img Amor Ciego: El Bombero Traicionado  /  Capítulo 1 | 10.00%
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Historia

Capítulo 1

Palabras:1486    |    Actualizado en: 02/07/2025

a devota católica de la noche a la mañana, y con su nueva fe llegaron nuevas normas para su matrimonio. La más importante era la abst

, le decía con una calma que a él le helaba la sang

azo casual, a menos que fuera en público, donde Ana necesitaba mantener la imagen de una esposa feliz y devota. Para el mundo exterior, eran la pareja p

fase religiosa pasara, de que su esposa volviera a ser la mujer cálida y apasionada de la que se enamoró. Por eso, se dedicó a ser el esposo perfecto. Le cocinaba, mantenía la casa impecable,

orme y subió al camión, sintiendo la familiar adrenalina antes de una misión. Al llegar, el fuego ya estaba casi controlado, era solo un contenedor de basura ardiendo en el estaci

sola. A su lado, un hombre alto y bien vestido la rodeaba con un brazo de manera posesiva. Y en los brazos de Ana, un niño pequeño, de unos dos o tres años, jugaba con su collar. Parecían la

Solo existía esa imagen, esa traición que se desarrollaba a plena luz del día. El hombre que la acompañaba le resultaba vagamente famil

a terminamos a

ncia. La sonrisa de ella se borró al instante. En su mirada no había culpa ni sorpresa, solo una fría molestia, como si la presencia de Gustavo fuera un inc

n de Ana y su nueva familia grabada a fuego en su mente. Durante el trayecto de vuelta a la estación, no dijo una sola palabra. El dolor era tan intenso que apenas podía r

o entró, la casa estaba vacía y en silencio. Revisó cada habitación. No había ninguna nota. Nada. Era como si la tarde en el centro comercial nunca hubiera ocurrido. Ana y su

tud distante de siempre, dejó su bolso sobre la mesa y se dirigió a la c

evitando su mirada. "El

a. "¿Trabajo? ¿Eso estabas hac

una pregunta, era una afirmación. "Justo de eso quería hablarte. He estado pensando mucho,

ó una risa seca y sin alegría. "¿Adoptar? ¿Estás hablando en

donó y él está pasando por un momento muy difícil. Como buena católica, mi deber es ayudarlo" . Se acercó a él, pero mantuvo la distancia. "Y tú, como

so. "¿Tu espíritu? ¿Y qué hay de mi espíritu, An

Es un deseo bajo, impuro. Yo ya he trascendido eso" . Sus palabras eran cuchillos, diseñadas para desmantel

, sino que usaba la religión para justificarlo y, peor aún, para humillarl

calma exasperante. "Es un alma necesitada.

intiendo cómo la esperanza se desmoronaba.

dolor. "Luisito vendrá a vivir con nosotros mañana. Y como Ricardo no tiene a dónde ir

ía siguiente, Gustavo se despertó de una noche de insomnio y los encontró en la sala. Ricardo, sentado en su sofá, y Ana, en el suelo, jugando con Luisito. La ternura con la que Ana miraba al niño era a

l niño, se asomó con cuidado. Y lo que vio lo destrozó por completo. Ana estaba en la cama, con Luisito dormido entre ella y Ricardo. Ricardo la abrazaba por la espalda, susurrándole cosas al oído. Ana,

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