odo. Apartó la mirada, un gesto de r
denó, su voz tensa.
alda, como si la visión de mí en
sin tartamudeos. "Mira la casa. La limp
rillante, los muebles sin polvo, la cocina ordenada. Una chispa de s
ba con su percepción de mí. Aunque mi cara estaba limpia y mi pelo recogi
paso hacia él. Me detuve en seco. "No sé qué jue
día verlo en la forma en que sus hombros estaban
ando ligeramente. "Yo... tengo hambre.
ago, vacío durante todo el día, r
dureció. Una sonrisa cíni
cartera. "Siempre se trata de esto
arrojó sobre la mesa, junto
o que quieras, pe
sintiendo una oleada de desesperac
la puerta. No me dio la oportunidad de explicar. Me dejó all
cerraba, alguien la empu
asha
pelo perfectamente peinado. Clara
ente dulce, pero sus ojos brillaban con malicia. "Oí
de Roy que yo llevaba, y una
a, solo sentían ira. Recordé todas las veces que me había "aconsejad
Sasha", dije, mi
, sorprendida
has di
paso adelante. Agarré su brazo y la empujé
i repentina firmeza,
uelto loca
le respondí, cerrándole la puerta en
rla y a preparar algo de comer con
paz du
unos golpes furiosos r
la puerta! ¡Sé
Abrí con cautela. Era el dueño de la cantina d
de mi hombro. Miré hacia atrás. Roy estaba de pie en el porche de a
, continuó el hombre. "¡Dijo que su marido, el teniente Castillo, pagar