sta de Elen
voz teñida de un veneno que rara vez oía. Sus ojos se
a, un extraño vacío se instaló en mi pecho. El tipo de agota
isa débil, cas
e ocho años. El día en que
stro amor, el día en que esperaba ansiosamente su regreso. En cambio, había esp
ión. Su nombre apareció en la pantalla. Mi corazón h
esurada. "Necesito tu ayuda. Es Isla.
rozmente protector con ella. Siempre lo había sido. Su vínculo era profundo, complicado, casi primitivo.
?", había preguntado, m
necesito tus fotos personales. Tus selfies. Tant
r mi bien. Había abierto mi galería de fotos, enviándole docenas de imágenes: fotos espontáneas, poses juguetonas
pegados en cada pantalla, en cada tabloide. Era una parodia grotesca de mi vida. Y algunas de esas imágenes, las
, era ahora un espectáculo público, una cualquiera, una desgracia. La ciudad, mi ciudad, la ciuda
l mundo exterior era un infierno furioso. Mi teléfono, usualmente un salvavidas, se convirtió en un
asta que me dolieron. Sin respuesta. Cada llamada sin contestar era una nueva puñalada en m
era ensordecedor. Gritaba traición

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