ista de Ki
papel en mi mano se sentía sólido, real. La Fundación Cortés, la caridad de mi madre, finalmente libre de los dedos codiciosos de Débora. Mis acciones
xtraña ligereza levantó mis hombros, incluso mientras un dolor hueco se asentaba
isita empalagosa de Kenia y la risa profunda y resonante de Jonathan. Mis
ra delicada, con la cabeza inclinada hacia él, los ojos brillantes. Jonathan, luciendo impecablemente despeinado, un mechón de cabello oscuro cayendo sobre su frente, mirándola
lsa dulzura-. ¡Mira quién ha decidido honrarnos con s
undamente en el hombro de Jonathan. Él le acarició el cabello, su mirada parpadeando
o lo hizo. Se sentía como una cáscara seca, quebradiza e insensible. L
e todos en la habitación giraran la cabeza, sus expre
amente de vuelta en Jonathan. Rara vez me mira
han fue lo suficientemente ama
iado bien. El tipo de bien que te hace querer odiarlo, inc
ña y tomé un largo sorbo. Las burbujas me hicieron co
ada"-, Kiara, ¿qué haces aquí? Pensé que estabas... haciendo las paces contigo misma. -Puntu
se apretó casi imperceptiblemente. Finalmen
tes mejor? ¿Sobr
o había visitado. No le importaba
que algunas cosas es mejor dejarlas atrás. Como las relaciones tóxicas y las pe
erraron. Kenia jadeó dramática
decir tal cosa? ¡Estab
¿Lo suficientemente preocupada como para visitar? ¿O lo suficientemente preocupada como para ase
rtencia que conocía bien-. Ya es suficiente. Kenia estab
n sonido más frío
celebrando. No insultes mi inteligenc
o a Kenia y dando
advierto. No
iste eso, ¿no? Me dejaste por ella. -Hice un gesto vago hacia Kenia, cuy
lida-. ¡Detén esto de una vez! Jonathan, por favor, per
de Jonathan-. Estoy diciendo que eres un cobarde, Jonathan. Un hombre sin carácter
ado a que le hablaran de esta manera. La vieja Kiara se habría derrumbado, disculpado,
n, su voz baja y amenazante-. Antes de que d
ti. Ahora, si me disculpan, tengo asuntos importantes que atender. Asuntos que realmente g
jos de mi padre que parecía sospechosamente a
los? -exigió Débora, aferrá
ó la garganta, ev
Solo... Kiara
o travieso en mis ojos-. Es el futuro, papá. Y no implica que
estra de la desviaci
mala conmigo. Solo quería sentirm
su lado, atrayéndola a un abrazo
úlpate con K
íbula s
ecir la verdad? ¿Por estar cans
no te disculpas, me aseguraré de que pierdas todo. Tu po
ina esta vez, ag
rme? -Hice una pausa, mi mirada recorriendo a mi padre y a Débora-. Oh, espera. Lo sé. La empresa de mi padre. Puedes tomar eso tambi
ora jadeó. Los ojos de Jonathan, sin embarg
o? -exigió, su agarre
esto. Mi padre insistió. -Sonreí, una sonrisa fría y depredadora-. Así que, ya ves, Jonathan, difícilmente estoy en posición de perder algo. De hecho, estoy ganand
oca ligeramente abierta. La abrió pa
mbargo, enco
o amas! -Miró a Jonathan, con los ojos muy abiertos y
a en mí, una tormenta gestándose
ecía furiosa y Kenia parecía completa
Pero tengo una boda que planear. Y una nueva vida que construir. Una que no i
ar, dejando atrás el silencio atónito y los restos de su pequeña ilusión perfecta. El
somo. Pero el primer disparo había sido

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