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stas eran un lujo para los hombres que soñaban con e
uos que marcaban zonas horarias que ya no importaban. El tiempo, para Greco, era solo una herramienta para medir la lealtad. Sentado tras el escritorio
error? -preguntó s
n los brazos cruzados y la mirada de
ocios con los rusos sin qu
ó, cerrando e
perro muerde la mano
la mandíbula
uro, seco. El único tipo de r
ra. Su presencia llenaba la habitación con la gravedad de una tormenta. Su fidelidad a Greco no venía del miedo, sino de un código que ambos entendían sin palabras
. -Pausó, pensativo-. Pero no lo compañeros todav
dio media vuelta,
Dan
í,
ar. Como so
ejo aparecía fragmentado por las esferas de los relojes. A veces se preguntaba quién er
, asesinado a plena luz del día en una barbería para negarse a traicionar a su familia. Greco, con apenas quince años, l
ntitrés, tomó el control del puerto de Salerno. A los treint
n viejo capo romano- es que no
ondió. Porque
-
queta estaba salpicada con algo que no era vino.
era temblorosa, quebrada, como una campana rota."...dije lo que querían oír... solo querían n
edo. Un grito. Greco
nni t
. Estaban armando algo grande con los alba
peso como el hum
-ordenó Greco, si
uido G
lmente a
s de sangre eran secundarios cuando l
. Que cada cuerpo que flote lleva una marca clara:
a pol
o so
hace años. Solo necesita que le recorde
-
el casino "Il Leone Nero". Solo Dante tenía acceso sin toc
las luces parpadeando como fuegos fatuos sobr
a el poder, ni el diner
l con
emociones. Había aprendido a reprimir el miedo, el deseo
-
cubierto por una gabardina y u
ormó, sin necesi
. Lo conocí d
uán
plicó más que los demá
diendo, tragándose el dolor co
ro que cada mesa, cada callejón, cada iglesia sepa que s
será,
-
flor blanca en la boca. Una vieja costumbre que Greco había rescata
e aseguraba de que la j
A SIGU
abuela estaba in
encaje, las cacerolas colgadas con precisión matemática
puerta sin que nadie se lo pidiera. Dante se quedó en el coche. Nadi
verse. Removía lentamente una salsa espesa en una ol
tes. No era fácil int
de morir, papá
r eso
usa negra y una cruz de oro que había sobrevivido a tres generaciones de s
na, Greco. Y lo peor... no tie
ol -respondió él, toma
una palabra más hasta que ambos dieron un sorbo. V
uela, sin rodeos-. Un ballet. "El lago de los cisnes". La nueva
o arqueó
o me tr
rdarte que eres un
s como yo no
tos en sillas de cuero si no escuc
e discutir con su abuela er
ue no hay esposa, ni hijos, ni siquiera una promesa. Que si
aza sobre el pl
ereda con sangre.
erde con
a mesa. En ella, Greco tenía diez años, su madre sonreía desde un banco
l. Y yo lo enterré c
n. Quiso devolvérse
fuerte. Y virgen, aunque eso te importa poco. Su padre me pidió una r
amenazan
El mundo que construye neces
e pareció que diría algo. Pero s
. Pero tal vez...
ás frágil... pero con un peso invisible que h
ima cosa
¿
rimero se queda cuando envejeces. El
ió y salió b
no bebió. No llamadas prostitut
grafía y la dejó s
iempo, Greco Leone no durmió
con u

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