img Amores bajo corriente  /  Capítulo 8 Destruyelo todo | 88.89%
Instalar App
Historia

Capítulo 8 Destruyelo todo

Palabras:2722    |    Actualizado en: 12/01/2023

rarme de que no estaban tirándome agua sucia, solo rosas blancas de paz y amor

ababa mis logros, para ella nunca estaba mal, pero tampoco bien. Era cansino vivir así. Compadecía a mi padre por aguantarla durante

espina, ahora lo odiaba. Habían por lo menos diez comandantes en las oficinas de Heart of Reaven, comprend

una daga visual desde la otra punta del des

las playas de San Andrés que me había robado de internet. En algún momento de mi estadía aquí había llegado a adornarla con una foto familiar, pero mamá me la quito en uno de s

nidad para que Aprill crez

que había recibido en ese momento. Los ojos

odo lo que hace. Puede conseguir lo que sea, acepte el viaj

ndo aquellos ojos en blan

enía con el, la única que lo había navegado era yo y el mismísimo Reaven, del resto, a nadie se le permitía

sta. No entendía el entusiasmo, no era cuestión de reconocimie

e por el momento. No estaba aceptando ni negándome

a enviado la secretaria de Aprill. Le escribí una respuesta de dos palabras que la pondrían

o. Comeré fuera. –Le a

l llegar al puerto, unas cuadras más allá de las oficinas principales, me puse mis gafas de sol. Hacia bastante c

ido de los contenedores que subían y bajaban me estresaba de sobre manera. Si

, sofocante a estas horas y encontré a Matt, mi antigua pareja con los pies sobre la mesa llena de bolsas de helados y un aba

blaba entre r

fuera? –Asintió, batiendo con mas ahínc

firme todo el permiso de

Había llegado con una bandea blanc

bécil? –Deje caer la punta del dedo sobre una pila de pa

endo una mala bruja grosera y arpía. M

muñequita que venga y

para que hagas el

firmabas tú

secar el sudor que habían desprendido-. Lárgate de aquí Matt, de haber dicho

a cada segundo que lo veo allí tan pancho dándose air

que hace tiempo ni me inmuta. Traga saliva, la manzana de Adam

o limpio de tu b

lga. Tiene suerte de que sea y quien este delante de él y no la muñeca de April

o tiempo. Dame

su cara. Un maldito mes más

go. Yo no le doy piedad a nadie cuando s

s y me los llevo con la promesa de enviárselos cuanto antes. Odio tener que hacer el trab

da com

ucho aquella voz ronca y masculina. Tengo el culo en pompa, dándole una vi

es un pla

lusa de seda qu

u presencia no es lo más g

uesta del sol es cautivador. Parece un ángel caído en toda su gloria y

aste de bab

no lo

re. –Sonrió-. Eres u

ban. Las chicas de la farmacia preparaban otras cinco qu

que te

asta el moño de montar cajas allí. Mi pequeño deportivo

tan repletas que no podían cerrar muy bien. Marck

que quepa

lto. Solté un pequeño gruñido. Ya el día había sido basta

as en mi coche. –Propuso

a y cuando no. En ese momento sabia con exactitud que aquellas cajas o

agrad

en su auto, igual

uto. –Metí la ultima

illo brillaba con los pocos

una mueca de desagra

ina oleada de conformidad y placer q

si

s voluntarios que estaban capacitados para ofrecer ayuda hacían lo que podían y yo les daba lo que requerían. Hasta allí llegaba nues

dole un aura de tranquilidad y esperanza. Podía escaparme aquí y respirar

medicaban algunos animales. Habían desde tiburones hasta perros y gatos. Hace poco habían traído un perro con gusanos en los ojos que habían a

ida, aunque la infección que tenía en los ojos no le aseguraba mucho tiempo y si duraba e

e dolía a montones entrar allí. Unas s

é te

n el dedo

iendo lo q

ando consuelo barato y no me gustaba q

des para volver a joderte. En cambio, ello no vuelven a confiar hasta que les demuestras que vale la pe

importo que su desconfianza por algo que no le había hecho yo me le hiciera

entro con un overol y una camiseta del logo del refugio y se la entregó a Marck. No me percate hasta

ncontré con su tal

echo una última mirada ante

omo le suministraba una de las medicina

enticia-. El pus a desaparecido y la inflamación también. La próxi

r toda su

a una familia. Seria amado aquí, pero nuestra atenció

ener nada. –Me sonrió

, pero descuidar mis otras obligaciones me hacían trabajar el doble y casi no tener respiro. Podía revelarme alguien, pero no me parecían lo suficientemente buena,

la y lo halle colgando

mos i

el overol. Los músculos le sobresalían y el color azul claro le hací

uridad. El viento soplaba cálido y salado, ondeándome los cabellos de

rmo

e miraba a mí, pero sabía que

en las noches. El ama

do mi espacio. Siempre me habían gustado las lociones masculinas, pero aquella me encantaba de sobremanera. Sentí un suave

tomar

su coche y minutos después llego cor

o para que tuvie

te justo d

los de un lado a otro mientras permanecía de perfil. Esc

ero

arck se acerca despacio. Sus manos tocan mi rostro con delicadeza meticulosa, como si me tratase de una

n sus muñecas alertas, aunque no pienso alejarlo. Me mira con auténtica a

mura antes de impactar sus s

as ansias, como amantes que recién empiezan y quieren cuidar todo por lo que esta dispuestos a luchar. No hay lengua, solo

se aún. Alza la cabeza, mirándom

mo s

olega de Nicolás.

las nubes. Después de todo

que p

punto de cambiar de opinión por un simple acercamiento, la última

m tendido en su cama con todo y ropa. Agotado después de un día laborioso. Me recuesto a su

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY