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Jackson Evans, un exitoso hombre de negocios, necesita encontrar un tutor para su hija pequeña. Tras entrevistar a varias candidatas, Hannah entra en su despacho, despertando recuerdos latentes. Su historia está marcada por una aventura que juraron olvidar. Sin embargo, el latido de sus corazones desafía cualquier intento de suprimir la atracción entre ellos. Jackson disfrazará el impulso de contratarla como "la mejor opción". ¿Podrán mantener una relación estrictamente profesional o se rendirán a sus propios sentimientos?
-¡Buen día, solecito!- exclamo a todo pulmón apenas traspaso la puerta de la habitación de mi mejor amiga y compañera de departamento. -¡Vamos, vamos! Tenemos un itinerario que cumplir y estamos justas de tiempo, así que ¡a moverse, baby!- Mi emoción es palpable; este fin de semana promete ser genial, con playa, sol, arena y un sinfín de cócteles.
-¡Shhh! Baja la voz, Hannah, la cabeza me va a estallar- dice Val, sacando la cabeza de entre las cobijas. -Me siento terrible- Sabía que Val pescaría un resfriado después de nuestra caminata bajo la lluvia el día anterior; a veces olvido que ella es muy delicada en ese aspecto. -Vas a tener que ir sin mí- agrega.
-¡Olvídalo! Esa ni siquiera es una opción. ¡El viaje se cancela! No te voy a dejar a tu suerte- respondo, decidida.
-Hannah, hemos planeado este fin de semana por mucho tiempo. Al menos una de las dos debe disfrutarlo. Tú sueñas con ir a ese lugar. Además, recuerda que los tickets de avión y el paquete del hotel no son reembolsables- replica Val con voz rasposa.
-Pero...
-He dicho que irás y es mi última palabra- afirma con determinación. ¡Ella ni enferma deja de ser tan mandona!
-¿Estás segura? No quisiera que empeores durante mi ausencia- intento.
-¡Por supuesto! No hay nada que un par de analgésicos y unas cuantas horas de sueño no curen. Hay ramen en la alacena, con eso sobreviviré. Así que ve y diviértete como si no hubiese mañana- sentencia, acomodándose de nuevo entre las cobijas y dando por zanjada nuestra conversación.
-¿Estás segura?- pregunto en vano, siendo completamente ignorada.
Un poco triste, regreso a mi habitación. Val tiene razón; no puedo dejar que todo se pierda. Este es mi fin de semana y, por alguna razón, tengo la corazonada de que será inolvidable.
-¡Al diablo las responsabilidades y los sentimentalismos!- murmuro mientras solicito un taxi desde la aplicación móvil y agarro mi maleta. Bajo rápidamente y, al cruzar las puertas principales del edificio, diviso un vehículo esperándome.
-¡Miami, aquí voy!- murmuro una vez que me había subido al auto.
***
El reloj marca poco más de las 10:00 am cuando el avión toca tierra en la pista del Miami International Airport. Finalmente, he llegado. Una oleada de emoción me embarga, es indescriptible. Se siente como si algo sumamente crucial estuviera a punto de suceder, como si el destino me tuviese algo preparado.
Tras salir de aeropuerto me subo a un taxi que me lleva directamente al hotel.
Debo confesar que las vistas son impresionantes, nunca había tenido la oportunidad de venir aquí y estaba ansiosa por hacerlo. La atmosfera que se respira es simplemente única, apenas puedo contener las ganas de relajarme bajo el sol en la orilla de la playa con coctel en mano.
¡Si! Definitivamente eso será lo primero que haga.
-Disculpe, señorita, hemos llegado a su destino- anuncia el conductor, sacándome de mis cavilaciones. Mis mejillas arden por la vergüenza.
-Muchas gracias, señor. Que tenga un feliz día.
-Igualmente para usted. Disfrute su estadía- responde amablemente.
Delante de mí se encuentra una hermosa y enorme edificación. Mi emoción aumenta exponencialmente mientras entro al concurrido lobby.
-Buenos días, tengo una reservación a nombre de Hannah Morris- informo a la recepcionista, cuya insignia dice Harper.
-Bienvenida. ¿Me permite su identificación?
-Por supuesto, deme un momento- comienzo a buscar la billetera dentro de mi bolso cuando siento que alguien se detiene cerca de mí.
-Reservación para Evans- escucho una grave voz decir y todos los vellos de mi piel se erizan.
-Enseguida, señor- responde la chica, que en un tris se ha puesto roja como un tomate.
-¿Disculpe?- me volteo airada -Me están atendiendo a mí, así que espere su turno por allá- señalo a un punto lejano de la recepción -Aquí tiene mi identificación, señorita Harper.
