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Amor Ciego: El Bombero Traicionado

Amor Ciego: El Bombero Traicionado

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Mi matrimonio con Ana era perfecto, o eso creía yo. Llevábamos cinco años casados, pero desde hacía dos, la intimidad se había esfumado, reemplazada por su repentina santidad y la abstinencia justificada por una "purificación espiritual". Yo, Gustavo, un bombero que la amaba incondicionalmente, aguantaba en silencio, haciendo de esposo devoto, sacrificando mi propia felicidad por la esperanza de recuperar a la mujer de la que me enamoré. Pero un día, durante un incendio menor, la vi riendo a carcajadas en un centro comercial, de una forma que no recordaba, con un hombre que la abrazaba posesivamente y un niño de dos años en sus brazos. La traición me golpeó como un camión: Ana me había estado engañando durante años, ocultándome a su amante, Ricardo, ¡y a su hijo, Luisito!, mientras me condenaba por mis "necesidades primitivas". Como si no fuera suficiente, llegó a casa y me anunció gélidamente: "Quiero que adoptemos un niño... Luisito. ¡Y Ricardo, su padre, se mudará con nosotros!". Intentó justificarlo todo con su falsa fe: "Es un alma necesitada, como buena católica es mi deber ayudarlo", y me humilló llamando a mi dolor "escenas mundanas" que "manchaban su espíritu". ¡Ella usaba la religión para encubrir su infamia y pisotearme! La noche en que los descubrí en mi propia cama, a Ana, Ricardo y el niño, en mi propia casa, el mundo se me vino abajo. Les exigí el divorcio, pero ella sonrió con desdén: "¡No puedo divorciarme! Un escándalo así mancharía mi imagen y mi trabajo. Si intentas irte, ¡destruiré tu reputación de héroe!": me abofeteó, amenazando con calumniarme. Con el corazón destrozado y el alma aniquilada, me fui. Pero la vida, burlona, me dio otra dosis de crueldad. Tras sufrir un accidente que me dejó malherido, Ana, mi esposa, me abandonó a mi suerte en medio de la calle, demostrándome una indiferencia que me heló la sangre. Al día siguiente, ella me llamó, no para preocuparse, sino para ordenarme que sacara mis cosas de "nuestra" casa: ¡había decidido instalar allí a su amante y a su hijo! Fue entonces cuando, al revisar mi laptop, descubrí un álbum de "Mi verdadero amor": fotos y videos de Ana y Ricardo besándose en la playa hacía año, y ¡videos de Luisito desde su nacimiento! ¡Luisito era SU hijo! La mentira, el desprecio, la hipocresía me explotaron en la cara. Pero una extraña sensación de liberación me invadió. Me di cuenta de que llevaba años viviendo una farsa y que era hora de despertar. Ahora, esta bomba iba a estallar.

Contenido

Introducción

Mi matrimonio con Ana era perfecto, o eso creía yo.

Llevábamos cinco años casados, pero desde hacía dos, la intimidad se había esfumado, reemplazada por su repentina santidad y la abstinencia justificada por una "purificación espiritual".

Yo, Gustavo, un bombero que la amaba incondicionalmente, aguantaba en silencio, haciendo de esposo devoto, sacrificando mi propia felicidad por la esperanza de recuperar a la mujer de la que me enamoré.

Pero un día, durante un incendio menor, la vi riendo a carcajadas en un centro comercial, de una forma que no recordaba, con un hombre que la abrazaba posesivamente y un niño de dos años en sus brazos.

La traición me golpeó como un camión: Ana me había estado engañando durante años, ocultándome a su amante, Ricardo, ¡y a su hijo, Luisito!, mientras me condenaba por mis "necesidades primitivas".

Como si no fuera suficiente, llegó a casa y me anunció gélidamente: "Quiero que adoptemos un niño... Luisito. ¡Y Ricardo, su padre, se mudará con nosotros!".

Intentó justificarlo todo con su falsa fe: "Es un alma necesitada, como buena católica es mi deber ayudarlo", y me humilló llamando a mi dolor "escenas mundanas" que "manchaban su espíritu".

¡Ella usaba la religión para encubrir su infamia y pisotearme!

La noche en que los descubrí en mi propia cama, a Ana, Ricardo y el niño, en mi propia casa, el mundo se me vino abajo.

Les exigí el divorcio, pero ella sonrió con desdén: "¡No puedo divorciarme! Un escándalo así mancharía mi imagen y mi trabajo. Si intentas irte, ¡destruiré tu reputación de héroe!": me abofeteó, amenazando con calumniarme.

Con el corazón destrozado y el alma aniquilada, me fui. Pero la vida, burlona, me dio otra dosis de crueldad.

Tras sufrir un accidente que me dejó malherido, Ana, mi esposa, me abandonó a mi suerte en medio de la calle, demostrándome una indiferencia que me heló la sangre.

Al día siguiente, ella me llamó, no para preocuparse, sino para ordenarme que sacara mis cosas de "nuestra" casa: ¡había decidido instalar allí a su amante y a su hijo!

Fue entonces cuando, al revisar mi laptop, descubrí un álbum de "Mi verdadero amor": fotos y videos de Ana y Ricardo besándose en la playa hacía año, y ¡videos de Luisito desde su nacimiento!

¡Luisito era SU hijo!

La mentira, el desprecio, la hipocresía me explotaron en la cara.

Pero una extraña sensación de liberación me invadió. Me di cuenta de que llevaba años viviendo una farsa y que era hora de despertar.

Ahora, esta bomba iba a estallar.

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Recién lanzado: Capítulo 19   Ante ayer18:19
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1 Introducción
02/07/2025
2 Capítulo 1
02/07/2025
3 Capítulo 2
02/07/2025
4 Capítulo 3
02/07/2025
5 Capítulo 4
02/07/2025
6 Capítulo 5
02/07/2025
7 Capítulo 6
02/07/2025
8 Capítulo 7
02/07/2025
9 Capítulo 8
02/07/2025
10 Capítulo 9
02/07/2025
11 Capítulo 10
02/07/2025
12 Capítulo 11
02/07/2025
13 Capítulo 12
02/07/2025
14 Capítulo 13
02/07/2025
15 Capítulo 14
02/07/2025
16 Capítulo 15
02/07/2025
17 Capítulo 16
02/07/2025
18 Capítulo 17
02/07/2025
19 Capítulo 18
02/07/2025
20 Capítulo 19
02/07/2025
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