Instalar APP HOT

Gavin

1218 Libros Publicados

Libros y Cuentos de Gavin

Mi Boda, Su Más Grande Error

Mi Boda, Su Más Grande Error

5.0

ALEXIA CUEVAS POV: Estaba en la prueba final de mi vestido de novia, a solo unos días de casarme con el amor de mi vida, Mauricio. De repente, mi organizadora de bodas recibió una llamada. Su rostro palideció. "Señorita Cuevas", me dijo con voz temblorosa, "me acaban de llamar para cambiar el nombre de la novia en las invitaciones... por el de Ida Juan". Ida era su "amiga", la misma a la que vi a Mauricio arrodillarse en nuestra propia fiesta de compromiso. En un bar, lo escuché decirles a nuestros amigos: "Alexia es mi obligación, pero Ida es mi placer". Incluso cuando me caí por las escaleras, él y sus amigos simplemente se dieron la vuelta y continuaron su fiesta, dejándome tirada. No solo me traicionó, sino que planeaba robar mi fecha de boda, mi salón y hasta el diseño que yo había creado. Pensó que yo era una tonta, una víctima que aceptaría posponer todo para que él pudiera casarse con su amante en mi lugar. Pero se equivocó. Fui con mi padre y le dije: "Quiero que arregles mi boda. Para la misma fecha. Pero con Antonio Díaz".

Leer ahora
Cinco años de amor perdido

Cinco años de amor perdido

5.0

Tentu, saya akan menambahkan POV (Point of View) ke setiap bab sesuai dengan permintaan Anda, tanpa mengubah format atau konten lainnya. Gabriela POV: Durante cinco años crié al hijo de mi esposo como si fuera mío, pero cuando su ex regresó, el niño me gritó que me odiaba y que prefería a su "tía Estrella". Leandro me dejó tirada y sangrando en un estacionamiento tras un accidente, solo para correr a consolar a su amante por un fingido dolor de cabeza. Entendí que mi tiempo había acabado, así que firmé la renuncia total a la custodia y desaparecí de sus vidas para siempre. Para salvar la imprenta de mi padre, acepté ser la esposa por contrato del magnate Leandro Angulo. Fui su sombra, la madre sustituta perfecta para Yeray y la esposa invisible que mantenía su mansión en orden. Pero bastó que Estrella, la actriz que lo abandonó años atrás, chasqueara los dedos para que ellos me borraran del mapa. Me humillaron en público, me despreciaron en mi propia casa y me hicieron sentir que mis cinco años de amor no valían nada. Incluso cuando Estrella me empujó por las escaleras, Leandro solo tuvo ojos para ella. Harta de ser el sacrificio, les dejé los papeles firmados y me marché sin mirar atrás. Años después, cuando me convertí en una autora famosa y feliz, Leandro vino a suplicar perdón de rodillas. Fue entonces cuando descubrió la verdad que lo destrozaría: nuestro matrimonio nunca fue legal y yo ya no le pertenecía.

Leer ahora
La Dignidad no se Vende

La Dignidad no se Vende

5.0

Mi casa en Triana, que olía a jazmín y a melancolía, estaba a punto de perderse. Con solo dieciocho años y un título de diseño recién empezado, sentí el peso de las deudas de mi padre muerto. La oferta llegó como un salvavidas: acompañar a Ricardo Vargas, un constructor poderoso y enigmático. El "acuerdo" era claro: él salvaría mi hogar, yo sería su compañera discreta. Casi creí que el dinero me había traído un amor inesperado, confundiendo su opulencia con cariño, su posesividad con protección. Pero entonces, apareció Carmen Sandoval, su exnovia. Me citó en un hotel de lujo y, con desprecio, me ofreció tres millones de euros para desaparecer. Ella era su "costumbre favorita", y yo, solo un insecto. Para probarlo, hicimos una cruel prueba con mensajes a Ricardo. El suyo fue respondido con preocupación, el mío, con un frío "Espero no sea grave. Estoy ocupado". Ella sonrió. "¿Ves? No eres nada para él". Me reveló que todos los gestos grandiosos de Ricardo -los jazmines, Noruega- eran réplicas de lo que había hecho por ella. Solo era una sustituta, un eco. La indignidad se volvió insoportable. Un día, Carmen rompió el broche de mi abuela y me acusó de agredirla. Ricardo, sin dudarlo, me encerró en el sótano frío y húmedo, donde casi muero de frío. La humillación final llegó cuando, en una fiesta, él volvió a negarme públicamente. Me trató como un objeto, un insignificante estorbo para el juego de sus celos. ¿Cómo pude ser tan ciega, tan ingenua? El dolor era insoportable, la traición palpable. Me había vendido por una falsa seguridad, por un puñado de billetes. ¿Era mi dignidad el precio? ¿O algo más valioso aún? Pero al despertar del delirio, solo quedó una determinación fría. ¡No más! Era hora de despertar. Con los tres millones de euros de Carmen y una beca para Roma, cortaría todas las ataduras. Mi propio cuento de hadas no necesitaba un príncipe tóxico. Estaba lista para mi verdadera vida.

Leer ahora
El Pacto Roto Por La Envidia

El Pacto Roto Por La Envidia

4.3

La envidia era una bestia sedienta en nuestra comunidad, siempre hambrienta de lo que otros poseían. Nunca pensé que sus colmillos se clavarían en mi carne, en la de Estela y en la de nuestras vidas. Nos ofrecieron, a mi hermana gemela Estela y a mí, a los hermanos Vázquez, Marcelo y Efraín, como un sacrificio, un pacto. Parecía un cuento de hadas retorcido, una bendición. Pero la envidia, esa misma envidia que nos elevó, nos arrastró en picada hacia la tragedia más oscura, un abismo del que no creí que saldríamos. Estaba embarazada de cinco meses cuando unos hombres armados nos interceptaron a mi hermana gemela y a mí en medio de la noche. Aterrorizada, marqué el número de mi esposo, Marcelo, una y otra vez, suplicando por nuestras vidas. Pero él me colgó, furioso, porque estaba ocupado consolando a su "hermanita" adoptiva, Daniela, por un simple corte en el dedo. "¡Deja de hacer drama y no me molestes! Daniela está asustada y me necesita." Esa fue la última vez que escuché su voz antes de que los golpes me hicieran perder a nuestro bebé. Mi hermana Estela, mi leona, se interpuso para protegerme y le destrozaron la pierna con una barra de hierro, acabando para siempre con su carrera de bailarina. Cuando despertamos en un hospital público, solas y rotas, descubrí que Marcelo y su hermano estaban en una clínica de lujo, cuidando a Daniela como si fuera de cristal. Para colmo, Marcelo me acusó de haber "deshecho" a nuestro hijo a propósito solo para manipularlo por celos. El dolor se convirtió en una frialdad absoluta. Me limpié las lágrimas, firmé los papeles de divorcio y me dirigí a la policía para contar toda la verdad. Lo que Marcelo no sabía era que, al caer los secuestradores, confesarían que la dulce Daniela fue quien ordenó nuestra ejecución.

