img Déjame amarte!  /  Capítulo 6 ESA TARDE DE TORMENTA | 85.71%
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Historia

Capítulo 6 ESA TARDE DE TORMENTA

Palabras:1955    |    Actualizado en: 30/05/2024

colores sobre mi escritorio. Con eso supe que debía dar por terminado el trabajo. Lleva

culpe

golpeaban la puerta y vi q

Olga ¿Qu

venido a verlo; lo

; dile que me es

ersión del día y me puse de pi

por acá? ― le pregunté al tiempo que

con mi mejor amigo y ad

la terraza a beber un poco y charlar. Hacía mucho que no compartí

stituto? -preguntó Ramiro mientra

s que tienen notas muy bajas. Espero

problema con sus alumnos. ¡Ah! hablando de él, ayer me comuniqué y me dijo que su esposa aún sigue internada. Está bastante triste, porque el

ca he amado a nadie, así que no podría de

o Alexander. ¿Y qué paso con Miriam? ¿

mpo para amores y si se trata de mujeres, es solo para pasar el rato. No puedo

creo que ya es hora de que conozcas a una mujer. Necesitas a alg

Yo soy feliz así, haciendo mis cosas, invirtie

si te quieres morir solo y amarga

o. A lo mejor, tenía razón. Tenía todo en mi vida, era millonario, pero no tenía amor, por eso siem

*

on el tema nuevo, derivadas direccionales y derivadas parciales. La clase se estaba haciendo muy amena; eran muchas las manos que se levantaban para preguntar y sacarse dudas. Yo respondía a todas, pero había algo que no podía deja

s comenzaron a salir; instin

ams, esperé un s

mí; luego se acercó tímidame

ya que no vino la clase anterior. Estoy muy de

in iba a poder escuchar su voz y no

nceramente su materia e

Tenía una voz tan mágica y celestial, tan sencilla y encantadora, que quería q

a me miró a los ojos; los suyos, color miel, me volvían loco.

ar aprobar el

lo haga ― le respondí con unas ganas

uevamente y asintió con la cabeza. Era tan pero tan hermosa, que me hacía sen

nía apuro para reunirse con sus amigas. M

ensar más en Angelina; se suponía que era un hombre maduro que te

iba a destruir el cielo. Los directivos y encargados dieron la orden de que los estu

uscar el auto ya llovía y rápidamente me metí dentro; las gotas y el viento parecían que iban a romper mi parabrisas. En ese instante, mientras esperaba que el semáforo se pusiera en verde, pude observar

é del auto; corrí hacía donde estaba ella y le puse

hace pr

ué no se ha ido a su casa? ― le pregunté con

tuvo que salir a una reunión, y yo no

taba. ¿Cómo iba a dejar a esta muñequita sola

! ―estornud

entras prendía la c

nerviosa ― Sí puede alcanzarme hasta un

se ponía nerviosa; la ob

í, vi que la calle estaba cortada porque se había inundado. Tomé otro camino y sucedi

esperar a que pase un poco la t

uiere puede dejarme en algún lugar dond

an ti

sí se calienta un poco mientras

ra ropa seca así se cambiaba en el bar. Cuando se lo com

hace falta que le pida ropa a

a y ella me obs

mi chofer, me traerá algo de ropa de

ó un tanto

as, profesor ―

amé tenerla sentada a mi lado; era mi momento más feliz, au

audio me esperaba a unos pocos metros,

ias, C

nada,

del auto y rápidamente entramos al bar. Yo me senté en una mesa mientr

r sonreír como un idiota; ella se ac

o, profesor ― dijo mient

stado. Angelina tomó la taza con ambas manos como si la abra

io superior estaba lleno de espuma; se lo comenté y

a y le dije cas

tan her

? ― preguntó

", pensé para mis adentros. No sabía qué hacer; inmediatame

ste", y me dejó frio. Esa sonrisa me llenó completamente e

yo respiré; no sabía que iba a resp

más ― agregó luego, mientras observab

parece

o para ella, lo supe. Encontrarse con su profesor en un bar tomando un café con leche, no era algo que sucediera todos los días. F

nutos, regresó

me espera afuera. Grac

lina! La acompa

ente de mí para que no pudiera p

o una estrella fugaz desap

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