alternando entre mi esposo que se alejaba con Brenda y mi figura congelada. "¿
una persona. El aire a mi alrededor se sentía espeso, sofocante, cada respiración una lucha. Cada palabra que me había dicho, cada toque que me había forzado, se repetía en mi cabeza, ahora contaminado con el sabor amargo d
raición, todo se derrumbó sobre mí. Mis rodillas cedieron. Trop
bien?", preguntó, su voz te
azné, mi voz sonando extraña. "Solo... llévame a mi estudio. Y no dejes que nadie
onizante dolor de ser tan absolutamente insignificante en su vida, era demasiado. Caminé de un lado a otro, un animal enjaulado, hasta qu
edificio, cortando el silencio. Una alarma de incendios. O
grito. Desde abajo. Arriba. Por todas
el vidrio. Abajo, en el patio ajardinado, una figur
. El pensamiento cruzó mi mente: Karma. Pero fue seguido i
gran y ornamentada gárgola de piedra de la terraza del penthouse de arriba,
reció estirarse, distorsionarse. Lo último que vi antes de que un dolor cegador estall
olor era un compañero constante, una sinfonía palpitante en mi cabeza y un dolor sordo que irradiaba
orsionadas, se filtraba
co severo... hemorragia intern
o está?". Era la voz de D
ió una fractura de pierna y un shock severo. Tiene
a, desprovista del tono fren
operarla de inmediato por el traumatismo craneal. Pero... hay una complicación". La voz del médico era sombría. "Su pre
la respiración, incluso en mi estado semic
su voz más suave, "necesitamos su
nta de mí esperando contra toda esperanza. ¿Elegiría a su esposa? ¿La mujer a la que había j
rantable, cortando el silencio como un cuchillo. "Salven a
destrozado, se astilló en un millón de pedazos microscópicos. La eligió a ella. De nuevo. Incluso
pensé, una sombra de sonrisa tocando mis labios. Es una maestra manipuladora. Y yo soy la desechable. La
ano aferrada a la de ella. Su rostro estaba grabado con preocupación, pero toda para ella.
es te daré exactamente lo que quieres. La elección había sido hecha. Y en ese momento de profunda traició
na vez más, esta vez con
rradiaba hacia afuera, pero la niebla se había disipado. Mi cuerpo se sentía pesado, débil, vendado en múl
ojos inyectados en sangre. Todavía llevaba el mismo traje caro, aunque ahora más arrugado. Debía de haber regresado de la habitación de Brenda. Sostenía una pequeña taza
ruscamente hacia mí. Un destello de algo, ¿sorpresa? ¿Alivi
te sientes?". Extendió la mano, como para tocar mi fre
o hagas", espeté, mi voz ronca, débil, pero llena de un
il,
a Brenda. Me dejaste desangrar, Damián. Me viste morir, y la elegiste a e
ril. Elegí salvar a la que tenía menos posibilidades de sobrevivir. La condición de Brend
onveniente para ti asumir que sobreviviría para que pudieras correr a su lado. Convenie
i rostro, buscando algo. Pero no lo encontraría. La chica que
"Me aseguré de que tuvieras los mejores cirujanos. He estado aquí
labras dulces a tu 'frágil' amada. Mientras yo luchaba por mi vida, sola". Cerré los ojos, una
ranquila. "¿Por esto te casaste conmigo? ¿Por ella? ¿Por el medicamento? ¿Fu
ilencio era ensordecedor. Era t
ostillas. "Mi padre. Él estaba al tanto, ¿verdad? Otra de sus 'alianzas estratégicas'.
z apenas un susurro. "É
propio padre. El hombre que se suponía que debía protegerme. Había orque
te casaste conmigo por su bien? ¿Disfrutó viéndome hacer el ridí
"Ella... estaba enferma, Abril. Est
por las lágrimas no derramadas. "Me lo juraste, Damián. Juraste el día de nuestra boda que no había nadie más. Ningún 'amor in
sé que cometí errores. Sé que te lastimé. Pero en e
omo mi padre siempre hizo?". Sentí una aterradora ola de claridad. Cada emoción confusa, cada acción contradictoria de él, de repente tenía sentido. Su distante cortesía,
do de decir "sí", todo fue un acto calculado. Un medio para un fin. No se trat
piste, Damián Montes. Tú y mi padre. Rompieron cada pedazo de confianza que me
l", dijo, su voz tensa.
upe, con absoluta certeza, lo que tenía que hacer. Me iría. Y esta vez, nadie me detendría. Se había asegurad

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