abordar en
reojo con cin
ño ante aquella respuesta–. ¿Dónde está mi consi
do de él y tomó un largo trago. Le quemó la garganta a su paso, incluso la cocinera jadeó de asombro, pero Egan la i
huevos revueltos, se comió casi la mitad de un solo bocado. Egan simplemente lo asesi
raremos, desa
fregadero con todo y comida. Algo sonó a roto al hacerlo, pero Egan si lo notó, no le
de sus capuchas y cubre bocas. Egan ni siquiera se molestó en quitarse sus lentes de sol una vez estuvo dentro del avión y rechazó sin decir ninguna palabra un plato con botanas que le estaba
pegó, su canoso y pálido tío, Elián, le sonrió con
ció su tío–, de
esfuerzo logró lucir indiferente y encogerse de hombr
–su tío bufó e, ignorando por completo el comentario de su sobrino, le sirvió más del líq
ensó en la zona de los hombros y la espalda.
siempre contrata a sicarios, no importa cuán caro le salga, para hacer el trabajo que él no se atreve a hacer. Las historias de los bajos mundos dicen que él nunca ha tocado una pistola
ceja y arrugó su
ató a mi madre por