más, cuando están ta
ró
y así seguir con mi vida. Mi nana me consolaba como siempre desde que ese m
arcaba mi piel para siempre. Antonio no solo ese día me golpeo hasta dejarme morir, sino q
na tristeza me invadió por tenerlas. Suspire para mirar a mi nana que también las veía, era a la única que se las mostraba, ya
está el baño –
je suspirando – las
niña – dijo
s ojos para relajarme y rápidamente se me vino el recuerdo de Luz a mi mente, una lágrima salió al rec
oven fuerte sin barreras cuando montaba a Luz. Ella era el animal más puro y sin
cue
e que ellos no me pudieran encontrar. Estaba metida en mis pensamientos cuando el relinché de Luz me hizo salir de ellos, la vi y de alguna forma me daba a entender que la montara, confu
mi casa y rápidamente mis ojos reconocieron a mi padre con el
s miraron hacia nosotras. Mi padre se acercó rápidamente a
inspeccionándome si tenía alguna
e agachando mi cabeza avergonzada – me pe
e nuevo, pero luego me miró confu
su cabeza, para luego dirigir mi mir
ómo explicarlo, pero ella se supo el cami
do, pero así fue. Luz no sé cómo pudo acordarse del camino ese día y me de
el Rec
que Luz ese día se había ganado no solo un lugar en mi corazón sino también el respeto de mi p
dijo mi nana con la bata e
ué lo hizo?, porque me arrebató a Luz –
zándome con la bata puesta – pe
i – dije llorando en los brazos de mi
me a vestir con un vestido sencillo celeste con toques de blanco, combinándolos con unos zapatos de cuero blancos acordonados. Luego me
ón para bajar las escaleras con cuidado. Estábamos en el último esc
rta – dijo el hombre s
– dije confundida ya que
es – dijo Alb
o – no quiero saber nada y no qui
padres, cuando pudieron evitarme este sufrimiento no lo hicieron y ahora envían u
e Ver
ro
ectamente el rencor que mi niña les guarda a sus padres, pero también sabía que ellos no estaban al tanto del dañ
diera el sobre – la intentaré convencer de qu
ioso - pero que no la vea el señor, po
e despedí para caminar hacia mi niña, e
haces, te hará mal – dije a su
ar su cabeza en mi estómago
na carta – dijo sollozando en mis brazos – ellos no entienden el odio, re
están al tanto de lo que ese hombre te ha hecho – mirándola con tristeza – se lo enojad
ue el daño que me han hecho mis padres jamás se los perdon
esándole la cabeza – ahora c
n todo lo que pasaba con Antonio sé que por fuera se mostraba fuerte,
cocina para lavar las cosas que se usaron para el desayuno mientras p
e Dor
ró
e naranja cuando veo que Antonio entra al comedor, no le digo nada para evitar que me grite como siempre. Este se sentó en la punta de la
ndo su jugo – sé que este comportamiento es obra de Charles, pero él tiene
estarán o vendrán – d
no viajaré a Londres pa
da, pero otra vez lo hizo c
do con tus padres – dijo serio mirándo
se puso helado por las pala
a, capaz que se ha perdido – d
s lo que te pasará - dijo y apretó mi m
se levantó para caminar hacia el estudio, pero antes me dijo que no lo mo
e Ver