del hospital, esperaba una ola de alivio, una sensación triunfante de lib
o juntos. Su brazo colgado casualmente alrededor de mi cintura, nuestras cabezas inclinadas juntas, una felicidad genuina y fácil en nuestros ojos. Una
cerca. Recordé un viaje de senderismo, yo quejándome de mis pies cansados, y él, sin decir una palabra, cargándome en su espalda. "Cargaré tus problemas, siempre", había prometido, su voz seria, su aliento
Cada promesa. Mi determinación se endureci
a alegría forzada en su actitud. Llevaba una bolsa p
colocando la bolsa en mi mesita de noche-
vimientos rígido
a reunir mis pocas pertenencias, metiéndolas en
eño, su sonr
Son tus favori
do estrés. Demasiada comida pesada. El doctor dijo
llo de preocupación genuina r
a, ¿por qué siempre me ocultas estas cos
, un brillo frío y
e no querías que te molestaran. -Las palabras fue
stre
do... -Se apagó, sus excusas sonando huecas in
pasado. -Mi tono dejó claro que "pasado" si
tas del hospital cuando una voz
el! ¡Ah
en
nte auto negro de Gabriel, s
elegirlo. Tengo un gusto exquisito, ¿verdad? -Me
acababa de empezar a relaj
voz estaba tensa, cargada de u
, su labio infe
luche. Accidentalmente dejé mi camisón de seda favorito en tu depa, también. Esperaba recogerlo. -La últi
ror. Me lanzó una mirada frenética y de
e! -siseó, su vo
nocencia, se tapó l
Cata! A veces soy tan torpe con mis palabras. -Su disc
cerca, su brazo alre
o es todo. Necesitaba un lugar donde quedarse, un amigo ayudando a una amiga. -Su voz era
luego de vuelta a él. Mi mirad
l -dije, mi voz pl
ción que había esperado. Había esperado ira. Lágrimas
-dije, mi voz distante-. Claramente te neces
elante, agarrando mi brazo. Me arrancó del taxi, empujándome al asiento del copiloto de su propio auto. Mi
as chirriando, acelerando por la calle a un ritmo aterrador. Mi corazón ni siquiera latía con fuerza. No sentía nada. Solo un vac
etenerse. Se volvió hacia mí, su rostro co
¿Estás tratando de volverme loco? -
ome a dejarle ver cualquier vulnerabilidad. Alcancé la manija de la pu
stro cerca del mío, sus ojos desesperados. Trató de besarme. Sus labio
mi mejilla, luego en mi mandíbula, antes de que finalmente se apartara, sus ojos abiertos de par en par
cerrando la puerta de golpe. Justo entonces, mi celular, todavía tirado en el pavimento
. Vio la pantalla brillantemente iluminada. Vio el mensaje, una notificació
rensión amaneciendo. Su agarre se apretó en

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