sta de Elen
. No una llamada, sino
ica manera. Tenía que proteger a I
todo lo que yo era? Lo supe entonces. Él había hecho esto. Habí
incredulidad, entraron en acción de inmediato. Contactaron
i padre, su voz firme, su mandíbula apretada. "Es
. Preparé una declaración, mis manos temblaban mientr
in cámaras. Sin reporteros. Solo un silencio e
tranquilos, tan serenos, parecían perdidos, desconcertado
Gregorio, preparándolo para tomar el control. Gregorio, el hijo adoptivo leal. El que me había sa
áspero y discordante en el s
cia anterior. "¿Qué crees que estás haciendo? ¿Tr
léfono, las lágrimas corrían por mi
carrera de Isla, su futuro... estaba en jue
l?". Mi voz se quebró.
una extraña y escalofriante calma
n el salón vacío, una puntuació
enmascarados, sus rostros ocultos, sus movimientos rápidos y brutales. Me agarraron, arro
oscura extendiéndose por su impecable camisa blanca. Mi madre gritó, un sonido pre moribundo, mi madre inconsciente. El mismo lugar donde había venido a limpiar mi n
bía haberles dado nuestra u
. Mi madre yacía inmóvil, su rostro ceniciento. Busqué a tientas mi teléfo
conspirado en mi contra. Cargué el cuerpo inerte de mi madre sobre mi espalda, el último suspiro de mi pa
sala de emergencias, con la ropa rota, el cue
o que pasa cuando no cooperas. Este es el costo del de
sin diluir, surgi
ti, Gregorio! ¡Me
nido escalofr
uerida. Pero no te qu
. No entonces. No por un
afirmado proteger, me envió un video. Un video de ella y Gregorio, en mi cama, el mismo dí
do, vio el video. Sus ojos ardieron con una furia feroz y pr
oz temblando de rabia.
dome a ella, las lágrima
favor, no lo hag
, sus ojos llenos
ejas que te haga esto? ¿Por
alma. "Todavía la tiene. Amenazó con cortar su atención médic

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