Leer ahora
Cinco Años De Mentiras

Cinco Años De Mentiras

5.0

Durante cinco años, Mateo dedicó su vida a Elena, la mejor amiga de su difunta madre, quien, tras un supuesto accidente, quedó postrada en una silla de ruedas. Él, un joven aspirante a chef, pausó sus sueños para cuidarla, enamorado en secreto, soportando sus caprichos y excentricidades. Pero una noche de tormenta, un diluvio en la Ciudad de México, al regresar con sus "medicamentos especiales", una risa furtiva lo detuvo en la puerta. Era Elena y su amiga Sofía, y las palabras que escuchó ahogaron su alma: "Claro que sí, todavía no he terminado, faltan las humillaciones. Hoy es la número noventa y nueve" . La parálisis de Elena, el sacrificio de Mateo, todo era una farsa, una cruel venganza por algo que ocurrió cuando él era solo un niño. ¿Un niño? La culpa. El nombre de Rodrigo. "Ese mocoso tuvo la culpa" , escupió Elena, "por su culpa, perdí mi única oportunidad" . Cinco años de su vida, borrados. Un amor convertido en cenizas. La llegada del "Dr. Ricardo" , un actor que remedaba al amor perdido de Elena, y el explícito desprecio de ser reducido a "el que ayuda" , la humillación de una reverencia forzada en el suelo sangrante, desató algo más oscuro. La ignominia de ser enviado al almacén, la traición definitiva en el callejón, donde fue brutalmente agredido en su nombre; Elena quería el castigo final. "Es la última vez" , susurró Mateo, con una voz helada en la noche. Borró a Elena de su vida. Borró el pasado. Se arrojó al vacío, no de un puente, sino de una vida de tormento para renacer de las cenizas. Con la ayuda de su tía Carmen, Mateo escapó a un nuevo mundo, sanando heridas y encontrando el verdadero amor en Camila. Pero el pasado no se rendía. Elena, ahora realmente paralítica, reapareció, persiguiéndolo, acosando a Camila, reabriendo viejas heridas. Fue el momento de la verdad. Mateo la confrontó, pero aquella "pobre víctima" se atrevió a confesar: "Te amo, Mateo" . La palabra "asco" fue la única respuesta a tanta depravación, a tanto tormento. Fue el final. Su última petición: "Desaparece" . La promesa de una vida nueva, sin sombras, en los brazos de Camila, mientras los fantasmas del pasado finalmente encontraban su propia justicia.

Leer ahora
Cinco Años, Un Corazón Roto

Cinco Años, Un Corazón Roto

5.0

Mi sistema, tan puntual como siempre, anunció el inicio de la cuenta regresiva. [La cuenta regresiva de siete días para el regreso ha comenzado.] [Anfitriona, por favor prepárese.] Llevaba cinco años casada con Ricardo. Cinco años de promesas vacías y un corazón entregado a otra. Él acababa de entrar por la puerta, quejándose del trabajo: "Sofía, Lucía se enfermó otra vez, pobrecita. Le di algo de dinero para que viera al doctor. Este mes la cosa va a estar un poco apretada." Todos en el vecindario decían que yo era la esposa más afortunada. Nadie sabía que casi todo su sueldo se iba en Lucía, su "amiga" de la infancia. Nadie sabía que mientras él le compraba abrigos de piel a ella, yo usaba el mismo suéter gastado por tercer invierno consecutivo. Nadie sabía que mis manos, que alguna vez fueron suaves, ahora estaban llenas de callos por empujar un carrito de comida bajo el sol y la lluvia para pagar nuestras cuentas. El sistema anunció que la tarea de "conquistar a Ricardo" había terminado. No por éxito, sino por tiempo. Y ahora, me ofrecía un regalo de consolación: un boleto de vuelta a casa. A mi México. "Lucía necesita un mejor lugar donde vivir. Estoy pensando en usar el dinero que hemos ahorrado para comprarle un pequeño patio." El dinero del que hablaba era el que yo había ahorrado vendiendo comida en la calle. Antes, le habría gritado. Ahora, sólo sentía un vacío. "Haz lo que quieras" , dije, mi voz sonaba plana y extraña incluso para mí. Me había entregado mi corazón en bandeja de plata, y él lo había pisoteado una y otra vez. ¿Y ahora me llamaba sensata porque finalmente me había rendido? La mañana en que Ricardo finalmente le negó el acceso a Lucía, creyó que había hecho un gran gesto. Él me miró con desesperación y esperanza: "Sofía... ¿viste? La he dejado. Para siempre. Ahora solo somos tú y yo." Para mí, su gran declaración llegó cinco años tarde. Cuando mi cuerpo se disolvió en luz dorada para volver a casa, él apenas alcanzó a decir mi nombre. Ni siquiera sabía mi nombre completo.

Leer ahora
Siete Años de Una Farsa

Siete Años de Una Farsa

5.0

Era el séptimo aniversario de bodas y la tensión en el comedor de los Fuentes era palpable, Sofía, como siempre, sostenía una sonrisa forzada, mientras su esposo, Ricardo, un genio arqueólogo, permanecía ajeno, rígido y distante. Todo se vino abajo cuando, intentando mostrar fotos familiares, la pantalla grande del comedor proyectó, por error, la transmisión en vivo de la cámara de seguridad del estudio de Ricardo. Lo que vimos nos heló la sangre: gemidos ambiguos de dolor y placer, Ricardo aferrado a su escritorio, y una mujer, Elena Vargas, su supuesta "terapeuta", asistiéndole con una pericia explícita en su cuerpo. La humillación me quemaba la cara; él, que se estremecía con mi roce, ¿pagaba a otra para excitarse así? Sin decir una palabra, cancelé mi beca en Florencia, mi sueño de toda la vida, y con la voz extrañamente calmada, marqué el número de un abogado: "Buenas noches, hablo para solicitar una cita para iniciar un trámite de divorcio".

Leer ahora
Me Caso Con Tío de Mi Novio

Me Caso Con Tío de Mi Novio

5.0

Tres años. Tres largos años desde que Alejandro, el hombre con el que iba a casarme, me abandonó en el altar, alegando una ridícula "iluminación espiritual" para unirse a una secta. La verdad, sin embargo, era mucho más sucia y terrenal: no había secta, solo Laura, una mujer a la que Alejandro, mi prometido, había decidido "rescatar" de la miseria para casarse con ella y escalar socialmente, dejándome a mí, Sofía, como daño colateral. Ahora, la mansión se abre de golpe y él está de vuelta, con la misma arrogancia, y a su lado Laura, embarazada, sus ojos recorriendo mi hogar con una mezcla de envidia y triunfo, como si esta casa también les perteneciera por derecho. Con una sonrisa torcida, Alejandro anuncia: "Sofía, he vuelto. Laura y yo nos casaremos. Ella espera a mi hijo. Pero no te preocupes, siempre habrá un lugar para ti a nuestro lado, como una hermana". Escuchar su propuesta, tan audaz como absurda, me revolvió el estómago. Recordé la humillación, las miradas de lástima, las fotos de él y Laura construyendo la vida que me robaron. Mi aparente sumisión los desarmó, se sentaron victoriosos en el sofá, pero justo entonces, un torbellino de energía infantil irrumpió: "¡Mami!" Mi hijo Daniel, de dos años, corrió a mis brazos, y la sonrisa de Alejandro se congeló, su arrogancia reemplazada por el shock. Laura lo miró fijamente, con incredulidad y furia contenida. Entonces, con la inocencia pura de un niño, Daniel señaló el retrato de su padre sobre la chimenea: "¿Dónde está papá? ¿Papá no ha vuelto todavía?". Esa pregunta, cargada de un significado que pulverizó su mundo, destrozó por completo el universo de Alejandro. Su cara, petrificada, pasó del shock a una furia oscura y profunda: ¿De qué demonios estaba hablando? ¿Quién era este niño?