-No tengo tiempo para esto, soy un hombre demasiado ocupado. Por favor, verifique mi reserva-, interrumpe el hombre.
-No, ¿qué se ha creído usted? ¿Que yo no valgo?- puedo ver por la sonrisa socarrona que tiene en su rostro que toda esta situación le causa gracia, mi sangre está a punto de ebullición.
-Está bien. Termine de atender a la señorita, por favor- responde con arrogancia.
-¡Oh, wow! ¡Cuánta caballerosidad! Disculpe que no me postre a sus pies.
-El sarcasmo no va con su hermoso rostro- dice con un deje de diversión.
-Al igual que ser patán no va con su her...- me detengo mordiendo mi lengua.
-¡Oh! entonces le parezco atractivo- sus palabras hacen que quiera abofetearme por hablar antes de pensar.
-Aquí tiene, señorita- la intervención de la recepcionista llega en el momento justo, rompiendo con el incómodo momento.
-Gracias, muy amable. Que tenga un feliz día- tomo la llave magnética y procedo a agarrar mi maleta para marcharme a paso veloz.
-¿No me va a desear feliz día?- pregunta el caballero que ha estado incordiándome los últimos minutos.
-A usted no le deseo ni siquiera que tenga una buena digestión. Ahora, con su permiso- lo rodeo para poder emprender mi camino hacia los elevadores.
-¡Ja! vaya forma de comenzar mi fin de semana soñado- murmuro con ironía.
Todo el mundo pensaba que Lorenzo quería de verdad a Gracie, hasta el día de la operación de corazón de su hija. Para sorpresa de Gracie, Lorenzo donó el preciado órgano que necesitaba su hija a otra mujer. Desolada, Gracie optó por el divorcio. Impulsada por su necesidad de venganza, Gracie se unió al tío de Lorenzo, Waylon, y orquestó la caída de Lorenzo. Al final, este se quedó sin nada. Consumido por el remordimiento, él suplicó por una reconciliación. Gracie pensó que era libre de seguir adelante con su vida, pero Waylon la retuvo con un abrazo. "¿Pensaste que podías abandonarme?".
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Linsey fue abandonada por su novio, quien huyó con otra mujer el día de su boda. Furiosa, ella agarró a un desconocido al azar y declaró: "¡Casémonos!". Había actuado por impulso, pero luego se dio cuenta de que su nuevo esposo era el famoso inútil Collin. El público se rio de ella, e incluso su fugitivo ex se ofreció a reconciliarse. Pero Linsey se burló de él. "¡Mi esposo y yo estamos muy enamorados!". Aunque todos pensaron que deliraba. Entonces se reveló que Collin era el hombre más rico del mundo. Delante de todos, se arrodilló y levantó un impresionante anillo de diamantes mientras declaraba: "Estoy deseando que sea para siempre, cariño".
Kaelyn dedicó tres años a cuidar de su esposo tras un terrible accidente. Pero una vez recuperado del todo, él la dejó de lado y trajo a su primer amor del extranjero. Devastada, Kaelyn decidió divorciarse mientras la gente se burlaba de ella por haber sido desechada. Después se reinventó, convirtiéndose en una cotizada doctora, una campeona de carreras de auto y una diseñadora arquitectónica de fama internacional. Incluso entonces, los traidores se burlaban con desdén, creyendo que ningún hombre iba a aceptar a Kaelyn. Pero entonces el tío de su exesposo, un poderoso caudillo militar, regresó con su ejército para pedir la mano de Kaelyn en matrimonio.
Ella se casó en secreto con una superestrella; sin embargo, su estado civil se mantuvo en conocimiento público. Ella lo amaba como a un perro, tan leal, tan sin vergüenza, pero él la alejaba constantemente solo por su egoísta razón de tomar venganza contra su madre. Después de su divorcio, ella accidentalmente se acostó con un atractivo desconocido cuyos ojos azules exudaban un atractivo sexual extremo, atrayéndola a una inevitable atracción fatal. Él era tan tranquilo y gentil, prometiéndole la felicidad eterna. "¿Ms. Cathryn Riley, se casará conmigo?" Su expresión era seria y sincera. Los dedos delgados del hombre sostenían una caja redonda de terciopelo rojo muy delicada y hermosa; dentro había un anillo de diamante exquisito. Asustada emocionalmente, ella le respondió, "He sido divorciada una vez. Espero que no me haga divorciar por segunda vez de nuevo." Keith sonrió y respondió suavemente, "Mi mundo nunca se ha centrado en nadie. Pero en los días venideros, mi mundo se centra en ti". Ella estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar lágrimas de felicidad. Estar con él le trajo una alegría eterna y su promesa eterna reemplazó su sufrimiento por el matrimonio fracasado.
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metí la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponía que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".