e Eugenio fu
resó a la casa, magullada y rota, la mansión estaba vacía. Silenciosa. Juliana no estaba allí. S
aba a teñir el cielo de un gris enfermizo,
a esta
nas. La pintura dorada y plateada estaba manchada de tierra, lágrimas y sangre. Sus ojos, esos hermosos ojos de arti
as, bajó corriendo las escaleras. Vio a Juliana y soltó un grito ahogado, l
rbara fue estabilizada, un episodio cardíaco leve provocado por el shock. Pero Juliana... Juliana esta
a de dolor y furia rugiendo en su interior. Llamó a Euge
l hospital de Juliana como si pasara a hacer una visita casual. Se
a?", preguntó, su voz
ia. "Les conté todo. Lo que hiciste. Lo que Ka
enio no cambió. "Ca
un
én. "Karina solo intentaba... animar las cosas. No pensó que
os, Eugenio! ¡Diecis
aburrido. Sacó su chequera. "¿Un
e la bofetada. La mano de Carlota golpeó su rostro, la fuer
nta y fría sonrisa extendiéndose por sus la
léfono. Pr
onido de los gritos de Juliana. El sonido de
saliendo de su garganta, pero sus guardias, que se habían materi
retiras los cargos, este video se hace público. Piensa en la reputación de Juliana. Su futuro. La prest
su propia hija como un a
pequeño sonido desde
Carlota se gi
n fijos en el teléfono en la mano de Eugenio, abiertos de par
labios formaron una
nces s
siguiente estaba en el alféizar de la ventana. La ventan
arlota, luchando contra
demasia
mente vacía, Juliana se inclinó ha
timo que Carlota escuchó antes de que su m