Leer ahora
Identidad Robada

Identidad Robada

5.0

Nací con un destino cruel: ser la "piecita de repuesto" de mi hermana Sofía. Invisible, despreciada por mis padres, encontré consuelo y amor en secreto. Cuidé de Alejandro de la Vega, ciego tras un accidente, y bajo el nombre de "Lucero", le devolví la luz con mi música y mi voz. Nos enamoramos, sellando nuestra conexión con un viejo dije de huayruro. Pero justo cuando él estaba a punto de recuperar la vista, Sofía y mis padres orquestaron la traición más vil. Usurparon mi identidad, convenciendo a Alejandro de que Sofía era su "Lucero". Cuando Alejandro abrió los ojos, me repudió, llamándome mentirosa y obsesiva. Mis padres, cómplices y abusivos, me humillaron pública y privadamente, llegaron a golpearme y encerrarme en un sótano. Fui forzada a presenciar su compromiso, mi corazón roto y mi verdad silenciada por sus mentiras. Incluso intenté mostrarle el dije de huayruro, nuestro símbolo, ¡y él me despreció aún más! ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo pudieron mis propios padres convertirme en un fantasma, una marginada, por el capricho de Sofía? Mi vida no importaba; era solo un obstáculo para la "felicidad" de ellos. La humillación pública, la violencia familiar, el desprecio de Alejandro... cada golpe era un clavo más en el ataúd de mi ser. Pero en mi punto más bajo, encerrada y olvidada, algo dentro de mí se rompió para siempre, pero también renació. El amor, la esperanza... se convirtieron en cenizas. Rompí el billete de avión que me obligaban a tomar, renuncié a mi apellido y a todo lazo familiar. En el día de su boda, dejé un último "regalo" que develaría la verdad, y me fui. Adiós, Lima. Adiós, pasado. Es hora de vivir.

Leer ahora
Ruinas de un Amor de Siete Años

Ruinas de un Amor de Siete Años

5.0

Estaba todo listo para la noche perfecta. Siete años con Luciana, mis amigos en el salón, la cena preparada y en mi bolsillo, el anillo. Pero Luciana no llegó. La llamé y una voz arrogante, ajena a ella, me respondió: era Iván, su protegido. Dijo que estaba "ocupada" ayudándole en su estudio. Minutos después, el golpe de martillo llegó: una publicación en Instagram de Iván, una foto de Luciana riendo con la leyenda "¡La musa perfecta! ¡Enamorado! ❤️". El aire se me escapó de los pulmones, la humillación me asfixió. Cuando ella apareció, tarde en la noche, actuó como si nada, me pidió la cena y luego, ante mi ultimatum de quedarse o irse con él, me tachó de celoso y posesivo antes de cruzar la puerta, de su brazo. ¿Cómo podía una persona ser tan cínica, tan vacía? ¿Siete años de amor para esto? ¿Para ser reemplazado por un aspirante a artista que se atrevía a reírse de mí? Fue el clavo en el ataúd de mi pasado. Esa misma noche, decidí que no había nada más para mí en Sevilla. Tomé la maleta y me marchaba, dejando atrás los escombros de lo que creí que era mi vida. Pero lo peor de su traición, estaba aún por llegar.

Leer ahora
 La Venganza de La Primera Dama

La Venganza de La Primera Dama

5.0

En mi vida anterior, mi hermana Sylvia apareció ante mí, cubierta de marcas de abuso, abandonada en la fría morgue tras casarse con el presidente Máximo Castillo. Luego, el olor a tabaco cubano lo envolvió todo y un dolor agudo me atravesó la espalda, ahogándome en mi propia sangre. Cuando volví a abrir los ojos, me encontré de vuelta en mi cama en la mansión García, ¡el mismo día en que Máximo venía a proponer matrimonio a mi hermana! Reconocí este día, el inicio de nuestra tragedia, y el recuerdo de su cuerpo sin vida, el mío propio asesinado, y la traición me llenaron de una furia helada. Esta vez, no dejaré que la historia se repita; esta vez, yo seré quien se case con el monstruo, entrando en la boca del lobo para asegurar nuestra venganza y cambiar nuestro destino.

Leer ahora
El Precio de Su Ciego

El Precio de Su Ciego

5.0

Mi mano temblaba mientras firmaba los papeles del divorcio, un acto que sellaría el fin de mi matrimonio con Isabella y pondría en marcha un futuro incierto. Pero para mí, Ricardo Vargas, ese no era el final, sino el comienzo de una segunda oportunidad, un milagro inexplicable tras una pesadilla que ya había vivido una vez. Recordaba la ceguera de Isabella, su devoción absoluta por su hermana, Camila, y su sobrino mimado, Mateo, cómo mi hogar se convirtió en una fuente inagotable de recursos para ellos, mientras mi propia hija, Sofía, era ignorada. La imagen más dolorosa, la que me había despertado sudando frío, era la de mi pequeña Sofía, de solo cinco años, ardiendo en fiebre, luchando por respirar. Mientras yo, desesperado, llamaba a Isabella una y otra vez sin obtener respuesta; ella, como siempre, atendía los caprichos de su hermana. Cuando finalmente regresó a casa, ya era demasiado tarde: la vida de Sofía se había apagado en la soledad de su habitación, y con ella, el alma de Ricardo se había roto en mil pedazos. Ahora que el destino me había dado una segunda oportunidad, me di cuenta de que mi esposa ni siquiera conocía a su propia hija. Necesitaba una prueba, un ultimátum silencioso, y así se lo propuse a mi Sofía: "Cuando mamá llegue, si viene a verte a ti primero y te da un beso, nos quedaremos aquí todos juntos; pero si va primero a ver a tu primo Mateo, entonces tú y yo nos iremos de viaje, un viaje muy largo, solo nosotros dos, ¿estás de acuerdo?". Unos minutos después, el auto de Isabella se estacionó afuera y escuchamos su voz melosa y preocupada: "¡Camila! ¡Mateíto, mi vida! ¿Cómo están? Vine en cuanto me dijiste que el niño tenía tos". Y así, la traición se confirmó, fresca y punzante como la primera vez, mientras veía la silenciosa decepción en los ojitos de mi Sofía. En ese momento, la rabia crecía en mi interior, y me di cuenta de que Isabella no había cambiado; ella nunca cambiaría. No sabía que esta vez, yo sí lo haría.

Leer ahora
Las Cenizas de Nuestro Amor

Las Cenizas de Nuestro Amor

5.0

Mi madre murió por protegerme y en el mismo ataque perdí al bebé que esperaba. Creí que al fin sería libre de mi jaula de oro, pero el infierno apenas comenzaba. Mi esposo, Hugo, no solo me culpó de todo, sino que se refugió en los brazos de su amante, Fabiana, la misma mujer que orquestó mi desgracia. Mientras yo me recuperaba, ella me envió un video íntimo con él, burlándose de mi dolor. La crueldad fue tal que el abuelo de Hugo, Don Leopoldo, al enterarse de la verdad, sufrió un infarto fulminante y murió. Con mi madre y mi hijo muertos, y el último pilar de la familia Serrano derrumbado, las cadenas que me ataban a ese mundo de apariencias y dolor se rompieron para siempre. En el funeral, Hugo, destrozado, me rogó que me quedara. "Es demasiado tarde", le dije, y me di la vuelta, lista para reclamar la vida que me habían robado.

Leer ahora
El Divorcio Que Me Dio Vida

El Divorcio Que Me Dio Vida

5.0

El día que inauguré el restaurante de mis sueños, una supuesta intoxicación alimentaria me mandó al hospital. Ahí, no solo perdí al bebé que tanto anhelaba, sino que descubrí la traición de mi esposo, Dante: su amante, Anabel, estaba embarazada. Pero la verdad era aún más monstruosa. Él había orquestado mi ruina, destruyendo mi carrera y provocando mi aborto para poder deshacerse de mí sin culpa. Mientras yo luchaba por mi vida, él celebraba su "libertad" con ella en la habitación de al lado. Me había quitado todo: mi negocio, mi futuro y la posibilidad de ser madre. Así que, en la soledad de mi cama de hospital, tomé una decisión. Firmé los papeles del divorcio, empaqué una maleta con lo poco que me quedaba y desaparecí sin dejar rastro, jurando que jamás volvería a permitir que me destruyera.

Leer ahora
La Traición Que Forjó Una Reina

La Traición Que Forjó Una Reina

5.0

Yo era la mente maestra detrás de los negocios de mi familia, pero para mi padre, solo era una hija discreta lista para ser vendida en matrimonio. Mi único escape era el amor de Rodolfo, el hombre que en la intimidad me llamaba su "Reina". Pero él tenía a otra, la frágil Fernanda. A ella la llamaba "Mi Pequeña Flor", mientras que yo solo era "la princesa" de la que necesitaba deshacerse. La traición culminó en una gala. Un coche se abalanzó sobre nosotros. Sin dudarlo, Rodolfo empujó a Fernanda para salvarla, dejándome a mí para recibir el impacto. Mi cuerpo salió volando. Mi última visión fue él abrazándola, a salvo. Más tarde, en el hospital, lo oí decir que yo era fuerte y podía cuidarme sola. Esa frase me dolió más que todos mis huesos rotos. En ese momento, la princesa ingenua que lo amaba murió. Acepté casarme con el viejo líder de un cártel, no como un sacrificio, sino como el primer paso de mi venganza. Ahora, yo sería la Reina, y mi imperio se levantaría sobre las cenizas de su traición.

Leer ahora
El engaño de su falso amor

El engaño de su falso amor

5.0

En medio de un infierno que devoraba el exclusivo hotel de montaña, mi prometido, Éric, extendió su mano. Pero no fue hacia mí, sino hacia Soraya, su primer amor. Me abandonó para salvarla, repitiendo la traición que en mi vida pasada me costó a mi hijo y me llevó a la tumba. Cuando logré salvarme por mi cuenta y llegué al puerto, me encontré no solo con él, sino con mis padres. No les importaba mi vida, solo el acuerdo millonario que nuestro matrimonio representaba. Soraya, con lágrimas en los ojos, me culpó por su sufrimiento. "¡Casi muero por tu culpa!", me gritó. ¿Mi culpa? ¿La culpable era yo por haber sido abandonada? En ese momento, la farsa de mi vida, el compromiso arreglado y la mentira de su amor se hicieron añicos. Rompí el compromiso frente a todos y me fui con el hombre que realmente me salvó, Lázaro Vélez, mi benefactor secreto de toda la vida. Ahora, con su apoyo, no solo fundaré mi propio despacho de arquitectura, sino que competiré contra Éric y mi familia en el proyecto más grande de la ciudad. Esta vez, yo gano.

Leer ahora
El Engaño De Mi Propia Sangre

El Engaño De Mi Propia Sangre

5.0

Siempre fui la sombra de mi familia, la culpable de la muerte de mi madre. Creí que mi matrimonio con Rodrigo era mi salvación, pero descubrí que solo era una cruel trampa. Mi único propósito era ser una incubadora para darle un riñón a mi hermana, el verdadero amor de mi esposo. Cuando accidentalmente grabé a mi hermana confesando que ella asesinó a nuestra madre y que su enfermedad era una farsa, el infierno se desató. Mi padre me abofeteó, mi hermano me pateó brutalmente en el vientre y Rodrigo, mi supuesto salvador, me llamó monstruo mientras corría a consolarla. "¡Ella es la asesina!" , les grité con mis últimas fuerzas, pero nadie me creyó. Para mi propia familia, yo era la loca, la deshonra, una mentirosa que merecía morir. Lo que no sabían es que, mientras me daban por vencida, yo ya había enviado anónimamente las grabaciones a todos. Dejé que la verdad los destruyera y tomé el primer vuelo al Amazonas, para empezar de cero con el hijo que juré proteger.

Leer ahora
La Segunda Oportunidad de la Mate Rechazada

La Segunda Oportunidad de la Mate Rechazada

5.0

Después de nueve años convirtiendo su pequeña tribu en un imperio multimillonario, mi esposo, el Alpha Oliver, trajo a su amante embarazada a casa. Sin una pizca de remordimiento, me degradó a sirvienta doméstica y le entregó mi título de Luna a Nadia, alegando que ella llevaba a su verdadero heredero. No lloré ni supliqué. En silencio, firmé los documentos de transferencia de activos que él, en su arrogancia, ni siquiera leyó, despojándolo legalmente de toda su fortuna sin que se diera cuenta. Esa misma noche, descubrí que yo también estaba embarazada. Pero en lugar de decírselo, bebí un frasco de Acónito. Prefería envenenar mi propio cuerpo y romper nuestro Vínculo de Compañeros antes que permitir que mi hijo fuera despreciado por su propio padre. Huí hacia el territorio de su enemigo mortal, el Alpha Luis. Cuando Oliver finalmente me encontró semanas después, demacrado y desesperado al descubrir la verdad sobre el embarazo que oculté, cayó de rodillas al ver mi aura brillar. No solo había perdido a su esposa y a su dinero; había desechado a una legendaria Loba Blanca, la realeza de nuestra especie. Mientras él suplicaba perdón arrastrándose en el barro, encendí mi poder frente a todos y pronuncié las palabras que lo destruirían para siempre: "Yo, Laura Díaz, te rechazo a ti, Oliver Silvestre, como mi Compañero."

Leer ahora
La Reina Invisible: La Caída De Moretti

La Reina Invisible: La Caída De Moretti

5.0

Soy la esposa de Óliver Moretti, el Capo más temido de la ciudad. Él pone la fuerza bruta, pero yo soy el cerebro que lava sus millones. Creía que éramos reyes construyendo un imperio, hasta que descubrí que llevaba nueve años con su amante, planeando huir con el dinero que yo limpié para él. Pero la verdadera traición no fue el robo, fue la sangre. Esa noche en el restaurante, su amante apareció desquiciada y me pateó brutalmente en el vientre. Caí al suelo, sintiendo cómo la vida se me escapaba entre las piernas. Estaba perdiendo a nuestro bebé. Grité su nombre, suplicando ayuda mientras me desangraba. Pero Óliver no corrió hacia mí. Corrió hacia ella. Mientras yo abortaba a su único heredero legítimo en el suelo frío, él abrazaba a la asesina de su hijo para consolarla. "Tranquila, Nadia, estoy aquí", le susurró, dándome la espalda a mí y a su hijo muerto. En ese instante, el amor se convirtió en un odio nuclear. Desde la cama del hospital, transferí sus cinco millones a un paraíso fiscal y envié las pruebas de todos sus crímenes a la Comisión. Ahora, semanas después, él ha cruzado una tormenta de nieve para encontrarme. Está de rodillas, llorando, rogando perdón porque su imperio se desmorona y se ha dado cuenta de su error. Lo miro sin sentir nada más que hielo. "Querías un reino, Óliver. Ahora obsérvalo convertirse en cenizas".

