vista d
ahogados. Esta noche, Alejandro Garza e Isabella Guerra celebraban su compromiso. El aire estaba cargado del aroma de lirios y
. Alejandro, apuesto e irradiando un falso encanto, interpretaba expertamente el papel del prometido devoto. Le sonreía a Isabella, una sonrisa que un
alón, donde se suponía que yo debía estar. Un destello de inquietud cruzó su rostro antes de que se recompusiera, su sonrisa a
ión. La señora Elvira, la administradora, entr
me pidió que le trajera algunos refresco
o otra amenaza velada. Sabía que Alejandro me querí
je, mi voz firme. Aparté la tabl
a familiar principal, la única forma de llegar a la gran escalera que conducía directamente a
ro, amplificada por el sistema de sonid
aquí. Mi dulce Sofi, por fav
tómago. Estaba tratando de engatusarme para que saliera, de control
vira se abrieron, una me
está llamando, seño
na lenta sonrisa exten
urón. Su grito ahogado de sorpresa fue tragado por
efecto, cerrada. Mis dedos torpes buscaron la cerradura, mi corazón martilleando contra mis costillas, un emocion
s se volvieron hacia mí. La música vaciló. Alejandro, que estaba a
u voz una súplica c
ce un fantasma!
la?", susurró
alimentados por la confusión y el desdén. Yo
sus ojos desorbitados por
haciendo! ¡No debe
arrastrarme de vuelta a las som
recién reconocido de Alejandro, un hombre cuyos rasgos severos ahora parecían furio
o. Corrió hacia adelante, arrojándose a los brazos de
sionada contigo, señor Garza! ¡Simplemente no
. Apretó su brazo alrededor de Isabella, un respaldo silencioso a sus mentiras. Mi corazón, ya mue
do el silencio atónito. "Diles la verdad. Diles
sus ojos moviénd
ando", murmuró, su
un barniz de arrepentimi
nocida. Claramente no está bien.
o. "¿Llamas 'no estar bien' a tres años de mi vida,
ro dos corpulentos guardias de seguridad se materi
l señor Garza padre, su paciencia clara
ojos. No vio a la mujer que lo había amado, sino un
de toda calidez, de toda vacilación. "Y
ron con los de Alejandro. No había remordimiento, ni arrepentimiento, solo un vacío escalofriante
salón, una nueva voz, baja y
per
dido, sus ojos buscando. Entonces, otro grupo de guardias, más altos, más anchos, sus rostros
spetuosa. "Parece que tenemos un pequeño problema. Hay
ó hac
s las nuevas introducciones a la familia... necesita ser investiga
adre se entrecerraron. Mir
lejandro? ¿Ella con
tamudeó, su r
no. Quiero decir, ella er
ras. Cualquier pareja potencial para el heredero debe pasar una verificación de antecedentes. Y cualquier individuo que
una c
torial con el personal de los Garza y, de hecho, con el
orden y tradición. Una violación de sus reglas era una afrenta p
esto de inmediato. No tendremos tales... cabos sueltos en un
fuente ornamental en el centro del salón, sus aguas brillando bajo las luces. Sus ojos, una vez llenos de un falso amo
odría intentar ayudarme. Pero entonces su agarre se apretó, no con suavidad,
ñó, su voz un susurro bajo y furioso. "
ntina brutalidad. Isabella observaba, una sonrisa cruel jugando en sus labios. Luché, pero
yo mismo
abajo. Me agité, desesperada por salir a la superficie, pero mi cuerpo se sentía lento, lastrado por la tela, por el dolor, por el puro horror de su traición

GOOGLE PLAY