ista de Ki
tó su agarre en su brazo. Me miró, con los ojos rebosantes de lágrim
.. no fue nada. Solo un pequeño rasguño de cuando traté de evita
ente y leal, y de mí como una agresora desquiciada. M
s controlar tu temperament
ivas como telarañas, atrapando a todos en sus mentiras. Jonathan, el poder
lana, desprovista de emoción-. No hubo objetos lanzados.
ente de lágrimas, enterrando s
han! ¡Siempre trata
su mano una presencia reconfortante en su espalda temblorosa. Su
ugar. Kenia se arriesgó por mí. Y tú estás
, la mujer histérica y celosa. La comprensión me golpeó con la fuerza de un maremoto. Todo este tiempo, había amado a un fantasma, un hombre
penas un susurro, el último fragmento de esperanza
sus ojo
eo a Kenia. Es una buena person
añicos. Un grito crudo y gutu
n cacahuates, sabiendo muy bien que soy severamente alérgica!
de Jonathan, su cara una m
lo sabía! -Salió corriendo de la habitaci
n destello de algo, tal vez confusión, cruzó sus rasgos
cosas! -Se dio la vuelta y corrió tras Kenia, d
o un observador silenci
te necesitas ponerte en orden. -Luego siguió a Jo
mente sola. La comprensión fue una píldora amarga, pero también extrañamente
iante extendiéndose por mi rostro-.
gable. No era solo un reemplazo; era un saco de boxeo, un objetivo conve
no
onal de Jonathan. Terminado de ser el peón de
n. El matrimonio con Gael Sandoval, una vez un escape desesperado, a
vez, con voz ronca, para decir que había arreglado mi alta. Kenia, por supuesto, estuvo a
l aire fresco de otoño se sentía vigorizante, un marcado contraste con la atmósfera sofocante del pasado. Llamé a un tax
pie junto a un elegante auto negro, recargado en él, su mira
familiar se apretó en mi estómago. ¿Qué qu
ojos, agudos e intensos, se fijaron en el taxi. Se empujó del auto
onductor, mi voz tensa por el pá
ero Jonathan fue rápido. Golpeó la ventana tras
o! -gritó, su voz amor
podía enfrentarlo. No ahora. No cuando finalment
uciendo! -prácti
endo una llamada. Mi teléfono, todav
rdiéndolo. Me desplomé en mi asiento, un
tó el conductor, mirándome a
nto -dije, dánd
nutos. Luego, mi teléfono vibró de nue
ir. Necesitamos hablar. Sé q
planeado proponerle matrimonio. El que había ar
por amor o preocupación. Me perseguía p
ibró de nuevo
a tu departamento. Sé dónde es
sobre mi departamento? ¿Mi
ba de control. No podía soportar la idea de que yo tomara una decisión sin su a
inación solidificándose.
je al conductor-. Llévem
r pareció d
sa de S
mis ojos-. Tengo mucho dinero pa
mi poder, mi agencia. ¿Pensaba que estaba obsesionada con las posesiones? Bien
ndo el brazalete de mi madre? No t
os artículos físicos. Sino los emocionales. Mi dignidad. Mi autoestima. Mi futuro. Iba
aba de probarme a mí misma que valía la pena
La ignoré. Luego otra. Y otra. Era persistente
staría comprando mi libertad. Y el precio, lo

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