ista de Ki
en mi bolso. Podía sentir la vibración incluso a través del material grueso, un testimonio de su implacable y
respiré hondo. El aire, fresco y ligeramente metálico, llenó mis pulmones, trayendo consig
marcado contraste con el torbellino de emociones dentro de mí. Mis ojos escanearon la habitació
slumbrantes. No cualquier joyería. Piezas que eran audaces, atrevidas, el tipo de cosas de las que la vieja
o ignoré, caminando con propó
te. Era mi padre. Lo envié al buzón de voz. Probablemente estaba entrando en pánico por el contrat
anados por coleccionistas anónimos. Luego, apareció un collar de diamantes, brillando
e al asistente a mi lad
ta levantada, mis ojos fijos en el subastador, mi determinación inquebrantable. El precio sub
e, el mar
¡A la señor
ortés, la "chica fiestera", de repente causan
se hinchó en mi pecho. Esto se sen
ulo llamando mi atención, cuando una voz fam
Ki
heló, luego hirvió de fur
e la sala, con la mandíbula tensa, los ojos ardiendo con una mezcla de ira y algo más: una de
rimida-. ¡Estás gastando una cantidad obscena de dinero! ¿Estás tratando de l
oso de viejas heridas. Pero el nue
s otros compromisos. Compromisos más importantes, naturalmente. -Le di una sonrisa
ro se o
bes por qué estoy aquí. Este g
ería haber hecho hace mucho tiempo. Ahora, si me disculpas, tengo algunas pujas m
brazo, su agar
én esto! Nos
razo, mi ira
No soy tu propiedad! ¡Yo de
tan controlados, esta
ectáculo de ti misma! ¡
. Que miren. Tal vez finalmente vean la verdad. La verdad sobre un hombre que se preocupa
cara de Jonathan se puso carmesí. Rara ve
ligrosamente baja-. Te arrepentirás de esto.
con su mirad
han. Ya no. Estoy recuperando mi
a viendo a una extraña. Y lo estaba. La vieja Kiara, la que ansiaba su
e preocupación, o tal vez solo su condescendencia habitual, a
nde Kenia reina suprema? ¿O la de mi padre, donde soy solo un peón en sus jue
arme de nuevo,
agamos esto más difícil
ra. ¿Más difícil? Él lo había hecho imposible. Me había aplastado,
reprimida-. Esto es fácil. La parte difícil fue amarte. La parte difícil fue c
una determinación
está arriba. Una tiara de diamantes bastante ex
utir, para ordenar, pero no salieron palabras. S
ió el subastador, el martillo cayendo co
a sonrisa triunfante, aunq
lgunas cosas, Jonathan. Y esta v
mente por primera vez en años. Pero era demasiado tarde. La Kiara que conocía se había
avía alrededor de mi cuello, la caja de la tiara apretada en mi mano. Llamó mi
Espera! ¿A
de. Este era mi esc
s fuerte esta vez, la desesp
l aire fresco de la noche. Las luces de la ciudad brill
pasos pesados reso
irte! ¿Qué hay de nosotros? ¿
dose justo a tiempo. Me giré para enfre
Tú destruiste eso. Y todo lo que teníamo
s de que la puerta se cerr
Jonathan. Una cosita bonita que po
naciente. Parecía que quería discutir, suplicar, revert
rte-, mi padre y yo lo firmamos esta noche. Es legalmente vincul
és de la ventana tintada mientras el taxi se alejaba, dejándolo parado solo en la acera, bajo las frías e
o. El dolor todavía estaba allí, un latido sordo, un recordatorio de los años que había
ego simplemente lo apagué. Podía llamar todo lo que quisiera. Podía
ión de independencia. Y se sentía aterrador, e

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