img El Resurgir de sus Cenizas de Traición  /  Capítulo 4 | 21.05%
Instalar App
Historia

Capítulo 4

Palabras:1812    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:48

los bordes de mi existencia. Me movía por el penthouse como un espectro, mi presencia tan inquietante como su ausencia. Éramos d

s pequeñas cápsulas transparentes. Y una nota escrita a mano, con la escritura familiar y precisa de Daniel: Elena, estas son la versión final. La primera simulará un fallo cardíaco en 2

to de salida. Mi arma. Sin un momento de vacilación, abrí la primera cápsula y la tragué, el amargo polvo disolv

tí la cápsula restante y la nota de Daniel en el bolsillo más profundo de mi bata, mis movimientos rápidos y practic

lidez. Su mirada se detuvo en mi rostro, un ceño frun

mi rostro una másc

voz firme, sin traicionar la agitación que

o ilegible en sus ojos, ¿sospecha? ¿preocupació

e. La Fundación Sterlin

mente

. -Mi voz era

su mirada todavía

almente complacient

ó mis labios, escalofriant

pidiéndolo, caminando hacia la ventana. La ciudad se extendí

rar, una vibración discreta que aún así hizo que mi e

amor? ¿Te si

recordatorio de la mujer que ahora apreciaba, l

r supuesto. Est

da, luego se acl

listo a las ocho.

reve calidez para Dafne desterrada. Luego se fue,

las ventanas polarizadas de la limusina. Mi asistente, una joven nerviosa llamada Sara,

an puestos en mí. Los flashes de las cámaras, un asalto cegador, capturaron cada ángulo de

finalmente se hartó, ¿puedes culparlo?" "Parece un cadáver andante." "Se lo merece, después de lo que hizo." Sus palabra

ría e inquebrantable. Sus palabras eran solo aire, sonidos sin sentido en la gran sinfonía de mi

uficientemente alto como para que lo oyera-

oz int

pequeña barista muda. La qu

sas, crueles

inches. No se puede culpar al hombre po

do, una sutil presión detrás de mis ojos, un ligero temblor en mis manos. El mundo se se

ado hacia atrás, su mandíbula apretada. Y a su lado, aferrada a su brazo, estaba Dafne. Estaba exquisita, una visión en un vaporoso vestido de marfil, su cabello intrincadamente peinado, sus

me vio al otro lado de la habitación, sus ojos se entrecerraron, un destello de advertencia e

caminando hacia mí,

a-, no esta noche. No provoques una escena, E

Sacó un pequeño lápiz de plata antiguo y un bloc de notas en miniatura. Su mano temblaba mientras comenzaba a escribir, su

izó. Extendió la mano, tomando suav

s ojos ardiendo una vez más-. No te molestes, Elena. Es muda. No pued

rga escapó d

he oído yo misma. -Mi mirada recorrió a Dafne, un desafío silencioso-. ¿O es que tu inocente

r su mejilla. Negó con la cabeza desesperadamente, sus manos juntas en una súplica silenciosa, una im

o-. ¿Estás realmente tan consumida por tu propia locura que acusarías a

a. Se aferra a hombres poderosos, finge ser frágil y los deja secos. No es más que un

ás vehementemente esta vez, su negac

tranquila y dócil. Un borrón y cuenta nueva. Un... vientre puro. ¿No es así como

suspendidas en el ai

rigió hacia mí, con la mano levantada. Un golpe agudo y punzante aterrizó en mi cara, el impacto hi

lando de furia-. ¡Le mostrarás respeto! O te despojaré de todo, Elen

sde mis sienes, un precursor del dolor de cabeza punzante que sabía que se avec

e, desprovista de emoción-. Entonces termi

re. Sus ojos, muy abiertos por la incredulidad,

sus labios-. Estás realmente loca, Elena. ¿Crees que puedes simple

za, una sonrisa

Elena. Un chist

na niña aterrorizada. No me dedicó otra mirada. Simplemente la sacó del salón de

ndenación, me inundaron. No sentí nada. Solo un vacío hueco, una extraña sensación de liberación. Que pensara

aire. Encontré un baño de damas con poca luz, el mármol frío un alivio bienvenido contra mi cab

jo detrás de mí. Dafne. Sus ojos, ya no bajos, se encontraron con l

o, su voz suave, melódica y completamente desprovista de c

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY