a. A mi muy pocas veces me daban permiso; mis padres controlaban todos mis movim
que les avisaría si me daban permiso para salir con ellas por la noche, lo cual lo veía casi imposibl
ija? ― me preguntó un
pre; un café
; a ella t
café, por favo
por favor― terminó de d
n algo p
amente es
no en varias otras materias. Eso es algo totalmente decepciónate; no piensas acaso en tu familia, en todo lo qu
oraré...― le dije mien
No quiero tener una hija mediocre, po
en los ojos-muchas veces te pedí q
mierda, tú sola debes sacar las materias, no necesitas ayuda extra. ¿Acaso no tienes cerebro o
sé qué decirle. ― agach
mos a casa y te quiero ver estudi
í,
nería más importantes de España; siempre estaba ocupado con eso, pero aun así tenía tiempo para controlarme y exigirme demás. En mi casa no existían los televisores ni las computadoras (o por lo menos para mí), lo único que podía tener era mi celular
las, a lo cual respondí que no; no iba a gastar mis energía
o te veré el lunes en el i
había leído a todos y no era muy amiga de las segunda
ije, mientras abría la
quieres
comprarme
nía de pie y lo sacaba de su biblioteca. ― Lueg
anto leí su título, supe que iba a
n serio
ermines ese libro, te dejaré comprarte el que
tenía con los libros del instituto, para tener que leer
té cerca de la ventana, que daba al parque. En realidad, a esa altura de los acontecimient