La pequeña vestía con un vestido blanco y un pequeño gorrito del mismo color haciendo juego con el vestido. Vestía también con calcetines arr
nizar la famosa subasta anual que hacía Columbia en beneficio de la UNICEF. Fue entonces que llegué casi corriendo al edificio para bañarme y alistarme
llas, era totalmente adecuado para la ocasión, sencillo y lindo con un pequeño toque de formalidad pues sería la madrina. Llevaba tacones casi del mismo colo
lo suficiente para que las puntas ya no estuvieran por encima de mis hombros. Aunque había querido arreglarlo de otra manera, terminé dejándolo al natural al ver
o corrector para cubrir las ojeras que había debajo de mis ojos. La sombra en mis párpados fue apenas, siendo un poco de brill
ado era para salidas a algún café con Thiago o en ocasiones cuando salía con Cassie, quien casi me mataba al verme por hab
ue me transformara a esa manera? No era yo. No era que fuese una chica obsesionada por la moda, maquillaje, etc, pero
a suspiró y miré como volvía a colocarle el za
ó Olivia girando su rostro apen
tando apenas un poco lo suficiente para sentir donde llegaba el dedo grande de la pequeña-.
os hacia mí al escuchar
gando después de colocarle el za
el retrovisor de en medio. Este la miró a trav
voy a mimarla -la miró de reoj
ando crezca -recitó Jessica
yo no soltáramos una carcaj
ar en un auto con estas muje
ue mi mejor amigo alzara una de sus manos en forma de inocenci
azos a Eliza, sacándola del portabebés y bajando del auto con ella. De inmediato T
ome como si estuviese mirando
ocupado por lo que dentro de
o recordando aquel detalle
raté de convencerle, pero
idado de no aplastar a Eliz
sé que no es fácil -dijo
ré a la pequeña en mis brazos que se había m
aclaré sonriendo después dejando un b
uando vi el Audi negro aparcar detrás del auto de mi mejor amigo. Sentí estremecerme mientras sostenía a Eliza en mis braz
me decía que tan solo con decírselo podría sacarme de ahí si era necesario. Negué. Necesitaba enfrentar aquello. En algún momento iba a ten
n temblé ante a
Traía el pelo de la misma manera que le había visto la última vez. Y es que le sentaba bien que casi me hacía mirarlo si
lanca de la cual se arregló las mangas arremangándolas a la altura de sus codos. Automáticamente me giré para no mirar más, no si n
bebé como ella para ahorr
-escuché a Jessica decir
-le regañó casi Nate per
o con Eliza a quien le pasaba el dedo por la barbilla y e
hacer una mueca. ¿Cómo había podido pasar esto? ¿En qué mundo mi
nes y carcajadas yo traté de evadir todo
uedes. Hazlo por Thi
irándome fijamente. Quise reír por la expresión en su rostro, seguramente se preguntaría qué era lo que le pas
de mí y dejé de res
irada y me di la vuelta
que dije cuando lo
ía si debía de apartarme, acercarme o simplemente mirar hacia otro lado. Los nervi
ariciarle me mataban, sentía que los dedos me temblaban por la inmensa necesidad d
a condenadamente guapo. Incluso a la distancia que estaba de mí el aroma de su loción me invadió haciéndome c
queña en brazos frente a una iglesi
que las piernas me flaquearon. Bajó su mirada a mi boca, después a mi pech
nreír y casi me echo a llorar por eso. Hab
mirando a Eliza mientras
aire por
miraba a Nate. Sonreí un poco ante eso, de reojo miré a Nate quien lo hizo igual mientra
de suspirar?
mejilla y después se separó metiendo ambas de sus manos en lo
s que no ves que es una tortura? Perdóname, por favor.
utaba de hacerlo al mismo tiempo era una tortura. Tenerlo frente a mí sin pod
no Thiago en aquella conversa
más. Hice una mueca disimulada para que no pudiese ver el do
udarlos -maticé mira
mirara, pero no lo hizo. Apreté mi boca y me alejé de ahí caminando en dirección a donde estaban los padres de Thiago sal
a madre de Thiago con aquella
arman -le dediq
ue me llames Isa -casi me
sinti
-me encogí de hom
mis brazos e hizo u
entregué a Eliza para que su abuela pudiese cargarla-.
luego Thiago llegó a la p
a misma manera que su madre. Eran unos señores bastante agradables y que
ina de Eliza, cariño -dijo Isa
ta princesa -me acerqué acariciar la mejilla de
o? -preguntó esta vez y la so
nov
encé a decir, pero me quedé
a para tratar de alejar aquel nudo en la garganta que se había formado. Cuan
reprendiéndola mientras la mira
stedes dos estaban juntos,
o de dedicarle una leve sonrisa-.
podía empeo
-me pidió con una
risa, pero en ese momento no pude hacerlo-. Si me disculpan,
go me miró casi diciéndome con la mirada a que me acompañaba, pero negué. Necesitaba unos segundo sola
baño. Por suerte estaba abierto, entré y me encerré en este. Cerré los ojos, respiré profundo, suspiré. Me miré en el espejo
ena y supongo que eso será menos pesado. Para ese entonces seguramente habrá un
dos reunidos, incluso noté una persona más. Una mujer de estatura promedio, pero más baja que Jessica, aquello lo noté porque estaba a
acerqué colocándome a la par de él. Me abrazó pasando su b
urró en mi oído, a
su hombro por unos segundos, agradeciendo a que
orque me hubiese gustado que no lo hiciera. Suspiré, luego sentí un brazo tocar el mío. Giré mi rostro para ver de quien se trataba, era Olivia quien
eriendo animarme, le devolví l
nosotros. El sacerdote. De i
sa del señor -dijo el sacerdote mir
testamos cas
rinos? -preguntó esta
con la mirada. Me acerqué a la madre de Thiago quien sostenía a Eliza en brazos y me la entregó. Le dediqué
iradas de los demás estaban posadas sobre nosotros. En que lo tenía junto a mí pero a la vez no. Porque el Nat
r el resto de la misa. A mi otro lado estaba Thiago, quien de vez en cuando me apretaba el muslo cuando notaba que me ponía incómoda. Me tranquilizaba, pero mi
l de la ceremonia. Cuando lo hicimos, Nate me miró a los ojos, después miró a la pequeña en mis brazos y negué. Me preguntaba con la mirad
ensar que Dios me castigaba en su misma casa por todas mis malas acciones. Las ganas de hincarme dentro de
ino en los de su madre quien le besó su mejilla y Thiago hizo lo mismo. La sesión de fotos improvisadas comenzó. Thiago, Jessica y la pequeña. Lueg
padre de Th
nos -comentó sonriendo,
rman no estaba al tanto de la situación. Claro que no iba a estarlo y
, después miré a Nate quien estaba con sus manos dentro de los bo
as esbozaba la mejor sonrisa que
no había escapatoria. Me entregó a la bebé, la tomé en brazos sonriendo mientras esta volvía a balbucear cl
Nate se acercó hacia mí y se colocó a la par mía. Jessica nos miraba a ambos, casi pidiéndonos disculpa por aq
jurar que pequeñas chispas de electricidad había entre ese diminuto espacio que nos separaba. Vi que Thiago tomó su celula
en la fotografía que sería tomada por ambos de sus padres. Cuando
a mí. Hice todo por no mostrar una mueca o no quedarme embobada concentrándome nada más en su tacto. Por un momento pensé
o con la vista enfocada en la pantal
eron el sonido de una captura de fotografía. De pronto fueron muchas, y cuando final
a quitárselos -exclamó Jes
inclinó y lo tomó para después mirarme. Le sostuve la mirada por unos segundos, después miró en dirección al pie d
queña que igual lo hacía. Se la acerqué, entregándosela, sintiendo el roce de sus
na vez a la casa que tengo que preparar lo último de la cena
imos y caminamos
Ingrid -dijo Jessica cu
visto estaba a la par d
con todo el proceso del embarazo. Ingrid ella es Valet -exc
xtendió su mano y yo la
ita -me dijo con un
la sonrisa
ígame Valet -ladee un poco mi
ó y asintió cuando nues
Eliza en sus brazos quien cargaba segundos antes Nate. Jessica le agradeci
padre de Thiago mientras subí
r. Miré el auto de Thiago, estando a punto de inclinarme
confundido por su comentario-. Ingrid también irá a la c
ndió Jessica antes de que In
or el portabebés de Eliza es un asiento men
después miró a Jessica. El
N... -empezó a decir Jessi
nmigo -la voz de Nate no
a excepción de Ingrid que por supuesto no estaba al tanto de nuestro repert
que es mejor
, casi ignorando el hecho de que todos los d
nto sentí que me hizo falt
mi auxilio, pero de inmediato Thiago la tomó de la m
jala, por favor. Deja que abogue por mí porque en
ta sacando las llaves de su auto. Se acercó a este abrié
u rostro, casi pidiéndome disculpas por lo que acababa de pasar y por lo que podría pasar en unos segundos. Negué en
cuando me encontré a la par de la puerta del copiloto, abrí esta y en cuanto entré, de inmediato su loción y el o
ntiendo que cualquier movimiento que hiciese él lo detestaría. No quería estar ahí, y estaba se
zo, me miró a los ojos después bajó
uestionó serio y sentí un pinchazo p
esa manera conmigo. ¿Por qué no podía escucharme? ¿Por qué no me dejaba explicarle lo sucedido? ¿Por qué no simplemente la duda lo atormentaba a tal punto de pregu
egundos, pero con una mano en el volante y
reo donde subió al volumen
ó. No me miró, no me dirigió la palabra, nada. Era como si yo no estuviese ahí, como si fuera invisible.
echaría a llorar. No era algo que no hubiese visto antes. La última vez que nos vimos me dejé mostrar en u
o ya habíamos avanzado
ign
lta sabía que me había escuchado. Bajé el vol
o como si no tuviera impo
bajar