Leer ahora
Renaciendo De Las Cenizas De Tu Traición

Renaciendo De Las Cenizas De Tu Traición

5.0

Desde la penumbra del balcón, escuché cómo mi prometido le regalaba los detalles de nuestra boda a su amante. Fernando le prometía a Carolina mi fecha, mi viñedo y mis sueños, riéndose mientras ella me llamaba "un mueble que ya estorba". Soporté la humillación en silencio, apretando en mi bolsillo la carta de otro hombre. Pero el límite se rompió en el aeropuerto. Mientras yo intentaba proteger mi propio embarazo secreto, Fernando me dejó tirada en el suelo, pálida y enferma, para correr tras Carolina y su embarazo fingido. Ese día, mi amor por él murió entre las maletas y la indiferencia. Desaparecí sin dejar rastro. Un mes después, cuando Fernando descubrió que el cáncer y el bebé de Carolina eran puras mentiras, su mundo se vino abajo. Me buscó como un loco, removiendo escombros con las manos sangrando tras un deslizamiento de tierra, solo para encontrarme viva, pero inalcanzable. Cayó de rodillas en el barro, llorando y suplicando perdón, prometiéndome la vida que siempre quise. "Perdóname, Sheila. Sé lo de nuestro hijo. Te daré todo," gimió, destrozado. Lo miré con la frialdad absoluta de quien ha sobrevivido al infierno. "Llegas tarde, Fernando," le dije, mientras mi esposo, un hombre que jamás me abandonaría, me tomaba de la mano. "Ya estoy casada. Y él sí sabe lo que significa el respeto." Subí al helicóptero de rescate sin mirar atrás, dejándolo ahogarse en su propio arrepentimiento.

Leer ahora
El Lamento De Mi Alma Perdida

El Lamento De Mi Alma Perdida

5.0

Odiaba a mi hermano Gabriel. Me culpaba por la muerte de nuestros padres y me trataba como basura. Mi prima Ximena, a quien él adoraba, me hacía la vida un infierno en secreto. Cuando por fin encontré el amor y el valor para enfrentarlo y escapar de esa casa, un coche me atropelló y morí. Ahora, como un fantasma, lo veo consumirse por la culpa. "¡Renata! ¿Dónde demonios te has metido ahora, mocosa insolente?", gritaba, sin saber que yo flotaba a su lado. Él no tenía idea de que su preciada Ximena era la víbora que me había atormentado durante años, ni que su indiferencia me había empujado a la tumba. Pero la muerte no fue el final. Fue el comienzo de mi venganza. Ahora, atrapada entre dos mundos, observo cómo la verdad sale a la luz, destruyendo todo lo que él creía saber y arrastrándolo a una locura de la que no podrá escapar.

Leer ahora
El fuego reveló al verdadero monstruo

El fuego reveló al verdadero monstruo

5.0

En el incendio de la clínica, vi a mi esposo Damián salvar al hijo de su amante mientras dejaba a nuestro propio hijo, Mateo, atrapado en las llamas. La traición me quemó el alma, pero el verdadero infierno comenzó cuando Damián me culpó por la tragedia, llamándome dramática mientras consolaba a la otra mujer. No solo eso, sino que robó la medicina importada que era vital para la alergia mortal de Mateo, dándosela al hijo de su amante para tratar una simple erupción. "¡Nuestro hijo se está muriendo!", le grité desesperada por teléfono. "No seas dramática, Solana", respondió con frialdad. "Leo lo necesitaba más". Mientras mi hijo luchaba por su vida, la televisión mostraba a Damián como un padre heroico para su "nueva familia", rompiendo el último trozo del corazón de Mateo. "Mamá", susurró mi hijo desde la cama del hospital, "ya no quiero un papá así". En ese momento, la mujer que lo amó ciegamente murió. Tomé el teléfono y llamé a mi abogada. Era hora de desaparecer de su vida y empezar de nuevo, lejos de su crueldad.

Leer ahora
Ocho Años Para Un Nuevo Destino

Ocho Años Para Un Nuevo Destino

5.0

En la gélida noche de mi muerte, el hombre que juró protegerme, mi prometido Alejandro, me apuñaló repetidamente. Con mi último aliento, le pregunté por qué. Su respuesta fue un nombre: Yaiza. Él creía la mentira de una mujer frágil y silenciosa, una mentira que le costó a mi familia nuestro imperio y a mí, la vida. Me mató por una fantasía, convencido de que yo había dañado a su "verdadero amor". "Te maldigo, Alejandro Lizárraga", siseé mientras la vida se me escapaba. "Mi muerte no será en vano". Pero en lugar de la oscuridad eterna, desperté. Estaba en mi lujosa habitación, ocho años en el pasado, en el día de mi cumpleaños número dieciocho. Esta vez, el papel de víctima ya no me quedaba.

Leer ahora
La Humillación de un Corazón

La Humillación de un Corazón

5.0

Noventa y ocho veces. Noventa y ocho veces mi prometido, Eduardo Calvet, me dejó plantada en el altar. Pero la vez número noventa y nueve fue diferente. Justo cuando la ceremonia estaba por concluir, él soltó mi mano y corrió hacia mi rival, Bella Poza, quien fingía una lesión. "Matilde, lo siento, Bella me necesita. La ceremonia tendrá que esperar", dijo antes de abandonarme frente a todos. Esa noche, mientras él la cuidaba, Bella publicó una foto de ambos con el texto: "¡Mi héroe! Gracias por sacrificarlo todo por mí. Algunos entienden la verdadera lealtad". La humillación de cinco años se cristalizó en ese instante. Él nunca me amó. Él ni siquiera recordaba que yo era alérgica a las flores blancas que prometió traerme para compensarme. Esa misma noche, usé un poder ancestral para romper nuestro vínculo sagrado, un acto que casi me destruye. "Se acabó", susurré, mientras sentía su grito de agonía a la distancia. Pero la conexión entre almas no puede romperse tan fácilmente. Semanas después, él apareció en las puertas de la fortaleza de mi familia, suplicando perdón. Justo entonces, Bella reveló su verdadera identidad como una hechicera oscura, desatando un ejército de sombras para destruirnos. Para protegerme, Eduardo se sacrificó, muriendo en mis brazos. Y en ese momento, con su sangre en mis manos, un poder antiguo y aterrador despertó dentro de mí. Mis ojos se encendieron con fuego plateado. "¡Bella Poza!", rugí, mi voz resonando con la furia de mis ancestros. "¡Vas a pagar por esto!".

Leer ahora
Un Vuelo Sin Retorno Para Olvidarte

Un Vuelo Sin Retorno Para Olvidarte

5.0

Durante siete años, fui la sombra detrás del éxito de Paulina, pintando los cuadros que mi esposo, Rodrigo, vendía bajo su nombre. Creí que era un sacrificio por amor, hasta que vi el grabado oculto en su anillo de bodas: "P & R". La traición me golpeó de lleno en la gala de premiación. Paulina no solo se llevó el crédito de mi obra maestra, sino que tocó, con la flauta de plata que yo deseaba, la melodía secreta que compuse para Rodrigo en nuestra intimidad. Al confrontarlos, Rodrigo me empujó frente a todos, protegiendo a su amante y a su supuesto hijo no nato. Por teléfono, Paulina se burló con crueldad: "Él nunca te amó, Alma. Solo eres la herramienta para mantener mi fama". Comprendí que mi matrimonio era una estafa y mi vida, una mentira diseñada para engrandecer a otra. Pero no les daría el gusto de verme derrotada ni un segundo más. Dejé los papeles del divorcio firmados sobre la cama y subí al primer vuelo con destino a Oaxaca. Horas después, cuando le informaron a Rodrigo que mi avión se había estrellado sin dejar sobrevivientes, se dio cuenta de que mi "regalo sorpresa" de aniversario era dejarlo con la culpa para siempre.

Leer ahora
Tu Traición, Mi Nueva Vida

Tu Traición, Mi Nueva Vida

5.0

Durante cuatro años fui la sombra en la mansión Vázquez, la esposa invisible que Marco ignoraba mientras se reía con Berenice. Él firmó nuestra sentencia de divorcio sin siquiera leerla, creyendo que autorizaba un simple proyecto de caridad, tan ciego que no vio que me estaba liberando. Justo cuando planeaba mi huida, descubrí que estaba embarazada. Pero el destino fue cruel: en el hospital, mientras yo me desmayaba con una amenaza de aborto, Marco me soltó la mano. Me dejó tirada en esa camilla fría para correr tras Berenice y su embarazo fingido, eligiendo una mentira antes que a su propia esposa. Ni siquiera miró atrás. En ese instante, el dolor se convirtió en hielo. Entendí que Marco no merecía ser padre, ni merecía saber que su verdadero heredero crecía dentro de mí. Apreté los papeles de divorcio contra mi pecho y subí a ese avión rumbo a España. Cuando Marco descubra la verdad entre los escombros de su vida perfecta, yo ya estaré muy lejos. Y mi hijo será solo mío.

Leer ahora
Borré Mi Vida Por Su Engaño

Borré Mi Vida Por Su Engaño

5.0

Franco, el "magnate que derrite corazones", me puso un collar de diamantes frente a las cámaras en nuestro quinto aniversario. Todo el mundo decía que yo era la mujer más afortunada, la dueña de un amor de cuento de hadas. Pero el cuento se rompió cuando sentí el perfume de Rubí Amaya en su camisa. Esa misma tarde, ella hizo un live presumiendo las escrituras de un parque de diversiones que él le regaló, mientras se burlaba de mi "resort". Mi teléfono vibró con la estocada final: una foto de una prueba de embarazo positiva y un mensaje de ella diciendo que Franco la amaba en mi propia cama. Él seguía fingiendo, jurándome amor eterno mientras sus amigos se burlaban de mí a mis espaldas. No hice un escándalo. No le grité. Simplemente sentí cómo mi corazón se volvía de piedra. Si él quería jugar a tener dos vidas, yo me encargaría de que no le quedara ninguna. Contraté a un experto para borrar mi identidad digital y vendí cada joya que me dio. Dejé una caja de regalo en la mesa y le envié un último mensaje antes de subir al avión. "Abre tu regalo de aniversario, mi amor". Cuando encontró los papeles de divorcio y las pruebas de su traición, yo ya era un fantasma empezando de cero en Oaxaca.

Leer ahora
No Fui Su Incubadora, Soy Su Dueña

No Fui Su Incubadora, Soy Su Dueña

5.0

En nuestro tercer aniversario, me puse lencería de seda esperando que mi esposo por fin me tocara. Él me miró con asco y me dijo que ya había programado una fecundación in vitro para no tener que acostarse conmigo. Esa misma noche, descubrí que su "amor" y sus besos eran para mi propia hermana de crianza, Felipa. Escuché detrás de la puerta cómo se burlaban de mí. Planeaban usarme como una simple incubadora para darles un heredero y luego desecharme como basura para ser felices juntos. Mi familia biológica me había vendido como ganado para salvar sus empresas, y mi esposo solo esperaba el bebé para deshacerse de mí. Lo que ellos no sabían es que yo no soy la sumisa Estrella Mascaraque que creen. Soy la hija adoptiva y única heredera de Rocco Pujol, el magnate más poderoso de México. En el hospital, estrellé la tableta con los embriones contra el suelo, rompiendo sus cadenas para siempre. Ahora he regresado, no como su víctima, sino como la dueña de las empresas que acabo de llevar a la quiebra. "Señor Navarro, firme el divorcio o prepárese para vivir en la calle".

Leer ahora
Amante Fatal, Justicia Inevitable

Amante Fatal, Justicia Inevitable

5.0

Mi hermana Iara murió por insuficiencia renal. Su única esperanza era un trasplante, pero el riñón que necesitaba se lo robaron para dárselo a Pilar Muñoz, la esposa del millonario que años atrás mató a mi mentor. Decidí vengarme. Me convertí en la amante de su esposo, Lázaro, y lo usé para humillarla públicamente en una gala benéfica, donde él gastó una fortuna en un brazalete para mí, ignorándola por completo. La respuesta de Pilar fue salvaje. No solo me mandó a golpear, sino que tomó el collar con las cenizas de mi hermana y las esparció en la calle. "Ups, se me cayó" , se burló. En ese momento, mi mundo se tiñó de rojo. El dolor se convirtió en un odio que me consumió. Cuando pensé que todo estaba perdido, su propio hermano, Heriberto, me rescató. Me dio el poder para transformarme, enviándome lejos para convertirme en alguien intocable. Un año después, regresé como una artista de renombre internacional, lista para la última jugada. Y esta vez, no habría piedad.

Leer ahora
El Fuego que Encendió Mi Alma

El Fuego que Encendió Mi Alma

5.0

Natalia Arnal POV: Por diez años, sacrifiqué mi prometedora carrera como cirujana para convertirme en la mente maestra detrás del ascenso político de mi esposo, Andrés. Pero él no solo me traicionó con su asistente, Ivanna. En la gala que lanzaba su campaña nacional, me humilló públicamente. Frente a todos, insinuó que construiría una nueva familia con ella, incluso hablando de "nuevas vidas" que llegarían a su hogar. Sus palabras fueron un puñal, porque en secreto, yo estaba embarazada del hijo que por años había anhelado. El hombre al que le entregué mi vida y mi futuro me desechaba como si no fuera nada. Esa noche, le arrojé nuestro símbolo de unión a los pies y anuncié el divorcio. A la mañana siguiente, tomé la decisión más dolorosa de mi vida: interrumpí el embarazo en secreto. Era la única forma de cortar para siempre el lazo que nos unía y empezar a reclamar la vida que él me había robado.

Leer ahora
Amor Prohibido, Venganza Dulce

Amor Prohibido, Venganza Dulce

5.0

Mi esposo, Adrián, me llamó por teléfono. Para salvar la carrera de su amante, la famosa actriz Liliana Requena, me pidió que fingiera mi propio secuestro y me echara la culpa para desviar la atención de los medios. Pero eso no fue todo. Con una frialdad que me heló la sangre, me exigió que abortara a nuestro bebé. "Liliana no puede soportar más estrés" , me dijo. Me negué a perder a mi hijo, pero él, para proteger a su amada, me empujó con una fuerza brutal. Mientras yo sangraba en el suelo, él se fue con ella sin mirar atrás. Su madre fue aún más lejos: me encerró en una hacienda bajo un sol infernal hasta que perdí a mi bebé. Mientras me desangraba sola, recibí un mensaje suyo: "Lo siento, mi amor. Te lo compensaré" . Con el corazón hecho pedazos y el alma vacía, tomé mi teléfono y marqué un número que me había prohibido a mí misma durante años. La voz que respondió era la de mi padre, Augusto Sierra, el dueño del Grupo Sierra.

Leer ahora
Amor Robado, Alma Liberada

Amor Robado, Alma Liberada

5.0

Hace cinco años, mi propia familia me destruyó. Mi hermana adoptiva, Calista, atropelló a una persona estando borracha, y mis padres me suplicaron que yo asumiera la culpa por ella. Al negarme, ellos mismos me entregaron a la policía. Hoy, después de cinco años en prisión, por fin soy libre. Afuera me espera mi prometido, Leonardo, el hombre que juró casarse conmigo en cuanto saliera. Pero su actitud es fría. Me abandona en la puerta de la cárcel para correr al lado de Calista, quien supuestamente sufre otra crisis depresiva. Mis padres, que tampoco vinieron a recogerme, le organizan una fiesta de "bienvenida", mientras a mí me alojan en un diminuto cuarto de servicio sin ventanas. El golpe final llega cuando anuncian que Leonardo se casará con Calista para "darle la estabilidad que necesita para sanar". Él lo justifica diciendo que le debe la vida a Calista porque ella le donó un riñón. Pero la donante fui yo. No solo me robaron mi libertad, mi futuro y a mi prometido, sino también el sacrificio más grande que hice por amor. En la oscuridad de mi habitación, encuentro un correo electrónico: la oferta para unirme a un proyecto de investigación en el extranjero ha sido reactivada. Tengo diez días. No solo me iré, desapareceré. Pero antes, les dejaré un regalo: un diario y los expedientes médicos que revelarán cada una de sus mentiras.

Leer ahora
La Viuda y Mi Marido

La Viuda y Mi Marido

5.0

Mi cuñado murió en un accidente, y su viuda embarazada, Silvia, se mudó a mi casa. Al principio, creí que era mi deber como familia ayudarla en su duelo. Pero pronto, mi esposo Enrique comenzó a tratarla como si fuera una reina, ignorándome por completo. Se convirtió en su sirviente personal, no en mi marido. Le masajeaba los pies por la noche, la defendía cuando se quejaba de mi café en mi propia cocina y me ordenaba apagar la cafetera porque a ella le molestaba el olor. La situación explotó cuando descubrí que Silvia había robado la pulsera de esmeraldas de mi difunta madre. Cuando la confronté, la dejó caer a propósito, haciéndola pedazos. Ciega de rabia, le di una bofetada. Pero en lugar de defenderme a mí, su esposa, Enrique me empujó con una fuerza brutal. Caí y me corté el brazo con una mesa de cristal. Mientras la sangre corría, él corrió a consolar a Silvia. Me gritó: "¡Estás loca! ¡Te voy a comprar otra! ¡Pero no vuelvas a tocarla!" . En ese momento, mirando los pedazos de la herencia de mi madre en el suelo y la sangre en mi brazo, el amor que sentía por él murió. Tomé mi teléfono e hice una llamada. "Chuy, trae a tu equipo a mi casa. Con mazos. Vamos a hacer una remodelación" .

Leer ahora
Mi Nueva Oportunidad

Mi Nueva Oportunidad

5.0

El olor a madera quemada y a carne chamuscada llenaba mis pulmones, mientras las llamas lamían mi piel. Ricardo Torres, mi esposo de 40 años, me miraba morir con una frialdad que helaba más que cualquier invierno. "Elena, siempre fuiste un estorbo", dijo, y luego se dio la vuelta y se marchó, cerrando la puerta y sellando mi destino. Mi vida entera pasó ante mis ojos, una sucesión de días grises sirviendo a un hombre que nunca me quiso. Aguanté a su familia, renuncié a mis sueños, todo por un "amor" que solo existió en mi cabeza. Fui una campesina sin cultura para él, una sirvienta, una carga. ¿Cómo pude ser tan ciega, tan tonta? ¿Por qué aguanté tanto? En mi último aliento, con el fuego consumiéndome, un deseo desesperado se formó en mi mente: "Si tuviera otra oportunidad… si pudiera volver… nunca, nunca volvería a cruzarme en tu camino, Ricardo Torres" . La oscuridad me envolvió y, de repente, una luz cegadora. Abrí los ojos. El aire olía a tierra mojada. Miré mis manos. No eran las de una mujer de sesenta años, sino las de una joven. Un calendario en la pared: 1976. Había funcionado. Había vuelto. Y esta vez, las cosas serían muy diferentes.

Leer ahora
Amor que Trasciende

Amor que Trasciende

5.0

Estaba planeando la boda de mis sueños con Ricardo, el hombre que amaba, o eso creía. Pero en un instante, todo se derrumbó: lo encontré en nuestra cama, entrelazado con mi hermanastra Isabella, sus risas cómplices resonando en mi mente. Peor aún, escuché sus voces antes de que me vieran, "Una vez que te cases con ella y tengamos el control de la empresa, la echaremos a la calle. Al fin y al cabo, ella no es más que una huérfana adoptada." Mi mundo se hizo añicos, mi familia adoptiva me había relegado, favoreciendo a Isabella, y yo, cegada por el amor, no vi la conspiración. La joya en mi dedo, mi anillo de compromiso, se sentía ahora como una marca de humillación, un recordatorio constante de su traición y codicia. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Todo fue una mentira? Con el corazón destrozado y la rabia hirviendo en mis venas, tomé una decisión desesperada en la barra de un hotel de lujo, al pedirle a un misterioso extraño: "Quiero contratarte. Necesito un prometido... que me ayude a vengarme."

Leer ahora
Mi Dulce Venganza de Amor

Mi Dulce Venganza de Amor

5.0

En el vibrante mundo virtual de "Sueño de Mariachi", donde millones se sumergían, yo, Sofía Rojas, encontré mi refugio detrás de un avatar esquelético y poco agraciado, "La Calavera Alegre", buscando ser valorada por mis habilidades y no por la apariencia que tanto me agobiaba en la vida real. Mi ansiada paz se hizo añicos cuando el regreso de Isabella, el primer amor de Héctor Morales (El Charro de Oro, el jugador más famoso y mi pareja en el juego), expuso la cruda verdad: mientras yo le entregaba mi talento y mi corazón, él construía un juego entero para ella. La humillación pública fue instantánea e ineludible; fui despojada de mi puesto de liderazgo en el gremio que ayudé a construir, acusada de ladrona por tomar mis propios bienes y expulsada frente a millones de jugadores, con Héctor y el mundo celebrando el "triunfo" de Isabella. Sentí una profunda incomprensión y un dolor desgarrador: ¿cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo pude entregarme a alguien que me llamó "conveniente", una "herramienta" que solo servía para mantener una imagen mientras esperaba a su "verdadero amor"? Pero las lágrimas se secaron y dieron paso a la rabia; la verdadera humillación no fue la suya, sino mi propia ceguera. Ese día, me prometí que el juego apenas comenzaba, y que mi venganza sería un platillo que se serviría frío, en la arena más grande de todas.

Leer ahora
Corazón Indomable

Corazón Indomable

5.0

El dolor me partió el abdomen en dos. Era mi cumpleaños, y Alejandro, a quien había criado con el amor de una madre por diez años, me sonreía. Acababa de regalarme un licuado de fresa, una bebida que ahora quemaba mis entrañas. Pero el ardor no era solo físico; era la amarga verdad que susurró: "Siempre te he odiado, Sofía. Te odio porque cada vez que te veo, veo la cara de mi madre." Luego, la mancha carmesí en mi vestido blanco: mi bebé, el hijo de Ricardo, mi prometido. Mi prometido, que llegó para consolarme, para decirme que era un "aborto espontáneo" y que Alejandro "solo bromeaba". Luego me miró con asco y dijo: "Estás hecha un desastre. Hueles a enfermedad". En mi lecho de dolor, vi la película silenciosa de mi vida: diez años entregados a la promesa hecha a mi padre. Diez años cuidando de una familia que no era mía, de una empresa que yo manejaba mientras ellos ponían el nombre. Incluso mi propia madre, al enterarse de mi compromiso, solo llamó para asegurar su pensión, susurrándome que no fuera "egoísta". ¿Egoísta yo? La que había sacrificado su juventud por todos. Mi cuerpo dolía, mi corazón estaba roto, pero una rabia fría y dura como el acero me inundó. "¿Qué quieres, Sofía?", me preguntó Ricardo el hipócrita. "¿Dinero? ¿Joyas? ¿O quieres que formalicemos el matrimonio? Puedo llamar al juez mañana mismo." ¡El matrimonio era el premio de consolación por mi sumisión! Con una calma aterradora, tomé un trozo de cristal de un jarrón roto. Debía romper el lazo, destruir el símbolo que me ataba a su odio. "¡Sofía, no!" , gritó Ricardo, pero era demasiado tarde. Con un movimiento rápido, arrastré el cristal por mi mejilla izquierda. El dolor era liberador. Ya no era la Sofía que conocían, la que odiaban, la que usaban. Y en medio del horror en sus rostros, me eché a reír. Esa risa, que estalló como dinamita, me liberó de una cárcel de diez años. Y así, ensangrentada, pero con el alma libre, crucé la puerta, dejando atrás el veneno y el dolor. No había vuelta atrás.

Leer ahora
El Aroma del Adiós

El Aroma del Adiós

5.0

La oficina de mi jefe olía a café viejo, un aroma que solía darme seguridad, pero que ahora solo me recordaba el sacrificio de años. Mi vida, la que había construido con mi esposa Clara, se desmoronaba. "Quiero el divorcio", le dije al Dr. Morales, mi voz firme ocultando un temblor interno. Los rumores del complejo ya lo sabían: Clara y Marcos Durán, antes de que yo estuviera dispuesto a aceptarlo. La encontré en nuestra sala, no sola, Marcos tenía su mano en la cintura de Clara, riendo de una manera que nunca compartió conmigo. Mi voz, un gruñido, apenas pudo preguntar: "¿Qué está pasando aquí, Clara?". Ella, de cálida a una máscara de fría indignación, mientras Marcos sonreía con arrogancia. "¡Estás loco! ¡Paranoico y celoso!", gritó ella, intentando voltear la situación, como siempre. Esta vez no funcionó. "Se acabó, Clara", dije, mi voz mortalmente tranquila. "Quiero el divorcio". Su rostro palideció, pero su pánico se convirtió en rabia: "¡No te atrevas! ¡No vas a arruinar mi vida!". Justo entonces, el timbre de la puerta sonó, y dos policías uniformados entraron. "Mi esposo... se puso violento, me amenazó, tengo miedo", dijo Clara, con lágrimas falsas. Me helé, la traición descarada me robó el aliento. Caí en su trampa, y me llevaron de mi propia casa. Esa noche en la celda apestaba a desinfectante y desesperación, y me di cuenta de que mi dolor no era nuevo, sino la culminación de años de ser ignorado. Pero algo cambió esa noche; la resignación se convirtió en una inquebrantable resolución: no más. A la mañana siguiente, el Dr. Morales pagó mi fianza, mirándome con decepción, no hacia mí, sino hacia la situación misma. "Ve a casa, empaca tus cosas y sal de ahí", me dijo, "Yo me encargaré de los abogados, esto no se quedará así". Cada objeto que empaqué era un recordatorio de un amor fallido, y las palabras de la señora Carmen, mi vecina, lo confirmaron: "Esa mujer no te merece, lo vi entrar a la casa en cuanto tú te ibas a trabajar". La realidad era un golpe brutal, validando cada una de mis sospechas. Recordé el día en que había rechazado una prestigiosa beca de investigación en el extranjero por Clara, sacrificando mi sueño por una farsa. Colgué el teléfono, sin ira, solo una abrumadora certeza: mi decisión era la correcta. Me dirigí al lago solo, y el último rayo de sol desapareció en el horizonte. Ya no me sentía abandonado, me sentía libre. El peso de años finalmente se había levantado de mis hombros, y el camino por delante estaba despejado, solo para mí.

Leer ahora
Despertar en el Juego

Despertar en el Juego

5.0

En el año 2038, mi vida era un refugio digital. Como "Puente del Sur de Bambú" en "El Sueño del Guerrero", ocultaba mi belleza real detrás de un avatar feo, buscando ser valorada por mi lealtad y habilidad, no por mi apariencia. Durante tres años de misiones y "noches" virtuales, creí que mi compañero, el invencible "Guerrero de Fuego" (Héctor en la vida real), sentía lo mismo. Pero, con el regreso de su exnovia, "Princesa Dulce", Héctor me descartó. Primero, con un frío "Te he estado esperando" dirigido a ella, y luego, con la despiadada revelación: "Solo estaba pasando el rato mientras esperaba que Ximena volviera". La humillación pública fue devastadora: expulsada del gremio, nuestra relación disuelta forzosamente, y su nueva propuesta de pareja anunciada en todo el servidor, mientras yo miraba, impotente. En la vida real, como ilustradora "S. R.", fui despedida por el propio Héctor, quien ni me reconoció. ¿Cómo era posible que el hombre que juró amarme, pudiera despreciarme de tal manera en ambos mundos? ¿Qué hice para merecer tanta crueldad? La burla se intensificó cuando Ximena, para robarme una valiosa armadura que creé, me acusó falsamente de robo, con Héctor presenciando y creyéndole. Fue un despertar brutal, una lección dolorosa. En ese instante, rompí todo lazo con ellos. Era hora de que "Puente del Sur de Bambú" se levantara de las cenizas.

Leer ahora
Cuando el Juego Termina

Cuando el Juego Termina

5.0

En el año 2038, mi vida tenía dos realidades: en "El Sueño del Guerrero", era "Puente del Sur de Bambú", una jugadora deliberadamente fea, profundamente enamorada del todopoderoso "Guerrero de Fuego", el campeón del juego. En mi "otra" vida, Sofía era una ilustradora anónima, viviendo con la ansiedad de ser juzgada por mi belleza natural. Creía que Héctor, mi Guerrero de Fuego, me amaba por lo que era, más allá de la pantalla. Pero un día, mientras preparaba un regalo para él en el juego, mi mundo se vino abajo. Lo escuché decir que solo me utilizaba para "pasar el rato" mientras su exnovia Ximena regresaba. Y lo peor, el CEO de InnovaTech, mi quisquilloso cliente en la vida real era el mismo Héctor, quien me despreciaba en persona y en el juego. La humillación no se detuvo ahí: me despojaron públicamente de mi título de colíder de gremio y Héctor, sin un ápice de humanidad, disolvió nuestra relación frente a todo el servidor. "Nunca te quise", me espetó, "salir con un avatar tan feo como el tuyo era asqueroso". Mi dolor se convirtió en ira, ardiente e imparable. Decidí que ya no sería más la víctima de nadie y que el mundo se enteraría de todo.

Leer ahora
MoboReader