img La Venganza Fría de la Esposa Estéril  /  Capítulo 9 | 32.14%
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Historia

Capítulo 9

Palabras:1316    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:43

vista d

marcados solo por las escasas raciones de pan duro y agua turbia que pasaban por una ranura en la puerta. Mi cuerpo era un tapiz de dolores y mo

opresivo. Javier estaba allí, su silueta enmarcada por la tenue luz del

a? -Su voz resonó en la celda hú

os son meras mercancías? ¿Que mi amor era una debilidad para ser explotada? -Mi voz era tranquila,

úplicas. No esta fría y silenciosa rebeldía. -No juegues conmigo, Elena. A

mi futuro? ¿Eso es aceptable, Javier? -Encontré su mi

ero estoy dispuesto a pasarlo por alto, por ahora. -Hizo una pausa, su mirada recorriendo mi forma demacrada-. Todavía tienes un propósito. Benjamín está

a pública? -pregunté, una sonrisa débil y amarga tocando

serás liberada. Tendrás una vida cómoda. Una vida sin... complicaciones. -Gesticuló v

esfuerzo. Era verdaderamente un monstruo, desprovisto de conciencia. Pero yo ya no era la

-. Haré lo que me pidas. Seré la esposa perfe

resionante. -Bien. Me acompañarás a la gala benéfica anual de la familia de la To

Mi voz era una

zando mi mejilla. Me estremecí, pero no pareció notarlo. Ya estaba perdido en su

me. Pero no me aparté. Lo soporté, cad

nte. -¿Mi amor? ¿Está todo bien? -Escuchó por un momento, su voz suavizándose aún más-. Por supuesto, cariño. Estaré allí enseguida. No

errándose de golpe detrás de él, sum

era desesperación. Era un lie

s ojos, una vez apagados y sin vida, ahora ardían con un fuego frío y aterrad

lmente. Mentalmente. Estaba desatada de las cadenas del

calculado para darme tiempo, para permitirme sanar y para planificar mis próximos pasos. La pri

atrás. No más Elena Wheeler, la esposa amorosa, la madre

e mi antiguo yo. Dejaría que pensaran que estaba ro

e del día en que se c

de mi celda se abrió de nuevo. Pero esta vez, no era Javier. Eran los hombres de Benjamín. Si

Su nueva identidad. Su nueva vida. Será llevada a un lugar seguro donde podrá co

i amor, todo incinerado. Era un fénix resurgiendo de las cenizas

Elena Wheeler, una mujer rota y traicionada. El aire frío

ua de la Corporación de la Torre, como se le había indicado, para recogerme. Se sorprendió al en

erla. Está muy ansioso por verla. Nos encontrará en la

ará encantado. -Subí al asiento trasero,

í. Era Carla. Una foto. Estaba en los brazos de Javier, su cabeza acurrucada contra su pecho, ambos s

dure. Será todo tuyo por muy poco tiempo*. Luego, con un movimiento decisivo de mi muñeca, saqué la t

special. Un regalo para Javier. Debe ser entregado en el escenario princ

a. de la Torre, el Sr. de la Torre

mpí, mi voz teñida de acero-.

rápidamente. -Sí, Sra. de

la. El escenario perfecto. La audiencia perfecta. Javier, mi exesposo, no tenía idea de lo que

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