img EL VICIO DE GRECO  /  Capítulo 4 🦁LEON Y SANGRE🩸 | 30.77%
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Historia

Capítulo 4 🦁LEON Y SANGRE🩸

Palabras:1757    |    Actualizado en: 11/11/2025

iva de Gr

que el corazón era un lujo. Uno que no se podía permitir pero ahora... ahora algo tambaleaba en su interior. Estaba sentado en su despacho, el humo del habano dibujando esp

una voz al otro la

ha desde hacía una década, lo observaba c

llet -dijo el hombre, directo-. No es por negoci

lencio. Luego dio u

asunt

odo lo que construimos, sí es asunto mí

se t

tus pa

éndose en el sur. Gente de Ruggiero ha desaparecido. Y tú andas de sombra detrás

o se levantó y lo estrelló contr

iones. Nunc

ó con el anteb

esde cuándo te afectan

lo s

ventana, respira

Es lo que representa. Una vida fuer

ue tienes d

, con los ojos per

io. Luego se volvió

olitanos. Alguien les dio información de nuest

nte. Su rostro era

qué o

ernos, el próximo cadáver será u

ó entre ambos Greco apagó el

apitanes. Esta n

el

ta involucr

tes de irse, lo dijo todo: desconfianza. Temor. Y algo

lo miraban en silencio mientras él les explicaba la situación: los movimientos de los

angre, será la de ellos. Pero si descubro que alguien de e

asin

os

otó. También lo notó Dante esa noche, cuando todos se retiraro

? -pregu

No actúes todaví

erra empieza

sirvió ot

emos lo que s

Qu

matar a quien

creto y se quedó dentro del coche, mirando una ventana iluminada del segundo piso Sabía que ella estaba ahí. Bailando. O llor

A SIGU

a envuelto en un

ntrar al salón de ensayo, lo vio: un ramo de peonías blancas y lirios rosa, envuelto en papel crema con un lazo de terciopelo borg

alrededor, buscando una pista, un rostro, una som

-susurró p

a el cigarro entre los dedos. La vio tomar el ramo. Cerró los ojos. No

e digan lo que aún

-

linados. Arianna caminaba un poco más despacio, con los hombros bajos y la mirada nublada por noches si

aroma la envolvió primero: un perfume dulce, del

Rosas blancas, peonías lavanda, y una única flor de magnolia en el centro. N

e sigue danzando aún con la

mó en su garganta. Por primera vez en

guntó en voz baja, aunque

-

co observaba. Dante, de pie

juego de espectador mu

ada fija en el teatro-. Es lo más real que he sent

se romp

otro cigarro. El humo cubría

-

na le mostró las fl

idea de

una sonrisa pícara-. Pero si

, algo despertaba: un consuelo, una intriga

ector. Con la flor de magnolia en el cabello, giró como

-

A SIGU

Aún no sabía quién le había enviado esas flores, pero desde que las recibió, algo dentro de ella se sent

go y guardado una de las magnolias secas en su diario per

-

ra Paolo al cerrar la puert

ostro cambió apenas lo vio. Los ojos de Paolo brillaba

manda flore

ragó s

no venía c

reír, restarl

ue no sabes. ¿Y no te parece raro que alguien deje un ramo costo

no... Paolo

gesto fue tan violento que Arianna

o lo notan? ¿Crees que no se dan cuenta de cómo te mueve

intentó zafarse-.

tengo derech

ano, justo en la mejilla. Arianna cayó de espaldas, golpeando el su

dijo con un

e me estás traicionando. ¿Es uno del teatro, verdad? ¿Uno de esos

mblaba, como si no pudiera controlar el miedo. Pero su m

rtenezco. Nu

ete. Sal ahora. Corre a los brazos de quien sea que te manda flores... Pero recue

or... -susurr

apartó, pateando una silla con rabia. Su res

otra vez sin que yo lo apruebe -gruñó-. Y

. La soledad volvió a caer sobr

cuerpo, el orgullo, el alma. Pero algo dentro de ella... esa parte que

-

La luz estaba encendida. No sabía lo que había pasado de

haber escuchado su voz... Greco ya sabía que tenía

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