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Han y Minseok son hermanastros, ellos nunca quisieron serlo pero sus padres se enamoraron, no tienen ninguna afinidad entre ellos y es más, se odian, no se toleran pero por una extraña condición de su abuela ambos se verán envueltos en un matrimonio por conveniencia, y es que, su abuela prometió dejarle toda su herencia al nieto que primero contraiga matrimonio pero como ni Han como Minseok quieren perder el privilegio ambos fingiran amor y se casarán, sin imaginarse que aquel odio con el paso de los meses se convertirá en amor.
-Joven Lu Han, ¿Acepta como su legítimo esposo a Kim Minseok?- el ministro le preguntó al chino que no paraba de jugar con su corbata.
-¿Tengo otra opción?-susurró para sí mismo, bueno al menos eso pensaba ya que recibió tremendo pisotón de Minseok que le hizo soltar un potente...-¡SIIIIIIIIIII!
-Kim Minseok...-"Alias bollo tragón" una vez más Luhan murmuró tosiendo ligeramente tratando de ocultar su osadía pero una vez más se ganó tremendo apretón de manos por parte de Minseok.-...¿Acepta a Lu Han como su legítimo esposo?
-Sí, acepto...-...envenenarlo. omitió decir en voz alta.
-Entonces, por los derechos que la ley me confiere, los declaro esposos, pueden besarse.- el ministro dijo lo último con una gran sonrisa pero ambos jóvenes se miraron horrorizados.
-¡Bravo!- aquella efusiva palabra salió de los labios de la abuela de los muchachos, los aplausos y burlas de los amigos de los jóvenes casados llenaron de algarabía el lugar.
Y fue así como una muy fingida sonrisa se esbozó, un fingido matrimonio se realizó y dos jovenes para nada enamorados se unieron en un interesado matrinomio que los sentenció, Han y Minseok saben que será difícil pero es eso mejor a quedarse sin nada, ambos son ambiciosos pero la vida les dará una lección.
Laura es una mujer que tras ponerle punto final a su vida monótona con su novio decide ir a Bali junto a su hermana para conocer un poco más del lugar y sentirse libre de toda la mierda que vivió en su relación de cuatro años, ella no busca el amor, realmente no busca nada, solo quiere sentirse libre y feliz, lo logra hasta quedarse hechizada por unos ojos azules fieros y electrizantes pertenecientes a aquel surfista llamado Kilian, aquel que le hace sentir miles de sensaciones y que más que asustarla, lo que hace es hacerle pedir más.
Ellos van por caminos diferentes, pero una tragedia los obligará a vivir juntos, para convertirse en una familia, ¿Normal? Han y Min no se soportan pero solo conviven por sus amigos y por su pequeño ahijado pero deberán vivir juntos luego de que sus amigos murieran en un trágico accidente, ya que, de otra forma su pequeño ahijado deberá ir a un albergue por lo que, deberán de dejar sus vidas cómodas de solteros para poder criar al pequeño, y aunque no se sorportan la convivencia les hará empezar a sentir amor el uno por el otro, ¿Serán capaces de amarse sin medida? ¿O los temores los hará separarse por siempre?
-¿Crees en vampiros?-Seok abre los ojos enormemente por su repentina pregunta.-Vamos Seok, dime si crees o no. -Nunca he visto a uno, así que no. -¿Crees en Dios?- ladea la cabeza y asiente. -¡Sí!- Soo levanta una ceja y le sonríe maliciosamente.-Soo, nuestra familia es la familia más religiosa de todas las familias que viven en este pueblo. -¿Lo has visto? -¿A quién?-pregunta. -A Dios.-niega frenéticamente.- ¿Entonces, por qué crees en él y no en los vampiros?-se queda pensando y es cierto. -Buen punto, pero ¿Hacia dónde quieres llegar con todo ésto, Soo? Una historia, una leyenda, un trato, un acuerdo, tres pares de corazones involucrados en ésto, tres pares de almas queriendo vivir y amar. Tres seres muertos y tres seres vivos buscarán su destino marcado en la piel del otro. Cuando el sol se esconde ellos salen, cuando la luna se esconde ellos se ocultan. La pasión, el deseo, el dominio serán parte de su día a día. Pero, ¿Podrán enamorarse?, ¿Podrán procrear y vivir?, ¿La vejez se interpondrá entre ellos? Nada está dicho y nada se sabe, todo fluirá de acuerdo a sus instintos.
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".
Rachel pensaba que con su devoción conquistaría a Brian algún día, pero se dio cuenta de que se había equivocado cuando su verdadero amor regresó. Rachel lo había soportado todo, desde quedarse sola en el altar hasta recibir un tratamiento de urgencia sin su presencia. Todos pensaban que estaba loca por renunciar a tanto de sí misma por alguien que no correspondía a sus sentimientos. Pero cuando Brian recibió la noticia de la enfermedad terminal de Rachel y se dio cuenta de que no le quedaba mucho tiempo de vida, se derrumbó por completo. "¡No te permito que mueras!". Rachel se limitó a sonreír. Ya no necesitaba a ese hombre. "Por fin seré libre".