img El Nuevo Comienzo de la Novia Invisible  /  Capítulo 1 | 10.00%
Instalar App
Historia
El Nuevo Comienzo de la Novia Invisible

El Nuevo Comienzo de la Novia Invisible

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1215    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:38

CEO tecnológico Eduardo Garza, finalmente lo dejé. Entonces Bruno Ferrer, su e

arando públicamente su amor y mostrando un "anillo de pro

la preparatoria, Jeanette Sada, anunciara su comprom

eran una "fantasía juvenil" y que yo era su

rdaba el pequeño pájaro de madera

eanette hace años, junto con una

desesperada no era amo

ítu

que debía ser liberador. En cambio, era ensordecedor. Entonces Bruno Ferrer entró en mi vida, un torbellino de encanto y una agenda transparent

mo un niño con juguete nuevo. Se había presentado en mi oficina, enviado flores, dejado mensajes d

ueno. Dema

lo suave a través del teléfono-. Treinta minutos. Si lo

creyera en esa pro

i reflejo en la ve

e, sorprendiénd

"¡Sí!" me había hecho so

de mi error. No solo era encantador; era cautivador. Sus ojos, del color de

voz bajando a un susurro teatral. No estaba siendo sutil sobre

sabía que Bruno quería eclipsar a Eduardo en todo, y ahora eso se extendía a

mis manos alrededor de la taza,

quitándose su saco de diseñ

uizás demasiado rápido-. Es solo que

hombros. Olía débilmente a algo amaderado y caro, un m

uró, su mirada suave-. Eduardo nunca s

e habría dado cuenta. Rara vez notaba algo más allá d

n pequeño movimie

familiar necesidad de defenderlo, incluso aho

n sonido bajo

os imperios no valen el costo -hizo una pausa, s

calor se extendió por mi cuerpo, tanto por la bebid

inalmente, el cumplido más

, genuinamen

e compró una tarjeta de regalo de Palacio de Hierro o algún gad

alado una nueva bocina inteligente. "Para ayudarte a gestionar tus tareas de manera más eficiente", había dicho, su tono d

a su laptop. Me había preguntado si necesitaba algo, pero sus ojos nunca dejaron la pantalla. Cuando le pedí débilmente un vaso de agua, suspiró, se levantó y lo tra

ía como un objeto extraño. Un gesto del que n

u sonrisa era tan amplia que arrugaba las comisuras de sus ojos-. Entonc

u

-admití, un poco avergonzada-. Eduardo si

dureció por una fracción de

preciaría -garabateó algo en una servilleta-. He tomado nota de tu "falta de experiencia en galerías de arte

seriedad. Realmente parecía querer causar una buena impresión. Eduardo nunca se había molestado. Eduardo me había visto como un acc

Eduardo, con su mente calculadora, probablemente solo me había buscado porque yo representaba estabilidad, f

eno a la tormenta que se gestaba en mis pensamientos. Era una distracción, una salpicadura de color brillante y caótica en

nte, encontrando su mirad

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY