tura, aunque la posesividad se había suavizado en algo reconfortante-. Clarament

diseccionando su partida como

especuló alguien-. Volverán

no otro-. Jeanette lo hizo esforzarse. Quiz

areja conveniente y agradable. Eduardo nunca se había molestado en defenderme. Nunca m

de baile, los susurros, el latigazo emocional de la

e susurré a Bruno, apoyan

a través de la multi

usto afuera. Te

as. Bruno no me presionó para conversar, solo me dejó sentarme en silencio, procesando. Era una consideración que Eduardo nunc

mentos, apagó el motor. El silencio repentino fue pro

ndentemente suave-. Eduardo. Y Je

rdad burbujeando, qu

ra él -hice una pausa, recordando la negación cuidadosamente construida de Eduardo-. Nunca me mencionó a ell

itual brillo travieso había desaparecido, reemplazado por una mirada pen

jo abruptamente, su voz un

siderando toda su estrategia. Su gran plan para desestabilizar a Eduardo presumiéndome a mí, la "novia" de Eduardo, probablemente parecía bastante rid

ese "algo". La persecución de Bruno, su encanto juguetón, había llenado un vacío en mi vida, un vacío que Eduar

a Eduardo. Un mensaje de texto.

Alicia. Sobre esta no

a no había un "nosotros". En re

tros', Eduardo. Y no hay nada de qué hablar". Dudé un segundo, luego agreg

sivo de mi pulgar, apagué mi teléfono, sumergiéndolo en la oscuridad. No q

entrar en mi apartamento vacío. Estaba harta de

coche, la lluvia me golpeó

li

cura contra el pavimento mojado por la lluvia. Se veía desaliñado, su cabe

da de lo que pretendía-. ¿No tienes un "

pulla, a

rar esto. Me humi

enuinamente

e promesa falso, afirmando que todavía estábamos juntos, después de pasar tres años fingiendo que

pió, su voz

ta de ti. Te estás comportando de man

tranquila y complaciente que soportó años de ser una ocurrencia tardía? ¿La que limpiaba tus desastres y celebraba tus éxitos

so, sus ojo

cia. ¿De qué se

tido invisible, no escuchada, no amada. Tres años tratando de ser todo lo que él necesitaba, y aun así no ser más que "agradable". Mis acc