su mejor amiga la dejó ansiosa. Entró a la mansión para terminar de arreglarse e ir por Enzo al aeropuer
este sobre. -dijo y ést
iento firme de cabeza.- Déjalo en mi habitación, lo revisaré lu
ana subió el primer escalón- Disculpe señora, desea q
eleste. Iré en mi coch
ción. La empleada subió pos
pedrería que prolijamente, Celeste había dejado sobre la cama. Aunque intentaba enfocarse en el prese
a Enzo? Se preguntó
ía razones para
ariencia perfecta de su mari
so no era un hombre malo, había cosas de él que ella misma no con
la. Estaba por salir de la recámara cuando se percató del sobre encima de la cómoda, lo tomó entre sus manos, lo
lujosa mansión, subió a su coche, colocó el sobre en el
en el lugar, fue hasta el área de recepción para confirma
a de llegar. -con
as, se
on admiración al ver el atuendo que llevaba y la elegancia con la que lucía el hermoso
ana comenzó a impacientarse al ver que Enzo no aparecía. Su ausencia y las dudas sembradas
lamarlo, necesitaba saber de él. Necesitaba confirmar que estaba equi
el teléfono, pero nadie habló, sólo cortó la llamada. Volvió a intentarlo por segunda ve
irigió nuevamente al área administrativa. Entró a la elegante ofici
e? -preguntó el hombre mirando de arr
nzo Fiorini venía en el vu
favor -sugirió en
silla y se sentó, mientras el hombre revis
lo no hay ningún pasajero c
ente. -Su voz reflejaba angustia
er, el sub-gerente volvió a revisar con
r Fiorini no está
ó- Hace dos días me aseguró
ar, quizás ca
n de un momento a otro. Por el contrario, era un hombre racional, milimétric
estuviese en aquel vuelo. ¿Tenía u
vuelos previstos para esa noche, ella se levantó de la silla y fue hasta s
por lo que imagina que por la verdad y
levarla a tierra. Insistentemente marcó al móvil de Karem pero ella no le contestó. Segura de que no quería hablarle por el inconveniente que tu
nde fue? Necesito
ónde iba... lleva algunos meses algo misteriosa. -explicó la mujer- Pe
. -Liliana le co
iana comenzó a atar cabos, algunos comentarios de su amiga,
r Dios!
su esposo...