img El Resurgir de sus Cenizas de Traición  /  Capítulo 3 | 15.79%
Instalar App
Historia

Capítulo 3

Palabras:1458    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:48

e ola de lágrimas c

uras-. ¿Usas mi trauma en mi contra? ¡Eres un

y sin humor que raspó m

manipula, que presiona, que destruye todo a su paso? ¿O el hombre que final

a, su aliento calie

pobre chica? ¿Disfrutaste viéndola sufrir? ¿Te del

o físico, cada una un martil

ente. Mi cuerpo temblaba con sollozos silenciosos, las lágrimas quemando mis mejillas. C

undo fugaz, creí ver un destello de algo, un fantasma del hombre que una vez fue, un

arne. Su boca se estrelló contra la mía, un beso brutal y castigador que sabía a ira y sangre. Fue u

s ojos ardien

rugido bajo-. Tú fuiste la que me rompió, Elena. Tú fuiste l

provista de emoción-. Todavía no. Pero aprenderás tu lugar, Elena

, un brillo cr

nuestro hijo h

o el cuchillo que ya estaba en mis entrañas. Mi es

de dominación, de castigo, forzándome a soportar las consecuencias de su percepción retorcida. Cuando terminó, se apartó con un estremecimiento de asco, su rostro

nca hablaba, su rostro una máscara de piedra, sus acciones frías y deliberadas. Infligía dolor, tanto físico como emocional, un asalto implacable a mi cuerpo y mi espíritu

mpotencia. Era un juego vicioso, un retorcido juego de poder, y yo era simplemente un peón en su sádico ajedrez. Cada vez, se ib

medio de la desesperación. Logré convencer a una sirvienta sobornada para que me consiguiera una prueba de embaraz

. Quizás, solo quizás, esto podría cambiar las cosas. Un bebé, un símbolo de nuevos comienzos, un puente de regreso al

on una mezcla de terror y esperanza. Te

ulentos guardaespaldas lo flanqueaban, sus rostros impasibles, su presencia irradiando amenaza. Mi

ción fría y despiadada. Avanzaron, sus pesados pasos resonando en la silenciosa habitación

mi voz cruda de terror-. ¡Adrián, detente!

na sonrisa cruel

alidez-. ¿Y crees que eso cambia algo? ¿Crees que q

an por mi rostro-. ¡Nuestro bebé! ¡Tu sa

hó, una mueca escalo

Nunca quise un hijo contigo. No después de lo que le pasó a tu familia. Nece

rca, sus ojos ard

no permitiré que mi legado sea e

el y calculado, desgarrando los

rdenó, su voz fría

a me abandonó, drenada por sus brutales palabras, por la pura e inflexible crueldad de

e. Adrián, abrazándome, susurrando promesas de un futuro, de una familia. Su mano en mi estómago, una caricia suave y tierna. Algún día,

, arrancada. Un grito silencioso rasgó mi alma, pero ningún sonid

pasillo, mis ojos, pesados y desenfocados, vislumbraron a Adrián. Estaba de pie junto a la ventana, de espaldas a mí, su brazo alrededor de Dafne. Su cabeza estaba acurru

e ternura, de intimidad, robado de mí, ahora otorgado a ella. Un nudo frío y duro de odio se retorció en

ad cruda y ardiente de venganza. Mi mente, aguda y clara a pesar

desechable que había escondido meses atrás, salió.

r, tan absolutamente devastadora, que nunca volvería a conocer un momento de paz. Sería testigo de mi desaparición, de mi última y trágica caída en desgracia. Llevaría el peso de mi fantasma, un to

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY