oz de mi mejor amigo tratando de mantenerme despierta hasta llegar a lo que ahora era su hogar. Después de un grandioso y alegre encuentro
casi me derrumbo en el suelo de su
dijo sonriendo mientras arrastra
o para la decoración -dije al entrar mir
hombros mientras cerraba la puerta detrás
s -le corregí y este me
ercaba a una puerta blanca, la abrió y encendió la luz después entrando en esta-. Consideran
ivertido desde la puerta de la habitació
quí? -dije mirando el lugar caminando hast
manos en los bolsillos de sus pantalones
e se llamaría si llegaba a ser una nena. Lo fue. Durante estos meses lejos de la ciudad, Thiago siempre me mandó foto
es, pues la noticia de ser padre no era de tomárselo a la poca, así que había ganado suficiente para también pagarse la renta de un apartamento en un edificio bastante lind
me acercaba y entraba a la habitación donde dormiría por los
oca quedarse acá -dijo mien
tigo? -le miré con
pia habitación -dijo
s segundos, cas
a dormir en la habitación de Eli
endo la cabeza hacia atr
con diversión, con un movimiento de cab
ente a esta, me miró y después de que sus labios se curvearan hacia un lado, abrió la puert
ca, con tonos beige y tenuemente amarillo pastel. Había una cuna del lado de una pared, con un carrusel con colgantes
. Justo a la par de la puerta en un hueco yacía un armario blanco. En la pared libre donde parte del so
r. Un aroma suave, combinado con jabón y olor a fl
oración? -indagué girando mi rostr
eso? -me miró co
e
acercándome a un baúl que yacía en el piso del
sos al interior de la habitación-. De hecho, ella fue quien pintó
e pintura, abrí lo
é-. No sabía que tenía
segura de que la imagen de ella pintando aquí vino a su me
gato curioso interior me lo pidió. Dentro había libros infantil
pregunté sacando
que es bueno leerles desde p
. Miré alrededor, había casi ignorado las fotos que yacían colgadas en un espacio en específico de la pared. Me acerqué. Era Jessica con la pequeña Eliza en sus brazos. En otra estaba Thiago con
. Un regalo. Ella tomó las fotografías y después ma
in despegar mis ojos de aquellas
nr
s a pesar de que no estaban preparados para ser padres. B
ara girarme y mirar a mi mejor amigo que ahora se encontr
espiró profundo y despu
le de pañal los primeros días, era un desastre -rió
Olivia interviniendo, haciéndolo en unos segundos de manera rápida y fácil. Thiago mirando. Thiago volviendo a intentarlo. Fracaso. Gruñi
i mejor amigo-. Por apoyarte y ayudarte. Cual
irando hacia otro lado después lleva
des volvieron a posarse en mí-. Aunque Jessica también trató de ayud
la? -pregunté
do parte de aquel espectáculo que me hizo querer marcharme de aquí sin mirar atrás. Aquella noche me di cuenta de que
y bueno, aquí se quedó completamente sola. Por unos meses se fue a Chicago con l
sica de lo que Thiago sabía. De alguna forma aquello me parecía extraño e injusto. Siquiera debía de saber sobre ella del tod
Aún l
ticamente cuando mi mejo
sus palabras era algo que no supiera ya. Thiago sabía lo básico,
peleo? -preguntó Thiago de repent
ue antes estaba concentrada en un p
en los bolsillos traseros de mis jeans-. Tengo que ir a dejar t
e lado.
universidad para volverte una estudiante de nada más y nada menos que
sería una alum
s viéndonos como antes -le miré
l, o escapar a la cafetería después de que me mandes a comprarte un desa
la mirada y e
que quiera por los próximos días que me esté quedando
e para abrazarlo. Me estrechó en sus brazos
a sonrisa se asomaba en su rostro-. Definitivamente puedo sopo
hombro. Se quejó, pero la risa
do, mirando como su mano sobaba l
ar la imagen de él. Jugando. Mirando las cartas con concentración, después mirándome a mí. De nuevo mirando las cartas. Mirando las fichas. Mirando la mano sobre mi muslo. Mirando los labios
ía perdonado? Necesitaba que lo hiciera. Necesitaba pensar que lo había hecho, porque entonces no podía d
propias mentiras donde en ocasiones simplemente quería hundirme y no dejar que la gravedad me hiciera salir a la superficie. Había
onfundido, perdido, alarmado, con ganas de correr hacia mí y sa
todo lo que ocasioné esa noche
ente había hecho realidad aquel pensamiento de desaparecer d
anas dejándome ver la noche. Estábamos en el piso once, lo suficiente para ver algunos edificios alumbrar a través de sus ventanas. Mis ojos miraron cada una de estas, y tambié
Thiago había conseguido un buen apartamento. Era justamente lo que necesitaba, aunque seguía sie
dos y el significado que había ahí. Tendría que buscar algo más, quizá algo más cerca de la universidad para ahorrar el dinero de los taxis. El edificio de Thiago quedaba cerca. Podr
en línea, y por supuesto que no podía atrasarme en mis estudios. Columbia me ofreció la oportunidad de hacer mi tercer semestre a distancia; debido a mis excelen
explicarme que aquello no sería problema pues el antiguo trabajo de mi padre le había dado su cheque de renuncia por todos los años que hab
ré los edificios, después una gota caer en la ventana deslizándose hasta llegar al final. Me concentré en esa gota, despué
eron concentrarse en las luces que desprendían de los edificios, la lluvia había empapado el crist
orama en aquella vista. Pero mis ojos fueron tercos, no importaba que las gotas hubiesen invadido aquella vista que tanto temía y deseaba volver a
n la ciudad? Probablemente no, p
Deslicé mis dedos dentro de la tela abrigadora de mi pijama, hasta que dieron con aquello que colgaba de mi cuello. Rozaron la p
o había pasado, todo eso que había convertido todo en nada. ¿Cómo iba a tener las fuerzas de caminar por las calles sin tener que pensar todo eso? Sin poder pensar en él. Sin imaginar que po
no' resonó e
lugar. En un edificio alto, un rascacielos, en el piso sesenta y uno. Donde había una estancia con ventanales que dejaban ver la mayor parte de la ciudad, donde por las no
todo. Llorar por haber convertido todo en nada. Llorar por haberlo dejado. Llor
r por
uier lugar que él estuvie