e. De nuevo. La ironía era una píldora amarga. Tenía las costillas rotas, un
uedado hasta que ella estuvo estable, dejando su
ta de pruebas. Las cámaras de seguridad del penthouse habían funcionado mal misteriosamente. El conductor del coche,
fecto. Eugenio lo
celebrando la obtención de la beca de Karina. Aquella por la que habí
iana llegará a todos lo
nía o
Eugenio y la ambición de Karina. Carlota entró, un fantasma e
la". "La cirujana que intentó atrapar
de diamantes que Carlota reconoció como uno que
o incondicional", arrulló Karina en el
ió una foto de Carlota y Eugenio, una toma cas
o acosando a mi prometido. Afirma que estaban casados, una m
magen. Era un acta de matrimonio. Con lo
ala
se en hielo. No podía ser. Su matrimonio... era
endida, Carlota. La que te dio a ti era falsa. ¿De verdad pensaste q
desmoronó en polvo. El amor, las promesas, la familia que habí
jando del escenario. Se inclinó cerca, su aliento
ota se rompió. Lanzó su mano buen
la mejilla, con una expresión de sorpresa en su ro
n sótano frío y oscuro. Eugenio estaba de pie ant
staba en la habitación del hospital de Juliana, llorando. Un hombre estaba
e Eugenio era un gruñido bajo. "O
lota, cayendo de rodillas. "No lo
cúlp
r su rostro. "Lo siento mucho". Se abofeteó a sí mism
s", ordenó.
creto mordiendo su piel.
ó, un brillo malicioso en sus ojos. Puso una mano en el br
avizándose al instante. "Er
ono, la mano del hombre
ó, un montón tembl
s una científica brillante. Tú eres una cirujana. Sus
l favor". Recogió un trofeo de aspecto pesado de un estan
", dijo. "La que