vista d
tud de la noche. Una ola de agotamiento, profundo y hasta los huesos, me invadió. El aire, fresco y frío,
días. Mi cabeza todavía giraba ocasionalmente, y el corte en mi frente palpitaba bajo el vendaj
privada. Una fila de figuras impecablemente vestidas esperaba, sus rostros una mezcla de solemnidad y anticipación.
reverencia colectiva recor
tes de Oca", corearon sus voces,
nunciado en voz alta, so
o ya alrededor de mi cint
bajo, lleno de una calidez que contrastaba br
ontra su hombro firme, una sensación de seguri
voz firme, sus ojos recorriendo al persona
u mirada s
Sofía. Nadie puede
la multitud. Mi padre, Ricardo Montes de Oca, director general de Corporativo Montes de Oca. Sus penetrantes ojos azules,
con voz ahogada, es
re sus manos, sus pulgares tr
hecho ese
ojos ardiendo con una fur
¡Se arrepentirá del día en que le
onrisa tocó
. "Pero quiero ser yo quien lo haga arrepentirse de verdad. Quie
de Erick, un entendimiento sil
Necesito ser lo suficientemente fue
ck, su mirada suavi
n. Y luego, ayúdala a planear su venganza. Sin e
k, su voz firme, sus ojos n
en mi vida, era un consuelo que no me había d
inca Montes de Oca. La clínica era de última generación, un santuario silencioso de tecnología avanzada y profesionales médi
ientos eficientes y silenciosos, Erick per
ina ola de remordimiento. "Por todo. Por hacerte pasar
os entrelazándose sua
tierna. "Mi único arrepentimiento es no haberte e
ron, un destello de r
a suya. Alejandro Garza e Isabell
maltratada. Lo miré, realmente miré al hombre que había sido mi
ilante en mi voz. "¿Te... te impor
lo de sorpresa en s
su agarre en mi mano apretándose lig
mis labios. "Se siente... formal. Y después de todo, eres
un brillo trav
n nombre secreto para ti, ¿
xtendió por su rostro, una vist
ofundo y resonante. "So
que se sintió extraña pero liber
nde y fuerte, y siempre me prote
é su
llamarte así, Eri
obó el aliento. Sus mejillas se sonrojaron, un l
ó, su mirada cayendo a nuestras mano
afecto invadiéndome. "Por
ro, una profunda sensación
, Oso. P
tranquila de su devoción. En sus brazos, rodeada por el abrazo familiar de mi verdadero hogar, supe que finalmente

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