img Mi corazón se petrificó por él  /  Capítulo 6 | 23.08%
Instalar App
Historia

Capítulo 6

Palabras:2054    |    Actualizado en: 16/12/2025

io mi resolución, la mirada fría y muerta en mis ojos. Sabía que me había perdido, emoci

el pasado ahora. Necesitas descansar. Necesitas sanar". Gesticuló vagamente alrededor

palabras eran un zumbido sordo contra el

pequeña caja de terciopelo. Se me cortó la respiración. ¿Qué era

intrincadamente tallado, una pieza delicada, casi antigua. La plata estaba desga

vulnerabilidad. "Lo usaba todos los días. Tiene sus iniciales, entrelazadas con las de mi

o. Era un pedazo de él, un pedazo de su historia, algo personal y a

sabía que lo apreciarías. Tu amor por el arte, por la historia, por las cosas que cuentan una historia...". Me m

oso. Era personal. Era suyo. ¿Era esta su forma de disculparse? ¿Su forma de mostrarme que me valoraba, más allá

ma. Lo abrí. Dentro, dos fotografías desvaídas en tonos sepia. Su joven madre, sonriente, vibrante. Y un ho

palabras un eco hueco en la habitación estéril. No le iba a

bre en sus ojos. Un ligero ceño frunc

e. Miller, el guardia de seguridad, estaba allí, con aspecto nervioso. "¡Seño

eemplazado por la máscara impenetrable del poderoso vástago político. "Tengo que tomar esto", dijo, su voz brusca. Se volvió hacia mí, sus ojos suavizándose ligerame

da, sus deberes, su 'amor inol

ia. Pensó que me ablandaría. Pensó que le compraría tiempo. Pero todo lo que hizo fue alim

po se recuperaba, pero mi espíritu seguía siendo un paisaje destrozado. Miller, fiel a la palabra de Damián, era una prese

da, justo al otro lado del patio, en un piso inferior. Y lo vi a él. Varias veces al día. Estaba allí, sentado junto a su cama, sosteniendo su mano, su

ada en mis entrañas, un recordatorio de mi irrelevancia. Salía de su habitación, a veces con aspecto cansado, a veces preocupado, p

undo de mis huesos, frío y pesado. Estaba completamente desapegado de mí ahora.

n, con aspecto nervioso. "¡Señorita De la Torre!

mi mesita de noche. Miré. No estaba. Se me encogió el est

rita Villa antes, estaba caminando, sintiéndose mucho mejor. Lo estaba admirando. Sol

ia. Quería borrar todo rastro de mí de la vida de Damián, inclu

mí. Esto no era sobre Damián. Era sobre mi propiedad.

los gritos de pánico de la enfermera. "¿Dó

enfermera, señalando con un dedo tembloroso por el pasillo. "¡Pero,

una nueva oleada de adrenalina me impulsó hacia adelante. No me importaban mis heridas. Solo me importaba recupera

erapeuta. Se reía, un sonido ligero y despreocupado que me crispó los nervios. Levantó la vista,

stro palideciendo. "¿Qu

igrosamente suave. "El relicario. El reli

giendo inocencia. "¿Relicario?

ás cerca, mis ojos ardiendo en los suyo

ntre nosotras. "Señorita De la Torre, por favor. La señorita

, mi mirada sin apartarse de la d

nrisa burlona jugó en sus labios. "¿Y qué si lo hice? Es solo un tonto re

regí, mi voz fría. "S

ocio, una conveniencia. Me ama a mí. Siempre lo ha hecho. Siempre lo hará". Tomó una respiración profunda, sus ojos brillando con mal

La rabia era una fuerza fría y p

rás". Hizo una pausa, sus ojos entrecerrándose. "A menos que estés dispuesta a ir a buscarlo. Está en el ala abandonada del

de asustarme. Tratando de hacerme parecer tonta. Pero m

dije, mi voz plana, desprovista de emo

ua morgue. Pensó que podría romperme con un poco de miedo. Pensó qu

eja estaba desierta, los pasillos se extendían en una oscuridad resonante. El leve olor a descomposición, a miedo antiguo, se aferraba al aire. Mis heridas gritaban en protes

La abrí. La habitación estaba envuelta en oscuridad, el aire pesado e inmóvil. Hileras de frías planchas de acero brillaban d

puerta se cerró de golpe detrás de mí. El sonido resonó, un golpe final y

se filtró desde el otro l

o triunfante, gritó. "¡Espero que encuentres lo que b

era sólido, inflexible. "¡Brenda! ¡Déjame salir de aquí!

del pasado. Mi cuerpo temblaba, no solo por el frío, sino por un miedo primario. Mi

l. Volvería. Alguien me encontraría. Pero el silencio que siguió fue ensordecedor,

en mi cabeza intensificándose. La oscuridad me presionaba, una manta sofocante. Estaba tan cansad

solo mi mente jugándome una mala pasada? Cerré los ojos, sucumbiendo al abrumador cansancio, la oscuridad un olvido bienve

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY