, y la brisa que entraba por la ventana abierta era cálida. El hombre sentía los labios de Gatita. Al principio ella lamió y besó con suavidad, mordisq
quieto - su
o in
Te g
eo qu
y movía la lengua arriba y abajo por el esfínter, hasta introducirla
pareció una eternidad. Cerró los ojos, se relajó y empezó a d
edo de sudor a su espalda. Artem notó que no lleva
mo el chocolate y está salvajemente can
percibir ese olo
ero lo mismo
n la l
iembro - respondió ella. - Qu
lo deseas? - p
o importante es q
abajo - un vientre plano y delicioso con un aro dorado en el ombligo, - y levantó las nal
o tengo lubrica
espondió ella. - Venga,
aliva su miembro y su ano. Cuando introdujo la cabeza, el
Te d
que sí, mald
edo p
ó ella. - Es un
enterrado en ella hasta la raíz. El hombre comenzó a follarla, al principio despacio, pero acelerando el ritmo.
elta, se tumbó boca arriba, alzó las piernas y las apoyó en l
o, cabrón maldito - d
as sucias, como ah
ijo ella- y fóllame como
izo tod
lengua muy su
ella. - La tengo tod
ñó tu papi
enseñó
nte: "Fóllame, papi, así, fóllame, papi", luego: "Fóllame,
e contarle lo de la noche. Iba en bañador y sujetaba en la mano un tocho de libro. El verano pasado había leído es
Benjamín. - ¿Qu
vitado
res: una madura y otra muy joven. A
son? - pre
pondió Benjamín-
Su h
S
an; desde la distancia Artem no distinguía si tenía vello púbico, a di
ho. Una be
mín - di
la mano en se
o pienso follármela. A
otra
e una manera más "adulta", a diferenci
ntos añ
ogió de
uare
edad es
respir
ver corretear desnudas alrededo
ctáculo digno
as de la naturaleza y le incu
Nudi
cerca de Gatita - dijo Artem. - Tuvim
uént
a relatar, omitien
que es hora de explorar otros
S
ué te p
ió Artem, y luego describió e
lloso - c
qué haces con ella lo que q
s difícil d
olias? - se oyó
rubia desnuda y bronce