img El Resurgir de sus Cenizas de Traición  /  Capítulo 2 | 10.53%
Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:2025    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:48

olor en mi abdomen se intensificó, una agonía implacable y roedora. Grité, un sonido gut

esionadas contra mi estómago, tratando de

ca, desesperada-. ¡Por favo

el torrente de sangre, los jadeos entrecortados por aire. Él era mi mundo, mi protector, el único que e

urrada al aire vacío. Mi familia, mi hogar, mi paz mental, todo se había hecho añicos

Asesinaste a nuestro hijo. Era una mentira. U

na -había dicho, sus palabras una

ico. Realmente se había ido. El vacío que se instaló en el penthouse era más pesado

voz cruda, rota-. ¡Me

la aristocracia de la Ciudad de México. Era vibrante, llena de vida, una socialité que se movía con gracia

illón de piezas irreparables. Me quedé con una cáscara de vida, atormentada por sombras y el constante y sofocante agarre del estrés postraumático. Cada ru

ambición despiadada, pero vio algo en mí, algo que valía la pena salvar. Me sacó de los escombros, me cubrió con su protección y juró

desesperado de evitar que mi mundo se derrumbara de nuevo. Veía amenazas en todas partes, en cada mirada, en cada susurro. Adrián lo entendía, o eso c

. Mi responsabilidad. -Incluso renunció a un importante acuerdo comercial, uno que habría c

urrado, abrazándome fuerte, sus palabra

ceniza en mi boca. Se había ido. Y yo me quedé, sangra

rián, sus ojos fríos, sus palabras crueles, perforando la neblina. Cada vez que despertaba, el dolor era peor, una herida

así. No le daría esa satisfacción. Me arrastré hasta el baño, el espejo reflejaba a una mujer magulla

ocultado las cicatrices emocionales durante tanto tiempo. Luego, con el

irritantemente serena. Sus ojos se abrieron de golpe cuando entré, un destello de miedo,

bolso, grueso con billetes de quinientos pesos. Lo arrojé sobre las sábanas blan

ave y tímido. Alcanzó un bloc de notas y un bolígrafo en su mesita de noche, su mano

y despectivo que rebotó

a -dije, mi voz endureciénd

regalo que Adrián me había dado años atrás, un símbolo de nuestro amor compartido por la naturaleza.

o eso, ¿no es así? -Mi voz era tensa, un delga

enuino. Negó con la cabeza violentamente, sus

ás que una zorra barata, una perra manipuladora que se aprovecha de hombres vulnerables. Y

eó frenéticamente en el bloc de notas. Por favor, Elena, no me haga

r el pesado jarrón de cristal con flores de su mesita de noche. Con un grito primario, lo bajé, estrellándolo contra el marco de metal de la cama.

volaron a su cara, protegiéndose de los escombros volado

juro que me aseguraré de que

uardaespaldas que habían estado de p

oción-. Un pequeño recordatorio, cada hora, en punto, hasta que de

os guardaespaldas. Los sonidos se desvanecían mientras entraba en el ascensor, el frí

ndí en el lujoso sofá, la tela fresca contra mi piel, pero nada podía descongelar e

silencio. Era la asistente de A

oticias desafortunadas. Dafne Tho

o tan desesperadamente, le había rogado a Adrián por uno. Él siempre lo había descartado, diciendo que no estábamos listos, que yo no era lo su

ento. Adrián estaba allí, su rostro una máscara de furia pura e inalterada, sus ojos ardiendo con un fuego

us dedos clavándose en

jo! -Me sacudió, violentamente, mi cabeza se movía de un lado

inalmente corrían por mi ros

, atando mis muñecas a la cabecera, luego mis tobillos al pie de la cama. Luché, retorciéndome y girando, pero su agarre era demasiado fuerte, su rab

he de años atrás, me invadió. Grité, un sonido crudo

r! ¡Otra vez no

entímetros del mío, sus ojos ardie

truir todo lo que aprecio y salirte con la tuya? ¿Crees que puedes robarme mi paz, mi futuro, mi

más fríos que cualquier dolor físico. Nunca me había hablado así, nunca me había mirado con un odio tan

No, se fue tan rápido como apareció, reemplazado por la misma furia escalofrian

n rugido bajo-. Demasiado intensa, demasiado rota

ando su mano conectó con mi mejilla. Mi cabeza se giró bruscamente,

igrosamente suave-, vas a pag

ló, las lágrimas que no podía detener nublaban mis ojos. Mi

tu pequeño mundo perfecto? ¿La noche en que te convertiste en esta cosa patética y rota? -Hizo

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY