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Historia

Capítulo 7 ANGELINA Y AQUEL CAFÉ LLUVIOSO

Palabras:1650    |    Actualizado en: 30/05/2024

había contado a mis amigas de nuestro acercamiento la tarde anterior, porque ni yo misma sabía que era lo que ocurría. Ya lle

plico,

licando? ― le pregunté a Josefi

a qué hermoso es, esos brazos musculosos parec

comprendía era esa obsesión que tenían con él. Se trataba de nuestro profesor y se

ro, me había llegado un mensaje

estoy que me derrito. ¿Ya vie

s dedos; es muy sexy. Quiero que

ortunada de tener un solo d

terías; es un hombre gr

estoy dispuesta

e debe ser en l

el celular y me concentré en entender lo que estaba

irigíamos hacía la salida, con intención de ir a la ca

ms; espere un se

scritorio y esper

cepción que le generaban mis malas calificaciones; eso no m

e sentía sumamente extraña. Asentí con la cabeza y rápidamente salí de

o me entrego mi

el profe se enamoraran. Eso sí ser

amás en la vida estaría con un pro

eres, Angi! ―

cionarlas. ¿Me

café para la dulce A

ba explicando. En el preciso momento en que iba a dar otro ejercicio, Sofía ingresó al aula para avisarno

je que se fueran tranquilas a su

me llego un mensaje de él; las gotas de l

con alguna amiga y luego me avisas y te busco

al" p

etera para tomarme un taxi, pero no la había triado. Pensé en ir a la casa de Josefina que vivía cerca del ins

demasiado mojada y sin nadie que me ayude. Me paré al reparo de un kiosco y cubrí mi cue

vuelta asustada para ver de quién se trataba y fue cuan

― le pregunté sorpre

camino a su auto, me preguntaba- ¿Qué hace usted

estaba en esa situación. Subimos a su hermoso auto

calle estaba cortada; ya que se había inundado por la lluvia de modo que el profesor

ase un poco la tormenta y habiliten las calles.

jarme, así no le quito más tiempo. Pero para sorpresa mía, mi profesor me respondió invitándo

ía pedido a su chofer que le trajera

ba casado. Me sonrojé y el nerv

a bien? -me p

Lo siento tanto -dij

agarra hipo de vez en cuando

ontramos; allí rápidamente fui al bañ

eche, por favor ― le dije

ía muchísimo y me generaba una sensación de nerviosísimo extremo. Tomé la bolsa y saqué de ella unos jeans azules, una remera negra y un suéter blanco; me desvestí y ráp

le dije mientras le entregaba el sa

tomé con ambas manos y le di un sorbo. Mi cuerpo necesitaba algo caliente y siempre disfrutaba de tomar

a y vi sus ojos azules, él me dijo que

pié con una servilleta. En ese momento pu

s tan

nsé "¡Qué! ¿Es cie

― le pregunt

o que había dicho, pero seguramente se había arrepentido de hacerlo y no quiso volver a repetirlo.

a tormenta no

parece

ra una sensación de paz -comenté m

se desprendía los botones de los puños de su cam

también? -pre

a, pero si disfrutó de dibujar

iend

e sentó de nuev

s ojos, me hacía sentir muy nerviosa. Tomé un trozo del tostado e intenté desviar mi mirada. En

la,

avisaras en la casa de cuales de tus amigas

vinimos a la cafetería que usted c

a una cuadra; ve sa

ey.

había mentido. Inmediatamente le dije a mi profesor que debía irme; él se ofreció a acompañarme a la puerta, pero no lo permití porque si papá lo veía, nos mataría a ambos. Papá era muy pro

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