Instalar App
Historia
Esposa, Donante, Víctima: Un Matrimonio Retorcido

Esposa, Donante, Víctima: Un Matrimonio Retorcido

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:2385    |    Actualizado en: 16/08/2025

a vez que donaba médula ósea para salvar a mi hijo, Leo. Pero aguanté el

ermera de Leo, Ginebra. Mi sangre se h

me dejó infértil? Lo planearon. Mis siete años de matrimonio fueron una mentira elabor

ta para explotarme. No era una esposa ni u

a después de cada donación no eran por amo

uelo, y la máscara del esposo am

o Esteban, con la voz plana-. El

bservé con horror cómo tomó una jeringa y extrajo mi s

ítu

doctor flotaban e

a ósea no se está regenerando lo suficientemente rápido. Otra don

familiar instalándose en lo profundo de mis huesos. Era la quinta vez que escuchaba

n mi palma sudorosa. La cabeza me dio vue

que ir

ente estaba preocupado. Dijo

istal frío de la ventana del coche, viendo pasar las colinas soleadas de Nuevo León. Me dolía el cuerpo, un dolor

taba en silencio. Demasiado silenciosa. Caminé suavemente por el

suave y segura, y otra, la voz de una mujer, aguda y

palmera, mi corazón comenzand

nebra estaba cargada de incredulidad y un t

nuestro hijo -respondió Esteban.

jo? Tenía que referirse a Leo.

-dijo Ginebra, bajando la voz-. Necesita el

n un suspiro en la voz-. Pero es resistente. Por eso la elegí

de casarnos. Los doctores diciéndome que mis heridas eran tan graves que nunca podría tener hijos. La dev

eó Ginebra-. Hacerla infértil aseguró que

pared para mantenerme en pie, el mundo girando

eban, su voz fría y práctica-. De lo contrario, su devoción

madre. No una es

uó, cada palabra un martillazo

estra -rio Ginebra-. Vivir bajo su techo, viéndo

monstruosa. Mi matrimonio era una farsa. Mi infertilidad fue un crimen.

e matrimonio fue

con vistas al mar, el atardecer pintando el cielo. Se había

e emoción-. Te amaré y te cuidaré por el

ras.

n pariente lejano que había fallecido. Dijo que podíamos darle un hogar, una vida.

o, había di

ndición rara y mortal. La única cura era un trasplante de médula

echo cualquier co

ngre, mi médula, mi energía, mi amor.

ngaño meticulos

en el frío suelo de mármol con un golpe sordo. Mi cuerpo

sonalizado con una inscripción de Esteban -"Mi única, mi todo, mi para siempre"-, b

ador, vacaciones exóticas. Me abrazaba y susurraba lo agradecido que estaba, lo

ocavaba sutilmente frente al personal. La forma en que Leo, a medida que crecía, repetía sus

había aprendido bien la

a romper algo, gritar, destrozar esta jaula dorada. Mis ojos se posaron en un jar

erta de la sala s

rostro torciéndose en un ceño fr

ces ahí abajo? T

da de su habitual

iencia jugando en sus labios. -Oh, querida, señora

su pequeño rostro un espejo de su desd

opa cara y a medida, irradiando salud y riqueza. ¿Y yo? Yo era un desastre de pelo enredado, piel pál

ca brotó de mi garganta.

an por mi cara, ca

palabras arrancadas de mi garganta en carne

l esposo amoroso se desvaneció, revelando al

-dijo, su voz plana-. El doc

fue silenciosa, pero

z de Esteban bajó a un susurro

falsa simpatía. -Elena, piensa en el pobre Leo

eó la espinilla. Fue una patada débil, pero en mi frági

ló, su voz estridente-. ¡Ere

azón era mil veces peor. Este niño, el niño

de alejarme de ellos. -No soy tu

e, correr, pero mis p

que habían aparecido silenciosamente en el pasillo. -

só mi ira. Me agarraron los br

Extendió la mano y me acarició la mejilla, su tacto haciendo que mi piel se e

-dijo, su voz un murmullo bajo

violento e incontrolable. -Po

una constelación de viejas marcas de agujas. Sus ojos las recorrieron por un segundo, un

repugnante. Observé, horrorizada, cómo mi sangre, mi fuerza

se sentía pegajosa y fría, volviéndo

n lado como una muñeca usada. Mi cabeza golpe

, lo vi entregar la bolsa de mi sangre a Ginebra. Ella l

su boca-. Es solo una

edos fríos contra mi cu

a-. Ahora podemos

ón que yo había decorado con tanto esmero. Sus risas resonaron po

frío, incapaz de move

argas. Me lo habían quitado todo. Mi salud, mi capacidad de tener una fa

noche junto

stuve allí antes de f

cio y almizclado a sexo en el aire. Se aferraba a la

des. Lenta y dolorosamente, me levanté. Me palpitab

que

mi escritorio. Papeles de divorcio. Y un acuerdo de transferencia de bienes. Hice que un abogado los redactara hace

a desayunando. Risas y charlas alegres llenaban el aire

a se molestó en mirarme. Le estaba dando a Leo un trozo

in alegría se esc

teban siempre tenía una excusa para que Ginebra se quedara. La forma en que Leo me t

de completa indiferencia. Tenía mi sangre corriendo p

e parecer un poco culpable. -Elena, sobre anoc

temente firme. Lo interrumpí antes

coloqué los papeles f

. Luego sus ojos se abrieron ligeramente al leer lo

control. Probablemente asumió que esto era solo un arre

a sonrisa condescendiente en su rostro.

leyó la le

papel, un peso enorme se levantó de mis h

ía que escapar

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY