os a
techos helados de los hogares de Cassidy, pero eso no era lo relevante aquí, sino la cantidad de gente que se encontraba en el
e de ella y una oportunidad de negocio para él. La afortunada de esta historia se llama Verónica Charlotte Wingburgh, que ingresaba con un vestido blanco realmente hermoso y simple a la vez. Su estilo representaba a una princesa, la falda era de seda blanca muy fina con algunos retoques de encaj
nte se trataban de huir de allí sin importar nada, pero lamentablemente no tenía a donde o con quien ir. Verónica dirigió una mirada a través del velo en direc
de Verónica para ayudarla acomodarse a su lado y así comenzó
uniremos las vidas de Don Antonio Leopoldo Salvador y Lady Verónica Charlotte Wingbu
lágrimas, que estaban a punto de salir de sus ojos por el momento tan tormentoso para ella, que era la boda arreglada por sus progenitores. Mantuvo s
ra amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separé? – di
egura y seria respo
mientras sostenía la mano de s
a a la joven, que se encontraba muerta de nervios a la preg
Leopoldo Salvador para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfer
pensaba en la libertad que perdería por completo, dio una rápida mirada a sus padres
a sin ánimo en su voz, pero c
ese hombre a su lado. El sacerdote Enrique dio finalizada la ceremonia, con unas dulces palabras de felicidad y aliento a la pareja para luego mirarlos y decirles que al fin podían besarse. Ant
sonas invitadas a la ceremonia. Elisa se acercó con suavidad para darle consuelo a su prima, porque sabía perfectamente que la joven no la estaba pasando nada bien en
Verónica llorando y p
ndiendo, la condena que sus tíos le dieron a su prima – s
la esperaba al lado de los padres de Verónica. Ella sin decir nada solo asintió hacia ellos en modo de despedida, para caminar al carruaje de la mano de Antonio. El hombre la ayud