vó una olla de sopa a la
tá caliente -dijo c
nte me moví
opa hirviendo salió volando de sus man
un dolor abrasa
gritando como si ella t
ra de pánico. Pasó corriendo a mi
tó, levantándola en sus brazo
e dedicó una
que llamar a una
maduras de Casandra eran graves. Necesitaría injertos
de Adrián se
a suya
con incr
Qu
rosamente baja-. La hiciste tropezar
ó hacia el
to! ¡Yo también estoy herida
ante -gruñó, empujá
fano, el ci
emos suficiente anest
siquiera
la a C
uy abiertos, cómo el cirujano se acercaba
oja des
e mi garganta. Me agité en la mesa, mis uñas rompiéndose contra layé por e
nzante y agonizante en la pierna. A
con una sonrisa crue
No tenía nada
con Casandra cuand
s ojos inyectados en sangre
susurré-. Me
incertidumbre en sus ojo
omento, entró
señorita Télle
lev
en la cabeza como a un perro-. No voy a rom
ás de él, barrí con el brazo la mesita de no
bró. Era un me
ha sido a
r mi rostro. Lágrimas d
tan fuerte que s
e había t
rvientas del penthouse evitaron mi mirada. Caminé por
Adrián un rega
pocas horas, toda la villa se transformó. Cada
EÑA, TER
DES POR T
la puerta principal, visible desde
y salí por la pue
Gael. Voy a