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Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
Corrine Holland estaba a punto de casarse con Bruce Ashton. Su sueño finalmente se encontraba a su alcance.
La marcha nupcial resonó en el salón mientras ella caminaba por la alfombra roja con su inmaculado vestido blanco, avanzando hacia Bruce, quien la esperaba en el altar.
Bajo los rayos dorados, su traje blanco parecía brillar, resaltando los rasgos refinados que habían capturado su corazón por primera vez años atrás.
Su relación había superado innumerables tormentas durante tres años y ahora, a pesar de que su familia se negaba a bendecir su unión, su preciado sueño estaba a punto de hacerse realidad.
Cuando Bruce dio un paso adelante para presentarle su ramo, ella sintió que lágrimas de alegría amenazaban con brotar de sus ojos.
Los amables ojos del sacerdote se posaron en la pareja mientras hacía la pregunta: "Bruce Ashton, ¿aceptas a esta mujer como tu esposa? ¿La amarás, la honrarás, la respetarás y la aceptarás, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe?".
Corrine sintió su corazón agitarse mientras se volvía expectante hacia Bruce, esperando su respuesta.
Sin embargo, en lugar de alegría, los rasgos del hombre se distorsionaron por la incertidumbre. Una vacilación inquietante nubló su expresión.
De repente, las puertas se abrieron de golpe. Rita Ashton, la hermana menor de Bruce, entró tambaleándose con el rostro bañado en lágrimas. "¡Bruce, pasó algo!", gritó con desesperación. "Leah... Ella... Ella...".
Corrine sintió el pánico apoderándose de ella. Mientras su corazón golpeaba contra sus costillas, agarró con más fuerza la mano de Bruce.
Ese nombre despertaba recuerdos dolorosos: Leah Burgess, la estrella inalcanzable en el firmamento de Bruce.
Cuando la familia Ashton cayó en desgracia años atrás, ella eligió la oportunidad de ir al extranjero por sobre el amor, por lo que Bruce terminó su relación y recurrió a Corrine.
Sin embargo, apenas un mes atrás, Leah volvió a aparecer misteriosamente.
Bruce se puso muy pálido. "¿Qué le pasó a Leah?", exigió con pánico.
"No deja de sangrar", sollozó Rita. "¡El médico dice que tal vez no sobreviva!".
Sin dudarlo, Bruce soltó la mano de Corrine y fue corriendo hacia la puerta.
Ella se lanzó hacia adelante y lo agarró del brazo. "¡No puedes irte!".
Su cuerpo tembló cuando encontró su mirada. "Bruce, esta es nuestra boda", suplicó. "¿De verdad piensas irte?".
La multitud empezó a murmurar y sus miradas burlonas la atravesaron como dagas.
Con las lágrimas en los ojos, rogó: "Bruce, ¿no podríamos al menos completar la ceremonia?".
"Leah fue atropellada por un auto mientras me salvaba. ¡No puedo abandonarla ahora!". Bruce luchó contra su agarre. Su expresión se endureció hasta adquirir una apariencia extraña.
"Corrine, tú sabes que este matrimonio no es más que una transacción. Tu título como señora Ashton es nominal, nada más. No te metas en mis asuntos personales".
Una transacción.
La palabra resonó en el vacío del corazón de Corrine mientras observaba el rostro inquebrantable de su prometido.
Lentamente la conmoción se transformó en amarga comprensión, torciendo sus labios en una sonrisa burlona. "¿Eso es todo lo que nuestro matrimonio significa para ti?", murmuró. "¿Solo una transacción?".
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Pensé que mi matrimonio podría seguir adelante. El amor platónico también era amor, ¿sí? Pero, estaba totalmente equivocada. Resultó que mi marido no tenía nada malo de cuerpo, todo esto solo porque no fui de su gusto. Conmigo, era un hombre anormal en la cama. Pero con mi madre, ¡podría hacer todo lo que ella deseaba! Y el día, ¡los encontré en la cama juntos! Sin querer afrontar a ellos, decidí saltar del puente. Pero un desconocido me impidió, y me ofreció una propuesta especial. Y yo la acepté, y le entregó mi primera vez por capricho. Después de una noche loca, hui de su casa pensando que nunca volvería a encontrarnos. Luego fui a la fiesta de compromiso de mi tía, y ella hizo alarde de su fiancé frente a mí. Pero este era el mismo desconocido que pasó la noche conmigo. ¡¿Y él pronto sería mi tío político?!
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".