Elisa
al donde yo estaba dibujando en mi nueva mesa de dibujo. Llevaba
o esperaba que estuviera aquí. Claramente había venido a empacar para e
o, su mandíbula tensa. Estaba claro que intentaba a
mana -dijo finalmente, su cuerpo tenso-
Estaba extendiendo una invitación, pero todo
n sonido genuino y sin restricciones de di
lemente con mi risa. Par
nte. Durante tres años, había sido la esposa co
dije, mi voz bri
inalterado en sus ojos. Sabía que no encajaba en su mundo de tiburones corporativos y herederos de dine
actuación de un deber marital que se sentía obliga
ión. Se agachó y comenzó a sacar ropa de la maleta, arroján
iró. No
por la ira apenas contenida-. Una emergencia d
nalmente giránd
eberías ir. -Era una o
alquier emoción. Me volví hacia mi mesa de dibu
scusión que claramente estaba buscando. Cuando no llegó ningun
iné hacia la ventana justo a tiempo para verlo bajar de puntillas por los escalones de la
Solo necesitaba qu
onzaran frente a sus amigos. Ahora, era diferente. Ahora, tenía miedo de
eras rojas de su coche se d
traña sensación de calma instalándose en mí.
ba l

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