img La Venganza Fría de la Esposa Estéril  /  Capítulo 3 | 10.71%
Instalar App
Historia

Capítulo 3

Palabras:1730    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:43

vista d

en mi mente, un recordatorio constante de su traición. Mientras yo yacía despierta en la casa silenciosa, él sin duda estaba con ella,

pero mis nervios todavía estaban crispados. Mi telé

transferencia de la patente

ción. Ni siquiera lo leyó. -Una sombría satisfacción torció mis la

la evidencia en su contra. -Benjamín hizo una pausa-. Mi gente está teniendo problemas. Javier ha cubierto sus huellas meticulosamente. No podemos encon

na confesión verbal entre conspiradores. Probaba la intención, sí, pero la acción direc

tadora privada, quizás. Es lo suficientemente arrogante como para gu

segura en casa. Conozco sus contraseñas. -Un pensamient

Es arriesgado -a

i bebé. -Mi mano instintivamente fue a mi

Torre. Carla también estará allí, por supuesto. -Su v

ro teléfono, uno desechable que guardaba para emer

go contes

¡Me tienen! ¡Me tienen! -Su vo

zó. -¿Quién te tiene?

igen dinero, Elena! ¡Por favor, tienes q

ami nos debe mucho dinero. Cincuenta millones de pesos. Tienes hasta l

adoptivo, ahora estaba en peligro. A pesar de los años de manipulación y decepción, un instinto primario de protegerla se agitó dentro de mí. Seguía siendo mi madre, de alguna manera retorcida. Mi pad

sorprendentemente firme-

bodegas en las afueras de la Ciudad de Méxic

e Javier podía esperar. Esta era una amenaza inmediata. Llamé a Ben

mas -dijo Benjamín, su voz teñida de exas

entían huecas, pero verdaderas de una manera que no podía articular. Era una deuda que sentía que debía, por razones que toda

ien, arreglaré el efectivo. Pero vas con un equ

dinero. -Sabía que era una tontería, pero sentí una compulsión ine

vor. Estás embarazada. -Su voz se suavizó, un

papá. Te l

ica como metafóricamente. Nunca había sostenido tanto efectivo en mi vida. La idea de llevarlo a un lugar oscuro y desc

ventanas rotas, bañado en el brillo amarillento y enfermizo de las farolas distantes. Con cada bache en el camino, un dolor agudo

erta. Salí, el pesado maletín haciendo que me dolieran los brazos. El aire estab

emblando a pesar de mis

a y aterrorizada, con las manos atadas. Sus ojos se ab

-dije, levantando el

sus rostros oscurecidos por la tenue luz. Uno de ello

o, empujándolo hacia ellos co

las pilas de efectivo. -Bien. Muy bien, niña rica. -Ch

e lágrimas. -¡Mi bebé! ¡Me salvaste! -Me r

. Su abrazo se sentía menos c

mientras me miraba-. Eres Elena Wheeler. La hija adoptiva del mul

es rica! ¡Mi Elena es tan rica! ¡Puede darles

ota. Le apreté la mano, una advertenci

vaya, vaya. Parece que nos sacamos la lotería. Cincuenta millon

madre, su voz quebrándose-.

. Especialmente cuando un premio mayo

ro de mí. Mi propia madre, traic

igrosamente baja-. Tienen el d

e. -¿O qué? ¿Le llorarás a tu papi m

d. Mientras el matón principal estaba distraído por su propia broma cruel, empujé a mi

artes. Los hombres maldijeron, momentáneamente distraídos por el efectivo volador. Apro

a insté, mi

los hombres resonando detrás de nosotros. Paso

Mi madre jadeó, un sollozo aterrorizado saliendo de su garganta. Su pe

ción acercándose. Mi hombro palpitaba, un dolor caliente y ardiente,

emos que ir más rápido!

apretó. -¡No puedo, Elena! ¡No puedo!

aterrizando con fuerza en un montón. Un dolor agudo y agonizante me desgarró el bajo

endo mi vientre con mis brazos. Una humedad cálida y pe

sesperado desde adentro. Mi bebé. Mi precio

las palabras del doctor: *Tu cuerpo ya no puede soportar mucho más*.

parodia de preocupación, mientras corría hacia mí, empujando a los matones.

char contra él. Demasiado débil para hacer otra cosa que jadear por aire, el dolor

idad. Dulce y b

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY