mi mente sin dejarme descansar día y noche. Noches de llanto donde lo único que quería era tomar un auto e ir hacia él para rogarle que me perdonara,
para agregar a la tortura que mi propia mente me hacía
algún lugar. La esperanza de verlo y que al yo correr a sus brazos su imagen no se desvaneciera en mi mente. La esperanza de que me viera, me sonrie
idea sabía que necesitaría mi propio espacio. Así que terminé simplemente mudándome
vir juntos. Incluso un poco de ayuda con Eliza no le vino mal, y yo estaba totalmente encantada con la nena. Era un amor, a
r completo, y dudaba que lo hiciera pronto. Comencé a asistir con una psicóloga, me ayudó mucho. Me hizo entender las cosas y tratar de aceptarl
día hacerlo de la misma manera aún. Mi cuerpo seguía rechazando cualquier
a fingir lo contrario con las personas que me rodeaban. Sobre todo Thiago, que en ocasiones me r
estaba ahí. Aunque nuestras áreas estaban alejadas, siempre tenía la esperanza de encontrármelo por l
oche, teniendo que callarme y hacerlo apenas en sollozos para que Thiago no me escuchara del todo. Aunque en ocasi
aquellas cuatro paredes que conformaban ahora la que era mi habitación. Era sábado, pero aquello no cambiaba el hecho de que tuviera un día libre de tareas. La universidad parecía explotarme cada vez más con los tr
y, V
al entrar al local mientras
abandonados por aquí -comentó con u
a risilla, me encogí de hombros y una
entre dientes tratando d
ifornia -sonrió ladeando un poco su cabeza
con una
medio, respiré profundo y miré el menú mientras me mor
ando a tocar en la panta
oques en la pantalla-. ¿La tarta de manzana ta
sonrisa y este asintió volv
onó y asentí-. Son catorce dó
dólares y se lo extendí. Jack lo tomó, lo gua
tu orden -me dijo con
cuando me di la vuelta escuc
or amigo con la pequeña
recer -escuché a Jack
illa, para cubrir a la pequeña del frío que hacía afue
ntraría aquí -dijo
a ceja alzada y este me miró con cara de
i ofendido-. ¿Desde cuando puedes decidir
l que tú -intervino Jack y lo miré, este son
mejor amigo con una ceja a
k carcajeó después alzando sus manos en forma
as horas -acomodé mi bolso sobre mi hombro y después miré a Thiago-. ¿Vas a acompañarme? Aunq
k, por favor -le dijo y por el rabillo del ojo vi como Jack asin
hasta la última mesa. Coloqué el portabebés en el sofá, sentándome a la par y escuché un balbuceo.
balbuceó provocando que soltara el
eza uno de mis dedos por su mejilla. La acaricié sonriendo,
í el ceño y entonces por el rabillo del
hija de mí, por favor
la pobrecilla -repuse mir
miró con los ojos entrecerrados, de la mochi
r de opinión en veni
mientras me extendía el biberón
A
iberón a la boca de Eliza quien de inmediato come
en ese momento Jack vino
nrisa. Se dio la vuelta y regresó detrás del mostrador. Miré mi c
bo a este-. Jessica y yo hemos estado hablando y creemos que ya es momento de bautizarla. Mis padres ha
Thiago que le había conocido ya y en ocas
sonreí mirando a la pequeña quien agitaba sus manitas
e la mesa juntando sus manos sobre esta-. Pero también te estoy
ano de manera que aún la bebé seguía bebiendo del líquido. Miré a mi mejor amigo con l
ste sonrió asintiendo-. ¿De verdad? ¿Me es
e lo pedimos -l
stá de acue
stá encantada
a estaba de acuerdo
eña Eliza quien ya estaba por terminar el conte
la mía con ella -se encogió de hombros-. Y por supuesto prefiero que lo seas tú, eres mi mejor amiga y con
ión que los suyos eran de un color más oscuro, como los de Thiago. Cuando terminó tod
, le di un beso en la mejilla y después la coloqué sobre mi pecho de maner
o ahuecada para que pudiera repetir. Así después podrí
omo una mueca en sus labios se formaba-. Pero antes de darte la
balbuceó y quise reír, pero lo contuve. Miré de nuevo
a advertencia? -t
ueca volvió a su boca y ahí fue
anta-. Verás, Jessica y y
nuevo con l
asi suelto un suspiro de f
cúpelo -casi le ordené
y después llevó una de sus manos a su
l será el
u
que ser una broma. No puede ser. No. No podía.
reír en espera de que soltara la carc
en que aquel nombre me afectaba. No sabiendo todo lo que había llorado por él en los últi
isculpa con la mirada. Las palabras que habían salido de su boca habían ter
ue implicaría que ustedes dos... -se calló, dejó salir un respiro-. Son muy amig
rrumpí antes de
endido y después alz
-preguntó con
o no que fueran tan amigos
tenido sexo en ocasiones. No me sorprendería que ahora estuviesen haciéndolo a
tí mal por haber pensado de aquella manera. Jessica estaba plenamente agradecida con N
hecho había decidido qu
sonreí mirándola. Se había llevado su manita a la boca chupando esta, reí. La acomodé en el portabebés,
ano en el portabebés y después miré a mi mejor amigo-. No imp
mejor que pude. Th
verdad
ndo sobre ello, no si tenía que prepararme mentalmente
taba mostrarme firme y segura, necesitaba demostrarle que ya no
eció aclarándose la garganta mientras cr
en
respiré profundo siendo yo la que
a, solamente ellos, Jessica, Olivia, Nathaniel, tú y yo -comentó y al esc
e negarme simplemente por su presencia? Eres mi mejor amigo y me estás pidiend
movió la cabeza un poco mie
a peor d
onreí. Miré a Eliza quien poco a poco cerr
-murmuré con una sonr
un poco-. Sé que no es fácil para ti
agar dos desayunos -sonr
ó y tomó su café da
ó casi fulminándome con l
ponerle atención a la tarta de manzana. Tomé el cubierto y cuando Eliza se quedó
y apenas palabras. Tendría que prepararme mentalmente para ese encuentro, al que temía que saliera mal y el que yo no pudiese contener mis imp
aba bastante concentrada en lo que sucedería en una semana. Tratando de imaginar aquel escenario, aquella escena. Definitivam
sacó de su apartamento. Después de que me quitó aquel regalo que él me h
había