zo, como si fuese lo peor en la existencia. En sueñ
ién
fera de llantos, sonido vacío y un eco de miseria. El grille
aba el músico, seguido de su t
etumba en el pasillo y termi
es más real, que dolor de mis huesos...
de burlar mi comodidad, fui en busca del músico. To
ido, mi mundo poco a poco moría. Pero encontraba una g
rmitieron mi entrada, le rogué con la más inexplicable de mis intenciones. Y uno de estos guardias, impregnado en van
esa muerte tenía más sentido que t
eran una realidad, por alguna razón yo debía estar al
do, la justicia no existe, es solo un negocio... los que estaban conmigo desistiero
las piernas quietas sin moverse hace días. Con una pequeña reserva de fuerza logró voltear su cabeza y mirarme. Sus ojos cansados, ahogados de vacío,
o me abandonaron a la primera de peligro, ellos tenían mucho por perder. Yo, en cambio, no he encontrado en este mundo
ó mi rostro y pron
í, eso no lo dudo... ¿Dón
ba con él. Intenté reanimarlo, pero era tarde, su cuerpo no comía hací
ue solo bebe el agua que corre por las paredes. El cadáver con olor a muerte, y los pensamientos de muerte comienzan a emerger del aire. La muerte tiene sabor a sueños que pierde
aquellos que decían ser amigos...
toño, era acompañado por la anciana que aquel
oz e
agradecí como si ese pan fuese lo más hermoso, porque apenas me acordaba de lo necesario. Pero la anciana muy atenta a mi reacción, por aque
otros espíritus abandonaron el lugar. Sentí que el peso de
té, asombrado de eso
ás ver que soy más real que los latidos de tu corazón. Soy el viento y el fuego, paloma y león. Soy un ni
la anciana estaba dentro del calabozo conmigo. No comprendía... Comencé
ciste, acaso
nía la respuesta a m
aquello que buscas, un alim
. Yo muy hambriento de sentido, imprudente como pocos, a
ué me
usó muy bien sus palabras, manejó muy b
tales se igualan, los titanes y espíritus saben secretos. Hablo de una historia que d
ar su voz, pud
de mí, juntó sus manos,