Instalar App
Historia

Capítulo 7

Palabras:1206    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:38

vista de

palpitaba la cabeza. El palpitar era un compañero constante estos días. Me encontré en mi propia cama, las opule

bata de seda blanca, entró, con una bandeja cargada de desayuno en su

suave y dulce. "¿Cómo te sientes esta

o una mueca por el do

, mi voz ronca.

Isabella se te

terada. La hice trasladar a una habitación más có

sita de noche, su mano roz

do por ella, Alejandr

illo frío y calculador en su

dije, mi voz baja y peligrosa.

enuina sorpresa cruzando su rostro, rá

ratando de manipularte! ¡No había ningún hijo! ¡Siempre ha

, su voz bajando a u

su 'proyecto de arte' se incendió? ¡Ella orquestó todo, Alejandro, para llamar tu atención, para

a. Mi mente se tambaleó, tratando de ordenar sus venenosas afirmaciones. ¿Sofía odiándome? ¿Necesitando mi dinero? Era impe

cabeza, tratando de despeja

pló, un sonid

tral! Eres tan ingenuo cuando se trata de ella. Es una don

escalofriante

dad a los Garza en el momento en que se confirmara su 'em

¿Arruinarme? El pensamiento, una vez plantado, comenzó a enconarse. ¿Y si? ¿Y si realmente era capaz de tal

tó, un dolor fam

gruñí, mi voz ásper

iencia, un destello d

esees,

bata de seda blanca arre

s... 'conocidas' en el futuro. Algunas

dejando el sabor amargo d

screto golpe. La señora Elv

na situación con la se

tilleó contra

voz aguda con un renov

acó a la señorit

ó las manos, sus ojos lleno

stante angustiada. Se cayó

s palabras de Isabella resonaron en mis oídos: "Siempre ha sido una manip

contré a Isabella al pie de la gran escalera, gimoteando dramáticamente, su tobillo

o teatral. "¡Me empujó! ¡Simplemente salió

ra, su rostro pálido, sus ojos ardie

z ronca. "¡Se tropezó! ¡Inte

levada al límite. ¿A quién creer? Pero la imagen de la forma arrugada de Isabella, sus grito

e Isabella, acu

teñida de una preocupación que era en

entrecerrados en una mi

¿qué has

, su voz quebrándose por la desesperación. "¡Mira l

a gimoteando, le

n brillo triunfante en sus ojos llenos d

en el extenso sistema de seguridad de la mansión. Un descuido deliberado, ahora q

fría y firme. "Discúlpate con Isabel

amor, ahora solo contenían

o de sus labios. "¿Disculparme por ser víctima de s

unda decepción gr

das

icada. Pero duró solo un momento. La vergüenza de ser desafiado públicament

menaza. "¿Quieres ser difícil? ¿Quieres hacerte la víctima

mos vestigios de cualquier afecto

segúrense de que no reciba atención méd

te, se movieron. Sofía no luchó esta vez. Simplement

ro", susurró, su voz apenas audible.

a haber dolido, debería haberme llenado de remordimiento. Pero no lo hizo. Solo qued

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY