do agudo perforaba mis sienes, mezclado con u
robaste los dul
jeres con batas de casa y niños mocosos que me señalaban. El sol de l
staba
a, despreciada por todos, muerta en la soledad de un pequeño apartamento después de una vida de arrepentimiento. Una vida marcada por la m
ta en 1993, en la unidad habitacional de la Guardia Nacio
ba de r
gro, un brazo fuerte me agarró del co
espectáculos,
ida que me heló la sangre. Me arrastró sin miramientos, ignora
ña casa y cerró la puerta de un porta
, ahora eran dos trozos de hielo. Su uniforme impecable
o y peligroso. "Harto de las humillacion
lsillo de su pantalón y lo a
la solicitud
uñetazo. No. No otra vez. En mi vida pasada, este fue
garganta, y las palabras salieron tartamudeando, torpes. Justo com
soy idiota? Siempre es lo mismo. Siempre buscando atención, a
palda ancha y rígida er
ando mi visión. Recordé su promesa, años atrás, en nuestro pu
e fue, dejándome so
r, un nido que Sasha Hewitt, la hija de un oficial que vivía en la unidad, me había ayudado a "decorar". "A Roy le gustan la
o de la enfermedad se había levantado. E
tiré los mi
r. Fregué los platos, lavé la ropa a mano, ordené cada rincón de la
y sudada. No tenía ropa limpia
misas de algodón blanco. Olía a él, a jabón y a sol. Me la puse. Me quedaba enorme
más delgado, pero mis ojos, ahora, brillaban con una lucidez qu
nto, la puerta pr
abía
recorrió la casa impecable y luego se detuvo en mí, e
desconfianza aún más profunda. Para él, esto no era un inten